Te conté todo, nada podía hacer que dejara de llorar. Tú limpiabas dulce y pacientemente cada lágrima, era uno de esos momentos. Verte siempre hizo más insoportable sostener la cortina de indiferencia que levanté entre lo que habíamos sido, pero siempre has sido sorprendente, y llegaste a abrirla varias ocasiones.
El panorama era poco alentador para mí. Te fallé, hice lo mismo con Mikey. Terminó siendo despedido, pero encontró trabajo rápidamente en una librería, su amplio conocimiento y dominio de temas se lo concedió. La comida no se pagaba sola, tampoco la magia.
Los bares de mala muerte son como un mundo alterno, donde la solución parece estar en el fondo de alguna botella y la alegría se transforma en brillante polvo de hada que se consigue con algún tipo de amplia gabardina.
Yo quería volar, pero no podía pensar cosas felices. Tuve que recurrir a ese polvo mágico, sólo así, todo parecía estar bien. Al menos, por un tiempo.Te uniste a nuestra brillante idea, los cinco teníamos mucho por decir, y habíamos encontrado una manera. Después de todo, no éramos tan malos, sólo nos faltaba ensayar, claro que Mikey tuvo de que desarrollar una habilidad musical, porque la voz dolida ya estaba abarcada por mí, y Ray le enseñó a tocar el bajo.
Ecstasy: three tales of chemical romance fue el libro con el que llegó Mikey al primer ensayo, y sentí que el título estaba hecho a mi medida, pues ya había iniciado un romance químico que me había hecho sentir bien, pero que pasó rápidamente la factura, y comenzó a derribar todo en mí una vez más.Aún así, cuando las luces se apagaron, fuiste el único que quiso cargar este montón de huesos.
Pero te abandoné en la oscuridad.
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Si Hubiera Sabido. [FRERARD]
RandomTe conozco desde siempre, casi podría decir que en mi mente aún viven las escenas de cuando nos cambiaban los pañales al mismo tiempo. Recuerdo que, a los seis años, resbalé del columpio y mi cara pagó las consecuencias. Tú te acercaste a mi y me...