Capítulo 6

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Caminamos hasta las afueras todavía cogidos de la mano. Llevábamos una hora andando hasta que nos paramos delante de un edificio lleno de graffitis y botellas de alcohol vacías. La entrada estaba adornada por un viejo letrero ahora tapado por un graffiti de un símbolo incomprensible aunque se podía leer el letrero original. "Orfanato Haengbog Miso".

-Yoongi-me miró con furia pero lo ignoré.- ¿Por qué me has traído a un orfanato?

Él se limitó a seguir caminando y sonrió sarcásticamente.

-Llámalo así si quieres.

Entramos al edificio abandonado y subimos hasta el segundo piso. Él todavía me agarraba la mano y me había empezado a sentir incómoda pues llevábamos tanto tiempo así que habían empezado a sudar. Le solté la mano y lo agarré del brazo. Pensaba que se zafaría de mi agarre y que me acusaría de manosearlo pero no lo hizo. Siguió caminando hasta pararse en una puerta vieja de madera. Giró el pomo y se abrió haciendo un ruido irritante. Dentro había varias literas ocupadas por personas dormidas.

-¿Qué es esto?

-Un orfanato para adultos, por decirlo de alguna manera.

-Ah, genial.-me dí la vuelta y salí al pasillo.-Yo me voy de aquí, un placer conocerte Yoongi.

Corrió hacia mí y me tapó la boca con su mano.

-No me llames Yoongi joder, menos aquí.

Aparté su mano de mi boca y me crucé de brazos.

-Vale, bien, entonces ¿Como te llamo? ¿Pateador de paradas del bus?

Rió sarcásticamente y dio unos pasos hacía mí. Me puse nerviosa al instante y me odié por ello. Odiaba que me hiciese sentir así si apenas lo conocía.

-Llámame Suga.-dijo y acortó la distancia entre nosotros hasta que quedamos a centímetros de distancia. Mis mejillas se volvieron rojas y el rió al ver lo que había causado en mi. Le di un empujón y lo aparté de mí.

-Bien, un gusto haberte conocido Suga, ahora si me disculpas, me voy.-dí la vuelta y reanudé mi camino hacia las escaleras.

-No te he traído hasta aquí para que te vayas sin más.

-¿Y para qué me has traído?

Me dí la vuelta y me paré frente a él. Sus oscuros ojos estaban ligeramente tapados por su flequillo verde pero pude notar como se posaban en mí y la confianza con la que le había hablado se fue desvaneciendo.

-Para que no pasases la noche en la jodida calle y te robasen o algo peor, puta desagradecida.

Ahí estaba. El Suga amable había desaparecido y el Suga de siempre había vuelto. Caminé un poco pensando en sus palabras. Él tenía razón. Pero quedarme aquí no me brindaba confianza. Repasé mentalmente los pros y contras de dormir aquí y acabé siguiendo a Yoongi hasta el dormitorio de nuevo.

-Duerme ahí, es mi cama-señaló la cama superior de una litera y se dispuso a salir de la habitación.

-¿A donde vas?-dije susurrando, no quería despertar a nadie.

Me miró como diciendo "No preguntes" y me limité a subir a su cama y a taparme con las mantas. Olían a él. Me acurruqué disfrutando de su olor. Yoongi era un idiota pero era jodidamente guapo y olía demasiado bien como para dejarlo pasar. Recuerdos de Min Ho volaron por mi mente torturándome. Me abracé más a mí en un intento de alejarlos pero no hizo efecto. Y, entre lágrimas dolorosas, quedé dormida en la cama de un extraño en algún lugar de Seúl.

-¡ARRIBA!-Un hombre con cabello rosado había entrado a la habitación con un bate de béisbol y estaba aporreando las literas, despertando a todos.- ¡VENGA! ¡HAY TRABAJO QUE HACER!

AGUST D {BTS-SUGA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora