AGUST D {BTS-SUGA}

Capítulo 16

Nota de la autora: recomiendo leer el cap con el Interlude: Dream; Reality del Mixtape de Suga para disfrutar más la lectura.

No podía despegar la vista de la hipnotizante pantalla. Las palabras escritas en negrita que la atravesaban frenéticamente, imágenes de mi padre siendo sacado de casa y lo peor, el horror en las caras de todos. No, no sabía cuando mi padre se convirtió en el mounstruo que decían que era. No lo sabía. Podría haberlo hecho. Podría haber ido a casa cuando Hye me lo pidió y haber parado todo esto. Pero no lo hice. Lo pensé, de verdad que lo hice. Incluso me lo planteé y todo. Casi lo hice, casi paré aquello. Pero al "casi", le faltaba todo.

Ni siquiera me despedí del chico de lentes, solo salí de allí sin saber bien lo que hacer. Recorría los pasillos sin descanso, como si aquello me fuese a brindar una solución. Podía olvidarme de eso. De el arresto de mi padre y su intento de asesinato. ¡Y por qué no! A mi eso ya no me afectaba. Pero eso sería algo egoísta ¿cierto?

Las voces de los chicos se oían en la lejanía. Me estaban buscando. El problema era que yo no quería ser encontrada. Los oí subir al segundo piso y rápidamente entré al primer cuarto que ví, sin importarme de cual se tratase. Busqué un escondrijo con la mirada. Un abandonado y polvoriento armario captó mi atención. Genial, ya tenía sitio en el que esconderme.

Y así lo hice. No supe cuanto tiempo estuve metida allí, sin querer salir porque sabía que eso implicaría responder a preguntas. Y no quería dar respuestas, quería que me las diesen. En concreto una morena que en su día trabajó en mi casa.

Cuando sentí que mis piernas y brazos estaban tan entumecidos que parecía que hubiesen adoptado una nueva posición salí. No sin antes verificar que no hubiese nadie.

No iba a hacer nada. Me quedaría aquí y no ifringiría las normas. De todos modos, confiaba que Hye viniese a verme a la tienda y a explicarme todo. Estaba segura de que lo haría, a pesar de haberle dicho que no iba a hablar con ella.

Y no me equivocaba, porque después de comer-por suerte conseguí comer sola sin que Bangtan se diese cuenta-una figura esbelta y de pelo negro apareció por la ventana de la habitación reclamando hablar conmigo.

Hea, quien leía una revista de cotilleos que amablemente le había prestado, me miró sin entender la situación. Le expliqué brevemente que era una vieja conocida con la que tenía algo importante de que hablar y salió del cuarto no sin antes prometerme que no diría nada.

Una vez solas, observé a Hyemin, quien se mordía las uñas nerviosamente. Su pómulo izquierdo estaba ligeramente amoratonado, aunque había intentado taparlo con maquillaje. El cabello era un desorden, nada que ver con la melena larga, lisa y bien cuidada que solía llevar. Y no citemos las dos bolsas oscuras que se cernían en la parte baja de sus ojos. Parecía que llevase semanas sin dormir y temí, porque tal vez lo había hecho.

Nuestras miradas se encontraron y respiré hondo, mentalizándome la peor de las situaciones para que no me doliese lo que me fuese a decir. Cuando me sentí lista abrí la boca, y con una confianza que no duró mucho musité la palabra que tanto quería decir:

-Habla.

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Cerré la puerta del cuarto con llave y me tumbé en la cama. No me importaba su dueño, si era de Hea ella podría dormir en mi cama esta noche porque yo de ahí no pensaba moverme sin ayuda de una grua o algo por el estilo. Me imaginé situaciones malas, horribles y traumáticas. Pero no pensé que estas se pudiesen hacer realidad. Y menos que yo las viviría. Por lo menos ahora sabía todo, aunque, tal vez, habría preferido vivir en la ignorancia.