Ignacio estaba dividido, por un lado lamentaba la manera en que se había comportado con los abuelos aunque no sabía como acercarse de nuevo a ellos, más a Paul en realidad que andaba con cara de perro, ya que Luci se comportaba como si nada, él no sabía si es que no estaba enojada o si en realidad no lo recordaba, como sea lo hacía sentir incómodo. Y por otro lado seguía enojado, había decidido darle una chance a Ed de hacer mejor las cosas, claro que en el proceso seguro tendría que comprar más lápices porque los que tenía ya estaban todos masticados de tanto desquitar con ellos la rabia, pero esa oportunidad era sólo para Ed, con Paul las cosas eran mucho más complicadas, no podía olvidar todo lo que había hecho esos días, le había dicho a Ed que lo que necesitaba era darle una paliza, lo había tratado como a un mocoso y lo había mirado con reproche, había suspendido el viaje y no le había dicho nada como si no importara y además lo había mojado como si fuera un perro alzado y aunque lo negará a muerte la verdad si estaba celoso y para colmo de males aun quedaba una semana de convivencia antes de que los abuelos se muden definitivamente a su casa.Por su lado el abuelo no disimulaba la molestia, desde que llegó le había tomado mucho afecto al mocoso, había aconsejado a Ed para que haga las cosas mejor, había aconsejado Nacho y escuchado cada cosa que decía, incluso las quejas sobre Edgar y se decía a sí mismo que no tenía porque soportar los desplantes y faltas de respeto del chico, que no le haya respondido el saludo al salir de su propia casa había sido el colmo.
Que te pasa con el niño? –pregunto Luci apenas estuvo a solas con él, ya venía mirando como se evitaban y era consciente que por su enfermedad le vivían escondiendo cosas y eso le molestaba mucho, más aún cuando se trataba de asuntos familiares – y no me mires sobre los anteojos que tengo Alzheimer no estoy loca ni ciega – aclaró poniendo las manos en la cintura cuando su esposo levantó la vista del periódico para verla con la mirada que ella conocía bien, estaba a punto de mentirle y negarlo todo.Uffff – resoplo y bajo la vista para cambiar su expresión y doblar el periódico que tenía entre manos antes de responder– sigo molesto por la cena del otro día – dijo sin más detalles, un truco que usaba para estar seguro de si su esposa recordaba las cosas.Más vale que no lo estés culpando de que me subió la presión – respondió ella confirmando que recordaba muy bien todo – yo con el que renegué es con Cacho que no sabe como tratarlo, anda sobre los talones del chico y además le da demasiadas responsabilidades con Mateo para mi gusto – dijo sentándose en la cama donde su esposo leíaNo lo culpo, pero no vas a negar que nos faltó el respeto y ni siquiera se disculpó, es más siguió portándose mal –respondió obviando el comentario sobre las responsabilidad es con Mateo, evitaba ese tema y otros detalles lo más que podía.Que se haya portado mal es asunto suyo y de su padre o acaso permitiste alguna vez que cualquiera opine sobre como se portaban tus hijos? Ha? – cuestionó recordando a su esposo como detestaba que alguien hable sobre sus hijos y su manera de educarlos, opiniones que nada tenían que ver con algún consejo – acá nosotros somos visitas y lo que Cacho le permita a su hijo es asunto suyo, si te molesta puedes aconsejar a tu hijo o tu nieto, nada más – sentenció firme – de las faltas de respeto con nosotros hay dos opciones, la primera es que sigas en tu papel de ofendido y la segunda que te das cuenta que él es un niño y/o no sabe como acercarse para hablar y pedir disculpas o tal vez no vio su error aún – Le dijo enumerando con los dedos enfadada – En cualquiera de los casos el adulto eres tu. ¿O no era eso lo que le reprochabas a tu hijo?Ay mujer – le dijo sonriendo de pronto – yo seré abogado pero con una juez así no puedo ganar –dijo jocoso – si pensaba hablar con él, tranquila que ya no voy a hacer sufrir a tu nietito – era lo mismo con sus hijos, él se enojaba y ella no lo dejaba en paz hasta que arreglaba las cosas aunque no siempre resultaba bien cuando apresuraban las cosas. Pero el tiempo le había enseñado a Paul a llevar sus tiempos y conocer bien el de los adolescentes –voy a arreglar las cosas sólo que estaba esperando el momento, así que no me condenes aún – dijo poniendo las manos como si tuviera que defenderse, se paro dando pasos en reversa hasta el ropero y sacó una caja pequeña como de 20 cm. y se la entregó a Lucil.¿Y eso que es? – miraba intrigada mientras pesaba con una mano la caja tratando de adivinar su contenido ya que era imposible espiar con el envoltorio de papel de regalo.Esto – dijo agarrando de nuevo el paquete y guardándolo en su lugar – es mi ofrenda de paz jaja.Mmmmm ¡soborno! dirás –cuestionó ella levantando una ceja en son de broma y fue a darse una ducha que era el motivo principal por el cual había entrado en la habitación. Ese día cocinaba Ed porque no había clases en la Universidad, así que ella estaba de descanso y pensaba almorzar muy relajada
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LA VIDA NO ES UN SUEÑO.
De TodoEdgar vivía el sueño americano hasta que descubre que vivía una gran mentira, ahora tendrá que rehacer su vida con quien menos se imaginó.