17

2.4K 115 41
                                    

Recomendación: Leer el capítulo con la canción en multimedia "Freaking out on the interstate".

***

—¿Vas a bajar o pretendes quedarte a vivir en mi auto?

Estaba tan metida en mis pensamiento que no me había dado cuenta que habíamos llegado al instituto. Bárbara me miraba, asomada de la puerta de su auto que estaba abierta.

—Voy —me limité a contestar mientras tomaba mi mochila y abría la puerta.

Bárbara estaba enterada de todo. Nos habíamos juntado a tomar un café el día sábado y le solté todo lo que había pasado el viernes por la noche. En el momento en que terminé de contarle todo no dijo nada, algo raro en mi amiga. Quedó sorprendida aunque según ella, en el fondo, se lo esperaba. Me felicitó y se alegró por mi valentía en dar el empujoncito que faltaba para que nos besáramos pero me regañó por mandarlo a casa y terminar siendo una cobarde. En parte tenía razón, fui una cobarde porque tenía miedo y mucho.

Mi cabeza fue un total desastre ese fin de semana. Pensar en qué pasaría con Thomas me tenía aterrada y ansiosa. Él me había mandado dos mensajes el sábado por la mañana:

De Thomas:

"¿Podemos hablar hoy?" - 11:35.

"Williams, no me ignores." - 11:40.

No pude responder ninguno.

—¿Piensas contarle a Jack? —preguntó Bárbara cuando llegué a su lado.

—¿Estás loca? —solté rápidamente —. No, eso traería más drama al asunto. Por ahora lo mejor es que no se entere de nada.

—Se va a enojar si se entera por alguien más que no seas tú.

—Hasta el momento la única persona que sabe lo que pasó, además de Thomas y yo, eres tú —contenté —. Confió en que no se te soltará la lengua Bárbara.

—Sabes que no le diré a nadie pero...

—Pero nada, si Jack se enoja lo hará conmigo —respondí —, no dejaré que te meta en todo este embrollo.

Ninguna dijo nada más y seguimos caminando hacia el edificio frente a nosotras.

Me despedí de mi amiga y me dirigí hacia la dirección.

—Buen día ¿se encuentra el director? —le pregunté a la secretaria.

—Buen día —saludó mostrando su sonrisa blanca —¿Tenías una cita? —asentí —¿Tu nombre?

—Brooke Williams —respondí mientras acomodaba mi mochila sobre mi hombro.

—Ah sí —soltó animada —, de hecho te están esperando. Ve directo a su despacho.

Le agradecí y me encaminé por el ancho pasillo hasta la puerta que estaba entreabierta. Di dos golpecitos, para anunciarme, y la abrí con cautela.

Seis ojos se posaron en mí haciéndome sentir algo incómoda. El director me miraba sonriente aunque juro que por su mirada él estaba esperando a que yo llegara más temprano. La mujer de cabellos rubios me regaló una media sonrisa apenas me vio, hasta puedo decir que me tranquilizó un poco. Por último mis ojos se encontraron con alguien que ya había conocido.

—Brooke, pasa —el director se puso de pie y me invitó a pasar —. Justo estábamos hablando de ti —cerré la puerta detrás de mí y me adelanté unos pasos —. Señora Rossi, Bruno, ella es Brooke Williams. Brooke, te presento a la señora Rossi y a su hijo Bruno.

¡NO TE SIENTES CONMIGO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora