La curiosidad mató al gato

6K 566 36
                                    

Era sábado por la mañana, o al menos eso suponía yo. Me tomé mi tiempo para levantarme de la cama. Estiré mis brazos hacía arriba desperezandome mientras un bostezo escapaba entre mis labios.

Recordé la charla que había tenído con Hani la noche anterior, luego de eso había dormido plácidamente como un bebé.

Observé la cama vacía de mi compañera, podía escucharse el agua de la ducha correr desde el baño. Enfoqué mi vista en el reloj que reposaba en la mesa de luz.

Las 3 de la tarde. Mierda. Me había quedado dormida. Como un rayo salté de la cama y di tres toques a la puerta del baño.

-Hani, me quedé dormida. Apurate que tengo que salir.- dije con urgencia.

-_____, acabo de entrar. Espera veinte minutos al menos.-

Me mordí las uñas sopesando mi próxima respuesta. En un día común y corriente lo hubiera dejado pasar, pero hoy era diferente, era una ocasión especial, quizás incluso lo más interesante que me ocurría en meses.

Abrí un poco la puerta, lo suficiente para que mi voz se filtrara con claridad.

-Hani sabes que no me gusta apuntarte pero...c-creo que tengo una cita- Crucé los dedos con la esperanza de que Hani hubiera escuchado ésto último con claridad.

-_____ habla más alto que no te escucho- respondió Hani.

-QUE CREO QUE TENGO UNA CITA- Esta vez lo grité, no había duda de que mis palabras habían sido altas y claras.

Se mordió el labio intentando aguantar su risa. Me había obligado a repetirlo a pesar de haberme escuchado la primera vez que lo dije. Agarré una esponja que estaba en el tocador y se la tiré para luego salir, cerrando la puerta detrás mío.

-Dame cinco minutos- gritó Hani desde adentro del baño.

Aproveché ese tiempo para acercarme a mi armario y elegir mi atuendo. Me golpeé mentalmente por no haberlo aprontado la noche anterior.

El clima aún seguía frío y habían anunciado nieve para hoy, por lo que opté por ponerme unos jeans blancos, un buzo bien abrigado rosado pálido y unos botines negros.

Tenía que reconocer que Hani me había hecho un gran favor al liberar la ducha rápidamente. Al salir, me sequé el cabello cepillándolo cuidadosamente.

Había sido una buena decisión traer conmigo mi shampoo favorito, aunque pronto tendría que reponerlo.

Mientras me maquillaba frente al espejo intentando cubrir mis ojeras de la noche anterior por falta de sueño, Hani se acercó por detrás. Observé su reflejo en el espejo, y ella me devolvió una radiante sonrisa.

-Donde será la cita?- inquirió curiosa.
Terminé de de delinear mis ojos antes de contestar.

-Mmm en la plaza principal- respondí distraída.

-¿Estas segura que sabes como llegar?- parecía divertida. Hani sabía por todas las anécdotas que le había contado, que mi sentido de la orientación era prácticamente nulo.

-Si- respondí con seguridad -ayer estuve investigando por Internet cual sería el camino más corto para ir. También me he descargado el mapa sólo por si acaso.
Relajó un poco los hombros pero la duda no abandonó sus ojos.

-Tienes mi número, llámame por cualquier cosa que necesites.- dijo mientras me cruzaba mi cartera y envolvía la bufanda alrededor de mi cuello. Asenti en su dirección, contenta de saber que se preocupaba por mi seguridad.

No había alcanzado a poner un pie afuera de la habitación cuando Hani habló.

-Aah y una cosa más...- dijo intentando ocultar lo emocionada que estaba. -cuando vuelvas, estaré esperando para escuchar todo con lujo de detalles.- me guiñó un ojo haciendo que me ruborizase levemente.

Negué con la cabeza y me marché antes de que pudiera decir algo más.

El Hilo Rojo (Taehyung y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora