El martes Nacho volvió a la escuela, era el segundo día y ya sentía todos los ojos en su espalda, el chisme de que era sobrino del director se había desparramado como un virus y desgraciadamente sería algo con lo que tendría que lidiar, no podía andar por ahí sacando a todos de su error, mejor dicho no quería tener que andar por ahí sacando a todos de su error odiaba que se metan en su vida y tener que dar explicaciones, así que dejaría todo así nomas. No podía ser tan grave después de todo, Rodrigo era el hijo del director y aún seguía vivo, se decía a sí mismo para darse ánimos. Como sea, aunque las miradas inquisidoras no le agradaban no le quedaba otra opción que entrar al colegio, ya que como lo había prometido Ed lo dejó la puerta y sin disimulo espero hasta que hubo ingresado.
Además de la incomodidad de enfrentar a todos tras del bochorno del día anterior se sumaba el desvelo que traía. Después de la segunda paliza ganada por lo del dichoso auto se fue castigado a su cuarto y como Mateo se había dormido, contemplarlo hizo que el siguiera los mismos pasos durmiendo ambos una siesta que sólo fue interrumpida cuando Ed lo despertó para cenar, así que con las dos siestas pos zurras se había pasado casi todo el día durmiendo y a la noche no tubo manera de conciliar es sueño. Por todo esto, apenas entró ya traía un humor de perros que tal vez se hubiera aplacado de ver a Nadia, pero para su desgracia ella no se había presentado, así que con nubes negras sobre su cabeza se sentó casi al fondo de aquel curso para no sentir los cuchicheos sobre su espalda, es que el sueño lo ponía un tanto paranoico además.
· Buenos días -dijo la profesora de matemáticas.
Sabía que había un chico nuevo pero ella estaba haciendo un reemplazo así que aún no conocía a todos y no pudo identificarlo y con las faltas de la profesora titular estaban algo atrasados con respecto al programa anual y pensando en ello dejó las presentaciones de rigor para otro momento y decidió dar la clase. Pero en el fondo uno de sus alumnos no miraba sus explicaciones, sino que giraba una lapicera sobre sus dedos pasando la de un lado al otro, cosa a la que dedicaba su total atención mientras de a ratos bostezaba.
· ¿Entendieron? -pregunto luego deexplicar el tema nuevo y todos incluyendo a Nacho contestaron el típico SIIIal unísono, sea o no sea verdad.
Pero claro la profe tenía que asegurarse de aquello porque de ser necesario tenía que volver a explicar, así que colocó unos problemas en la pizarra a modo de práctica y llamó a los alumnos que a su criterio le habían puesto menos atención, el primero en pasar no tenía ni idea de como resolver aquello así que con toda la paciencia que caracteriza a las recién egresadas volvió a explicar observando de a ratos que Nachito ya iba volando por Júpiter más o menos, que eso de estar en la Luna había quedado atrás hace rato, así que fue a él al siguiente que llamó.
· A ver al fondo, puede pasar a resolver el siguiente ejercicio? -pero Nacho ni enterado que lo hablaban - ¿cómo se llama? -pregunto a la clase a ver si llamando por el nombre Nacho regresaba a la realidad.
· Ignacio profe es el nuevo, todavía no está en la lista -respondió la delegada de la clase.
· Ignacio - llamó la profesora - Ignacio - repitió y el chico que estaba más cerca lo tocó con los dedos haciendo que Nacho levante la vista hacia su compañero y este con los ojos le indico que mirara a la profesora - pasa a resolver el siguiente ejercicio por favor - dijo ella cuando por fin el chico se percató de la presencia de la educadora, a la que hasta el momento no le había visto ni la cara y se levantó para recibir la fibra con la que debía escribir en la blanca pizarra.
Nacho observó por unos segundos el ejercicio y sin abrir la boca resolvió todo en menos tiempo del que les había llevado que él repare en que la profesora lo llamaba, dejando a todos pasmados, le gustaban las matemáticas y además de que ese era un tema que ya había visto en su anterior colegio. Sin más se volvió a sentar para perderse de nuevo el su ensoñaciones hasta que tocó la campana para el cambio de hora.
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LA VIDA NO ES UN SUEÑO.
AléatoireEdgar vivía el sueño americano hasta que descubre que vivía una gran mentira, ahora tendrá que rehacer su vida con quien menos se imaginó.