Capítulo 12

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-Perdón, perdón-aparté a otro más.-Perdón, lo siento, quiero pasar.-dije abriéndome paso entre la maraña de chicos que había esperando por entrar por la puerta.

Distrito de drogas

"Bingo" pensé. Al final había resultado que el tour que me dio Hobi en su día había servido para algo. Entré ignorando las miradas de odio de más de uno y caminé por los pasillos grisáceos. El edificio estaba a unos metros de distancia de el de las armas y era un tanto distinto. Las ventanas estaban todas rotas y el suelo más sucio. Cosa que al principio no creí que pudiese ser cierto, pues más de una vez había visto salir corriendo a alguna rata por los pasillos del mio, normalmente perseguida por algún chico. Una vez V trajo una. Dijo que era su mascota y le puso un nombre que nos hizo asombrarnos de su originalidad. "Rati" duró apenas dos días, se le perdió y nunca más se supo de ella. Giré a la derecha. No faltaba poco, si no me equivocaba. Subí las escaleras de tres en tres y me paré en su puerta, dudosa de entrar. ¿Y si en realidad fue Jimin quién me trajo y no Yoongi? Quedaría como una estúpida. Verifiqué el cartel que colgaba de la puerta y respiré hondo. Giré lentamente el pomo y la abrí cautelosa. Esta sonó haciendo un sonido irritante. No estaba engrasada. Me pregunté varias veces quién se encargaba del mantenimiento del orfanato, hacía un trabajo penoso. Asomé la cabeza tímidamente.

Yoongi estaba sentado en una silla, observando por la única ventana intacta, los copos de nieve caer. Estaba de espaldas, sujetando algo que me pareció que era una fotografía. Me acerqué cautelosa y cogí otra silla para sentarme a su lado. No me miró, siguió clavando sus oscuros ojos en el paisaje, escrutando cada mínimo detalle. Intercambié miradas entre él y la ventana, devatiéndome si hablar o no.

-La nieve siempre me trae recuerdos.-soltó así sin más. Lo miré a él y luego a la pequeña foto que sostenía entre sus delgados y pálidos dedos. Podía entrever a dos chicos, aparentemente felices. Uno estaba en una silla de ruedas y el otro lo empujaba mientras ponía una expresión cómica. Sonreí ante aquella enternecedora imagen.

-¿Quienes son?-pregunté curiosa. Yoongi no despegó la mirada del cristal, abría la boca varias veces, escogiendo cautelosamente las palabras que iba a decir.

-Mi hermano y yo.-soltó con un aire de nostálgia.

-Parecías feliz.

-Lo era.

Volví a clavar la mirada en el paisaje. La nieve que hace unos minutos era mansa, ahora se agitaba violentamente de un lado a otro, movida a causa del viento.

-¿Qué pasó?

-Todo se arruinó.-dobló la fotografía y la lanzó lejos, encestándola a la perfección en una papelera.-Pero eso ya no importa. No se puede hacer nada.

Lo ví alejarse y salir de la habitación, sin decir nada más. Volví a clavar la vista en la nieve, pensativa. Tal vez no hubiese conseguido mi objetivo; aclarar las cosas. Pero por lo menos sabía algo nuevo de Yoongi: tiene un hermano. Y a juzgar por su tono de voz, lo echaba de menos.

Me levanté y dí una pequeña excursión por el edificio. Mi turno no empezaba hasta bastantes minutos más tarde así que tenía tiempo. Recorrí el distrito de drogas de arriba a abajo, parándome de vez en cuando en alguna habitación para ver como las elaboraban. El proceso era complicado, o por lo menos eso me lo parecía a mí, que no sabía nada del tema. Me pregunté en qué trabajaría Yoongi. Parecía muy famoso en el orfanato, aunque tal vez eso se debiese a el hecho de que llevaba 10 años aquí.

Salí del edificio cuando me cansé de dar vueltas. Crucé una mirada rápida con Yoongi cuando me dirigía a la tienda. Se veía triste, y aunque odiase admitirlo, sufría al verle así. Entré a el pequeño cuarto todavía sumida en mis pensamientos. La mayor parte del tiempo no había clientes así que podía elaborar tranquilamente bastantes teorías sobre Yoongi y toda el aura de misterio que lo rodeaba. Era como si su comportamiento esquivo solo me diese ganas de saber más de él. Una voz familiar tintineó en mis oidos, cortando mi elaboración de la sexta teoría sobre el pasado de Suga. Caminé hasta la ventana. Una chica alta, de pelo negro y rostro enmascarado estaba detrás de ella. "¿Qué demonios?" La misteriosa muchacha retiró la mascara y clavó sus oscuros y grandes ojos en mí.

AGUST D {BTS-SUGA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora