Capitulo 14: Violinistas

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Sentirse perdido es fácil: sucede cuando aquella tranquilidad en la que vives se ve destruida, cuando lo que te ataba a la tierra se aleja de ti, cuando esa luz que te guío en tiempos oscuros se apaga o cuando algo que amas se te ve arrebatado. Nunca valoras lo que tienes hasta que lo ves perdido dice el famoso dicho.

-¡Chloe!¡Chloe!- gritó desesperado el felino. Las lágrimas de la frustración resbalaban por sus mejillas como cascada. El miedo se envolvía en el.

Ambos héroes corrían por todos los techos de París en su búsqueda. Ladybug jamás se detuvo a hacerle alguna pregunta, ver la desesperación en aquellos ojos que tanto amaba le ardía como nunca. Odiaba verlo así, lo único que lograba irradiar en este momento era pánico, y uno terrible.

Cansada de verlo sumergido en un inmenso terror lo detuvo por su hombro, el corazón del joven al fin dejo de palpitar. Él ojiverde estresado regresó a ver a la joven que lo había detenido.

-La salvaremos, lo prometo.- inquirió suavemente dejando que sus palabras navegarán por el aire esfumándose al paso de las suaves ventiscas nocturnas. -Escúchame Adrien, no tengas miedo.- en un segundo se volvió a sentir fuerte, que todo cuadraba. Era increíble cómo alguien podía sumergirse en un mundo completamente nuevo cuando se centraba en esos hermosos ojos azules.

Ese deseo de saber quién era esa extraordinaria chica volvía a recorrer todo su cuerpo.  Otro universo, otra dimensión, otro mundo; simplemente esa chica no le resultaba algo que viniera del mismo planeta que el.

-Confía en mí.- si no hubiera sido por ese temor inmenso que sentía la hubiera besado buscando que esa fortaleza se le fuera contagiada. Ambos sabían que ahora no era el momento. Los recuerdos del dulce ser que escondía Chloe se inyectaron en la profundidad de su alma. No pudo más y abrazo a la joven azabache ocultándose entre su luminescencia. Siempre supo que Chloe era una parte importante de su vida pero jamás llegó a imaginar que tanto. -Estoy aquí para ti gatito, así como tú lo has estado siempre.- dijo al sentirlo llorar ahí en su pecho. Miles de emociones se revolvían en la joven con ese abrazo, no era fácil ver destrozado a Adrien pero lo que más triteza le causaba es que era aún más difícil ver aquebrantado a Chat. Tomó aire buscando la fortaleza que poco a poco iba perdiendo. Acaricio una vez más su cabello mientras sentía como aquellos sentimientos formaban heridas profundas en un lazo que ni ella entendía. Chloe y Adrien.

Al siguiente día Nino consoló a Alya, quizás el llanto no los atacó pero la tristeza y nostalgia persistieron en derrumbarlos a cada rato. Trataba de analizar lo que había sucedido sin embargo la tempestad que lo invadía le impedía cuadrar todo y ese eslabón perdido parecía ser algo que en realidad no existió. Se culpaba una y otra vez, debió estar ahí para ella, debió haberla protegido. No debió de haber sido un estúpido, el eco de las risas de su amiga aquellos días de felicidad resonaban a una frecuencia en donde parecían pretender parar su débil corazón.

No podía dejarse caer ahora, debía ser fuerte por ella. Debía irradiarles fuerza a los demás así como ella hizo. Debía ser fuerte por ella, y por Alya.

Nathanaël decidió apagarse. Odiaba el arte, odiaba a todos porque podían ocultar seres realmente malignos en su interior como para secuestrar a su musa, a su bella miel. Se odiaba hasta el mismo por haberla dejado sola por el maldito miedo. Cobarde. El mundo ni siquiera se curaría aunque ardiera en millones de llamas ¿Quién puede contar el fuego? No lo sé, pero en la mente de él nada tenía lógica en este momento. Solo quería verla y rogarle perdón un millón de veces, más, billones de veces, cuatrillones de veces, quintillones de veces. No importaba, jamás tendría perdón. Y ahora, ya demasiado tarde, se enteraba que la amaba. Tenía que buscarla.

Nadie consoló a Sabrina, aquella que se rompió a llorar en su lugar del salón. Rosse quizo acercarse pero esa mala aura que parecía cubrir a todos solo le causaba más temor y prefería mantenerse en el silencio al igual que Mylenne, Alix y los otros. Nadie vio que tras aquellos cristales había un par de ojos que aclamaban consuelo. Nadie.

Chloe, eternal // Ladrien// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora