Maldito Erik

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Empece a arrastrarlo hasta llevarlo a un lugar apartado de la calle donde estábamos, sólo podía sentir el calor que irradiaba su cuerpo hacia la mano que tenía sujeta contra su brazo. Ese calor siempre fue la prueba palpable de nuestra química. Lo odiaba tanto.

-¡Erik! Diría que es un placer volver a ver verte pero no es el caso.¿Qué haces?!!!- dije casi gritándole.

-Bueno...Hola ahí señorita respondona- contestó soltando una sonrisita socarrona.

- No te lo pienso volver a repetir..¿ qué coño haces Erik?- dije ya esto último exasperada.

- Pensé que me echarías de menos nena- susurró acercándose a mi.

- Ni lo sueñes maldito estúpido ¿cómo es que conoces a Ale?-me aparte de el, no me gustó la sensación que sentí cuando me susurró, me produjo escalofríos y este imbecil ya se había cagado mi noche.Agggg!! Se suponía que esa historia no tenía cruzarse con mi vida y menos aparecer. Definitivamente no aparecer.

- Gery por favor...Ya hace algún tiempo que...- decía haciéndose el inocente.

- ¿Tiempo? No hay tiempo en el mundo que haga borrar nada ¡Lárgate de mi vida!¡Solo yo sé lo que he pasado!¡Te detesto tanto! - espeté con odio.

- Te haré cambiar esa opinión sobre mi tan sucia que tienes- volvió acercarse mientras me acariciaba un mechón de mi cabello que caía sobre mi pómulo.

- Nada de lo que tu digas o hagas me hará cambiar de opinión sobre un imbecil y arrogante que eras y eres, si me disculpas me voy Erik.- dije dándome la vuelta estaba loca por desaparecer de la lado de este maldito infeliz.

-Lo que pasó hace años tuvo un motivo...¿sabes?- se quedo con cara de asombrado pues ni el mismo parecía que quería decirlo en alto.

- ¿ A sí? tendría que ser un motivo demasiado bueno porque jamás! Escúchame lo que te digo Erik Donovan, Jamas! Me sentí tan humillada!! ¿sabes? Y te repito que Jamás! Te perdonaré - me cruce de brazos, lo mire con odio y salí de allí casi corriendo pude notar como una pequeña humedad se acumulaba en el bordillo de mis ojos.

Me encontraba sentada en unos escalones de la plaza del pueblo, la gente se arremolinaba alrededor por la dichosa fiesta, ya se notaba un buen número de borrachos sin camisa en busca de peleas, ya las zorras habían ingerido varias dosis de diversos tipos de saliva masculina, mi alcohol se había ido completamente de mi cuerpo y mí mente estaba en otro lugar pero sentí un extraño calor alrededor de mi espalda.

- Lo siento Gery..-dijo Erik detrás mía mientras se sentaba a mi lado en la a escalera.

-¿ Por qué?- le conteste apartando la mirada y fijándola en una iglesia antigua que se encontraba enfrente.

- No pensé que lo habías pasado tan mal, realmente nunca quise hacerte daño, en ese entonces eras más que mi mejor amiga y lo sabes...eramos...- me decía bajito a mi lado.

- Durante todos estos años he pensado tanto...- de pequeña estaba enamorada de Erik era mi confidente fuera de mi grupo de los chicos, y también se puede decir fue el que más marco en mi vida. El es mi oscuro pasado.

- Lo sé- susurro a la nada encogiendose de hombros.

-Cambiastes demasiado después de aquello...- le miré a los ojos y el fijó su mirada confundida. Como si el no supiera de lo que hablaba.

- ¿Sabes? Siempre me acuerdo cuando en la secundaria te vengastes un par de veces,no lo niegues, te volvistes tan odiosa y vengativa- dijo haciéndome sacar una sonrisilla.

- Si, bueno...- conteste sonriéndole como hacia años que no lo hacia. Nos llevábamos fatal en el instituto tengo que reconocerlo.

-¿Si, bueno? Llenastes mi taquilla y toda mi ropa de deporte de mierda de gato, estuve apestando a ñordo una semana Gery!- sonreí recordando mi venganza.

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