-Ugh- murmuré con desgano mientras revisaba mi bolso.
-¿Ocurré algo?- preguntó Suga interrumpiendo su estiramiento y acercándose al costado de la cancha donde me encontraba sentada.
Suspiré y levanté mi vista encontrándome con sus ojos color miel.
-Olvidé traer mi botella de agua- Volví a dirigir mis ojos hacia el bolso con la esperanza de que mágicamente apareciera ahí.
Habíamos estado ensayando todos los días después de clases. Con el poco tiempo que teníamos, debía admitir que de a poco la coreografía iba tomando forma.
Aún algunos movimientos resultaban rígidos por mi parte, en especial cuando debíamos realizar algún contacto físico, ya sea tomándonos de las manos o cuando Suga sostenía firmemente mi cadera para poder levantarme en el aire.
-¿Qué te parece si vamos por unos refrescos?- ofreció mientras ayudaba a pararme.
Encendí el móvil corroborando la hora. Habíamos terminado media hora antes por lo que aún tenía tiempo antes de encontrarme con Tae.
Por lo general, el siempre pasaba a buscarme por la cancha de básquet cuando su última clase terminaba. No es que no confiara en mi, estaba convencido de que Suga tomaría ventaja de cualquier oportunidad que se le presentase para aprovecharse.
Al fin y al cabo, un hombre es un hombre, había dicho dando por zanjado el tema luego de que intentara apaciguarlo de que las circunstancias eran claramente diferentes a las de la fiesta.
Asentí a Suga quien estaba expectante de mi respuesta y como si le hubiesen dado un caramelo a un niño, su rostro se iluminó con una deslumbrante sonrisa.
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Deshicimos el camino que habíamos hecho a la ida en dirección al edificio de la Universidad.
Un silencio incómodo cayó entre los dos.Me devané los sesos pensando en cual sería un buen tema de conversación. Quería evitar ponerlo incómodo con preguntas personales por lo que dije lo primero que se me vino a la mente.
-¿Te gusta el chocolate?- Ok, eso si que era una pregunta estúpida, pero al menos serviría quizás para iniciar una aburrida conversación.
-Hmm, ¿el chocolate?- Dijo distraído. Parecía que había interrumpido el hilo de sus pensamientos. -No, no me gusta- Dirigí una mirada sorprendida.
-¿A quién no le gusta el chocolate? ¿Ni siquiera el blanco?- Eso si que me resultaba extraño pero a la vez fascinante.
Aunque si era acerca del gusto por la comida, no tenía ningún derecho a hablar. Yo era en si, un fenómeno en esa área. Podría hacer una lista de las cosas que no me gustaban siendo las más "extrañas" por así decirlo la mayonesa, el queso y la Coca Cola.
Suga negó con la cabeza e hizo una pausa eligiendo cuidadosamente sus siguientes palabras.
-En realidad no me gusta lo dulce- Fue inevitable, mi boca se abrió como una "O".
Era la primera persona que conocía a la cual no le gustaba lo dulce. Un escalofrío recorrió mi espalda al imaginarme como sería mi vida sin chocolate, caramelos, azúcar...sugar...Suga.
-Si no te gusta lo dulce, entonces, ¿Por qué elegiste Suga como apodo?- La pregunta se escapó de mis labios antes de que lo pudiera evitar.
Su rostro se volvió serio mientras se detenía para observar el horizonte.
-Quizás porque me gustaría algún día poder comerlos sin que me desagradan tanto y poder sentir la alegría que sienten las personas al comer chocolate.-Clavé mi vista en el suelo y me golpeé mentalmente por haber hecho una pregunta tan estúpida sin pensar en como le afectaría. Levanté mis ojos con la intención de disculparme.
Suga apretaba con sus brazos el estómago mientras intentaba tranquilizar las carcajadas que amenazaban por escapar. Al ver mi rostro llenó de confusión, eso sólo sirvió para que rompiera a reír incontrolablemente. Le llevó varios minutos calmarse.
-No creí que fueras a caer tan fácil- Sonreía mientra secaba una lágrima.
-Eres un idiota- Me giré con la intención de alejarme cuando un tirón me hizo retroceder.
-Lo siento, lo siento- Se disculpó con su mano alrededor de mi muñeca. -No te enojes, era sólo una broma.- Solté su agarre, rompiendo el contacto pero me detuve a escucharlo.
-Elegí Suga como apodo para tener siempre presente mi sueño y no perderlo de vista.- Sus ojos brillaban con una luz especial.
-Suga- repetí -¿Que significa?- La curiosidad había hecho que el último rastro de enojo desapareciera tan rápido como había llegado. Su sonrisa se amplió.
-Es una palabra compuesta- Se aclaró la garganta -Cuando estaba en el equipo de basketball, solía jugar como escolta, en inglés el término se conoce como shooting guard.- Mis ojos se abrieron sorprendidos -Al entrenador en ese tiempo, le quedaba más cómodo si quería indicarnos algo en un partido llamarnos por nuestras posiciones. En mi caso utilizaba las dos primeras sílabas por lo que me decía Suga.- Sus ojos se veían distantes, como si estuviera rememorando aquel recuerdo. -Con el tiempo le tomé cariño al apodo-
-Vaya, nunca se me hubiera ocurrido- sonreí aún sintiéndome algo tonta por haber malinterpretado su significado.
-Es común que se equivoquen al pensar que proviene de sugar- Apoyó las manos en su nuca tirando levemente la cabeza hacia atrás -En realidad pocas personas saben su verdadero significado. El entrenador, mis amigos de la infancia y ahora tu- Me sonrojé.
-Gracias- Tenía la necesidad de agradecerle por haber sido sincero. Había revelado algo que para el era importante y apreciaba que hubiese confiado en mi.
Retomamos la caminata hacia el edificio cuando unos gritos provenientes del interior me hicieron helar la sangre. Dirigí una mirada preocupada a Suga quien no dudo en tomar mi mano y correr hacia el lugar de donde éstos provenían.
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El Hilo Rojo (Taehyung y Tu)
Fanfiction_____, una chica de 18 años que no creía en el amor. Él, un chico que haría cualquier cosa por ella. Almas gemelas destinadas a encontrarse.