Capitulo 6: Belleza profunda

4.6K 551 235
                                    

No tenía planeado escribir hoy porque es mi primer día de vacaciones pero aquí está más Nathloe y Ladrien.

Sus vellos estaban de puntas. La realidad es que nunca había tenido una cita y menos de un pretendiente de su némesis. Trataba de tomar aire pues pronto llegaría la morena y no quería que la viera así, su orgullo se mancharía si la notaba nerviosa. Por más que se dedicó a leer Cinderella sus ánimos no volvían a la normalidad. Escucho tocar la puerta.

-Pase.-dijo aún con la cabeza escondida en la almohada.

Los pasos resonaron sobre el suelo hasta que se detuvieron. Chloe nada más escuchaba el ruido de una respiración que la observaba. Estaba lista para recibir una burla de Alya, realmente no le importaba, solo le importaba reacomodar sus emociones.

-Hace mucho que no te veía así Chlo.- la joven alzó su cabeza rápido al escuchar la voz masculina. Lo vio ahí con ese espíritu tan liberal como el que acostumbraba.

-Hola Adrihoney. Hace mucho que no venias para acá.- dijo tratando de recobrar su tono coqueto de siempre sin embargo no lo lograba. Quizás porque no quería traicionar a su heroína o quizás porque no tenía una lacia melena roja, espera... ¿Qué estaba pensando? No, definitivamente Nathanaël no le llego ni a los tobillos al gloriosos Adrien Agreste.

-Siii.- alargó para que no se diera cuenta de la verdad, últimamente frecuentaba esa habitación porque siempre había alguna batalla contra un villano en donde terminaban ahí. Borro rápido esos pensamientos. -Te escuchas diferente ¿Está todo bien?- interrogó suavemente.

-Como siempre Adri.- se acercó al espejo y empezó a acomodar su cabello para lograr convencerlo. -¿Y a qué viniste? Ya sabes que me encantan tus visitas pero en serio que se me hace extraño que hayas venido por tu propia voluntad.- se colocó su brillo labial con sumo cuidado.

-Bueno... Ya sabes...Por lo de Nath.- pronunció obviando.

-Ahhh si ¿Y qué quieres saber?- ahora se colocaba rubor.

-Vamos Chlo, me alegra que alguien además de mí, Sabrina o Kim te halla defendido ¿Por qué tú no?- cuestionó alegre. ¿Qué si no le había encantado? No, simplemente la fascino, se sintió bien, protegida, amada ¿Qué dices? ¿Amada? Acaso... No, no podía ser ¿Le gustaba Nath?

-Por dios Adrien, todos me aman en realidad. No me sorprendería que pronto hasta la boba de Marinette me ande defendiendo.- el joven sintió que la indignación recorrió por cada una de sus venas.

-¡Con ella no te metas!- gritó a su amiga de la infancia. Ambos se quedaron pasmados. Ni siquiera el mismo entendió porque hizo eso.

-T-te gusta Marinette.- pronunció sin pizca de pregunta. Esto estaba mal, el es de Ladybug.

-No, no es así.- sostuvo, aun así sentía que se mentía así mismo. Algo estaba mal.

-No puede ser.- escucharon otra voz femenina atrás de ellos. Alya había llegado. Ambos rubios voltearon a verla asustados. Adrien en seguida se acercó a ella.

-No es así Alya.- entonó implorante. De pronto una duda le surgió. -¿Y tú qué haces aquí?- cuestionó dejando sin habla a la morena.

-Ella...-intentó defender a la morena, sin embargo se quedó en blanco.

-Yo.- pensó Alya. -La misma pregunta te hago a ti Adrien ¿Qué no Nino te había invitado a jugar videojuegos con Max?- preguntó con un tono de molestia falso, ahora el ojiverde era el que estaba en blanco.

-Bueno... es que yo...-se rasco la nuca. -Vine a ver cómo estaba mi amiga de la infancia ¿Y tú?

-Yo vine a conseguir noticias para el blog escolar. En la escuela no pude conseguir la entrevista así que aproveche hoy que no estaría con Nino porque se suponía estaba jugando videojuegos para venir acá. Ya sabes, lo normal en mi. Ser una reportera curiosa y aventurera.- elogió a sí misma. Adrien quería dudar pero la castaña solía ser muy honesta y tenía la fama de no saber mentir. Si tan solo el supiera que eso era lo que ella quería que pensaran.

-Bien. Las dejo chicas. No vallan a hacer un batallón aquí.- guiño un ojo y se fue. Ninguna de las dos entendió a lo que se refería, más bien... Ninguna de las dos había entendido hasta que la morena se puso a reflexionar a detalle. Las dos tenían la fama de ser muy impulsivas.

-Ahora sí.- saco su teléfono. -Tengo un secreto, no toda la información que consigo la público en el Ladyblog. Hasta ahora, mis investigaciones han arrojado que ella vive cerca de nuestro instituto, a al menos 4 km a la redonda.- entusiasmo Alya. Volteo a ver a la rubia que tenía la mirada desorbitada. -Mi intuición reportera me dice que esa mirada no es por Adrien.- la rubia salió de sus pensamientos y volteo a verla, tenía una sonrisa intuitiva en su rostro. -No es que me interese tu vida, en lo absoluto.- enarcó. -Pero si me molesta que mi co-reportero no esté concentrado en la investigación.

-Al parecer ya pusiste tu modo fastidiosa on.- la morena sonrío.

-Como digas pero yo que tú no iría con esa actitud a tu cita con Nath.

-¿A qué te refieres con mi actitud? Espera... ¿Cómo lo sabes? No, no, no a lo que me refiero es ¿Qué cita?- dictó nerviosa. Ese gesto llamó la atención de la reportera, era muy familiar a cuando Marinette se ponía nerviosa cuando tenía que salir con Adrien y pensó, que quizás ella también era solo una chica normal, una chica normal que trataba de ocultar algo. Agacho la mirada, ella no era la mala persona que creía y como le costaba admitirlo.

-Me fijo en cada detalle, incluso en esa mirada celosa que le echabas a Nathanaël cuando estaba con Marinette.- la rubia se ruborizó. -Hablando de Marinette ¿Es cierto? ¿Adrien gusta de Marinette?- preguntó con picardía. La rubia se negó a contestar. -Bien, no me contestes, prefiero publicar la foto de cierta chica usando los listones de Marinette.- No malpiensen. Alya nunca sería capaz de eso, pero si era capaz de usar esa coartada de no mentirosa que tenía. La rubia renegó.

-Okey.- soltó poco convencida. -No estoy segura, pareciera que un poco pero eso no importa, ya dejamos en claro que Adrien es de Ladybug.- la morena asintió.

-Esta bien.- metió su celular en el bolso que cargaba. -Lo mejor será que analicemos la información un día que no tengas la cabeza en las nubes por tu futuro novio.- bromeo para sí misma.

-¿Qué?- preguntó indignada aunque con cierta esperanza.

-Nada, hasta pronto.- cerró la puerta. Ambas se quedaron pensando lo mismo "Ella no cae tan mal como pensaba."

Chloe cambio de pensamientos rápido, tenía que hacer algo con Marinette para que no se metiera en el camino de Ladrien como llamó a la pareja pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por un dulce sentimiento que crecía en el estomago. La hacía sentir... bonita, pero no la clase de belleza superficial sino la belleza profunda, como si su ser ocultara algo de esa belleza. Sublime.

Se vio en el espejo. Se sentía ridícula con tanto maquillaje, como un payaso. Se dirigió al baño y se limpió el rostro. Volvió a verse, no recordaba que tan azules eran sus ojos. Vio su cabello y se lo soltó, le dolía la cabeza del peinado tan apretado que llevaba. Se lo ato en una coleta baja. Vio su ropa y la furia le invadió, así era como su madre le exigía vestirse. Se quitó la chaqueta amarilla, sus pantalones impecablemente blancos fueron cambiados por un pantalón rojo carmesí acompañado por una bufanda y una boina del mismo color. La blusa rayada se la dejo.

Se vio por última vez en el espejo y se quedo pasmada. Hacía mucho tiempo que no se sentía bien consigo misma y tenía que admitirlo, no se veía mal. Se colocó con una sonrisa  unos deportivos blancos. Admiro cada detalle, esa sonrisa no se la pudo quitar.

Salió más emocionada que nunca, sus pies cosquilleaban. Ella irradiaba felicidad y su mayordomo lo noto, amaba esa brillante alegría que esparcía la rubia en su mirar. La última vez que la vio así fue cuando aún era una niña.

Cuando aún era una niña alegre y humilde que admiraba a su madre. Antes de que todo sucediera.

Quién diría que la desgracia de los Agreste fue contagiada a los Bourgeois.

Chloe, eternal // Ladrien// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora