Can I be the only hope for you?

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Lindsey y Bandit estaban visitando a Frances en California por el fin de semana, lo cual representó la oportunidad perfecta para Gerard de reconsiderar las decisiones desesperadas que había tomado en su vida. La cafeína le había brindado más tiempo a la vez que la falta de sueño.
Ahí estaba, al pie de su cama mientras pensaba en que las cosas no siempre habían sido así, que hubieran podido ser diferentes. Si se hubiera quedado con él, quizá todo se resumiría a "y vivieron felices para siempre" o "y vivieron felices los primeros dos años de su matrimonio hasta que se hartaron del otro y se divorciaron". Claro que la última opción no parecía realmente posible, porque Frank era diferente a todo eso. Frank... cinco letras que podían resumir más de la mitad de su vida. Frank, su querido Frank.
Se había pasado más de tres horas marcando al teléfono de su casa, cortesía de la agenda de Ray, porque Iero había cambiado su teléfono desde la fastidiosa tarde del 22 de marzo de 2013. Ahora sentía lo que aquella maravillosa persona debió haber experimentado cuando el peso de la universidad terminó con él y decidió cortar toda comunicación.

Claro que Frank no contestaba, pero él no se rendiría tan fácilmente, había dejado más de 30 mensajes en su contestadora, narrándole desde el primer gran recuerdo que su memoria pudo alcanzar. Estaba dejando su último mensaje:

-Te conozco desde siempre, casi podría decir que en mi mente aún viven las escenas de cuando nos cambiaban los pañales al mismo tiempo.
Recuerdo que, a los seis años, resbalé del columpio y mi cara pagó las consecuencias.
Tú te acercaste a mi y me ayudaste a levantar, luego, besaste mi mejilla. La cosa más normal del mundo para un par de niños de primaria.
A los catorce, mi atrofiada capacidad deportiva rompió una ventana, el tipo de la casa salió con una pala vieja para darme una lección... y tú me empujaste para que corriera, alcanzando a recibir un fuerte golpe en la espalda, pero no te importó, corriste tras de mi y escapamos juntos con las manos entrelazadas.

Si Hubiera Sabido. [FRERARD] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora