Te perdono

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Se necesitó de toda mi habilidad y alguna que otra mentira para convencer a Taehyung que me dejara ir sola. Había quedado en encontrarme con Suga, mejor dicho Min YoonGi para empezar a ensayar la coreografía que estaríamos mostrando en dos semanas.

Cuando Taehyung se enteró que éste último sería con quien pasaría la mayor parte de estas dos semanas, se puso colérico. Sabía que no le agradaba que pasara tiempo con Suga luego del incidente en la fiesta, pero aún así era algo que debía afrontar por mi misma.

Había hablado con Son Deuk a ver si sería posible cambiar de pareja, pero éste sólo se negó alegando que no siempre me tocaría bailar con alguien de mi agrado y que esta era una situación que debía superar como un adulto.

El jueves por la tarde, Tae me dejó marchar arregañadientes, no sin antes envolverme protectoramente. Intenté tranquilizarlo al contarle que era cinturón rojo en Taekwondo lo cual era parcialmente verdad.

Había practicado cuando estaba en segundo grado pero sólo había llegado a ser cinturón verde antes de decidir que este deporte no era para mi. Suponía que tenía guardado en algún lugar de mi memoria las tácticas básicas de defensa personal.

Además la situación era claramente diferente, y al no estar bajo los efectos del alcohol, creo que sería capas de propinar un buen puñetazo antes de escapar si se salía de control.

Luego de que Hoseok arrastrase a Taehyung el cual parecía no haberse tragado mi historia de karate, me senté en un banco cercano.

_____: ¿Donde estas?

Le envíe a Suga un mensaje. Tamborileé mis dedos contra el respaldo mientras esperaba por su respuesta. Unos minutos más tarde, el móvil vibró y miré rápidamente la pantalla.

Suga: En tu corazón

Estuve a punto de tirar el móvil cuando volvió a vibrar ante otro mensaje.

Suga: Es broma, no te enojes e.e Estoy en la cancha de básquet abierta

_____: Voy para ahí

Guardé el móvil en el bolsillo de mi campera y caminé en dirección a la cancha de básquet. El día estaba nublado, había un poco de niebla pero ya se podía sentir el leve calor de la primavera. En los árboles asomaban pequeños brotes verdes que hicieron preguntarme si de esos árboles crecería algún fruto.

La verdad era que no sabía nada acerca de vegetación ni tampoco era un tema que me llamara mucho la atención, pero en esos momentos fue lo primero que se me ocurrió para distraer mi mente.

A medida que me acercaba a la cancha de básquet, puse distinguir una figura que se movía con agilidad picando el balón de una punta a la otra. Suga tiró varias veces al aro y para mi sorpresa encestó todos los tiros. Aplaudí captando su atención. Él se acercó sonriente con el balón debajo del brazo.

-No sabía que jugabas tan bien- No pude evitar que se me escapara ese comentario.

Lo cierto era que estaba sorprendida, Suga era bajo de estatura en comparación a otros hombres pero aún así se las arreglaba para que fuera una ventaja en vez de un impedimento a la hora de jugar basketball.

-¿Creíste que porque no mido dos metros no podría jugar bien?- Resopló.

-Eso no fue lo que quise decir- Repuse agitando mis manos al frente negando su pregunta.

Suga me pasó el balón y éste me habría golpeado en la nariz si no hubiese estado atenta. Comencé a picarlo en dirección al aro, Suga sé interpuso pero yo lo esquivé con un giro y lo lancé con la esperanza de encestar.

El balón rebotó contra el borde del tablero y cayó al suelo. Hice una mueca ante lo cerca que había estado de hacer un tiro de dos puntos.

Volví a lanzarla, esta vez de al lado del aro pero Suga la golpeó con su mano y se alejó picandola mientras yo corría intentando robársela.

-Cuando era chico, me pasaba practicando básquet, para mi era más que un deporte, era la fuente de mi sueño, lo era todo.-

Me esquivó cuando intenté quitársela. Apoyé las manos en mi cadera mientras recuperaba el aire.

-¿Cuál era tu sueño?- Pregunté curiosa.

-Mi sueño- Murmuró como si esas palabras desencadenaran una serie de recuerdos dolorosos -Quería jugar en las ligas mayores, de ser posible la NBA tal vez- Sonrió lanzando hacia el aro. El balón encestó y cayó al suelo.

-Yo no se mucho de básquet pero veo que tienes talento, ¿por qué no lo intentas?. Creo que si te lo propones lo podrás lograr.-

En verdad no dudaba que él lo lograría, se movía con una velocidad y habilidad impresionante que estaba segura haría envidiar inclusive a algunos jugadores profesionales. Suga sonrió pesadamente como si hubiera escuchado esas palabras un montón de veces.

-Intenté dar la prueba hace dos años pero no pasé el maldito examen médico.- Se rascó la nuca -Mi rodilla izquierda se sale de lugar de vez en cuando.- Sus ojos se habían oscurecido, y un leve tono triste pintaba su voz.

-Debe haber algo que se pueda hacer- Me negaba a creer que no había más opciones.

El silencio envolvió el ambiente por varios dolorosos largos minutos en los que ninguno de los dos se atrevió a romperlo.

Suga levantó su mirada y observó mis ojos con arrepentimiento.
-Lamento lo que sucedió en la fiesta, me gustaría poder hecharle la culpa al alcohol pero se que no tendría sentido. Diablos, ni siquiera se porque me porté como un idiota contigo-

Se pasó una mano despeinado su cabello. Estaba siendo sincero, cualquier tono bromista que hubiese empleado conmigo había desaparecido.

Lo consideré varios minutos, podía seguir enojada con él pero decidí que ya era hora de pasar la página, cerrar un capítulo y empezar uno nuevo.

-Disculpa aceptada- Hice una pausa
-pero a cambio quiero que te comprometas en ayudarme a salvar la prueba de baile- El asintió efusivamente y colocó una mano en su corazón mientras sostenía la otra en el aire.

-Prometo ayudarte y no comportarme como un cretino- Y dicho estas palabras, comenzamos a ensayar. Una sonrisa se dibujó en mi rostro, quizás Suga no era tan mala persona después de todo.

El Hilo Rojo (Taehyung y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora