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Aparecieron en una pradera bastante extensa, el viento les despeinaba el pelo y solo la luna llena podia darles algo de luz, Sebastian seguía sin poder moverse y empezaba a sentirse terriblemente mal, sentia que le estaban prendiendo fuego en cada centímetro de piel, dejando de lado que se sentia demasiado vulnerable, Aitanna se habia alejado algo de él y estaba hablando en una lengua que no reconocia pero parecia una mezcla de latin y mandarin, la vió levantar una daga y cortarse con ella el brazo inmóvil, llenar un cuenco y luego vaciarlo sobre un pedazo de tronco que se iluminó tenuemente dejando ver un sendero que hasta hace poco no estaba.

- en cuanto entre por ese sendero no podré utilizar magia y tampoco podré cargarte. .. asi que voy a dejarte un momento aqui en lo que voy con Iwisa.

- si alguien viene no podré defenderme!

- no te preocupes Sebastian, muy pocos saben venir a esta dimensión y te dejaré protegido.

Sebastian asintió y Aitanna creó un escudo alrededor de él, se levantó y entró por el sendero.

La vió desaparecer y su mente voló hacia el recuerdo de Victoria, odiaba lo que estaba pasando y odiaba mas saber lo que podrían hacerle los guardianes para hacerlo regresar, "al menos ese idiota servirá para protegerla", pensó.

Aitanna caminaba por el sendero con bastante precaución, se sentía indefensa sin sus poderes, era bien conocido que a Iwisa no le gustaba ser molestada.

Llevaba ya un rato caminando por el sendero cuando éste desapareció, se detuvo en seco, algo no estaba bien, giró sobre sus talones, Sebastian estaba en peligro, pero algo la bloqueó tirandola contra un árbol y partiendolo por la mitad, todo su cuerpo se estremeció de dolor... todo estaba tan oscuro y confuso, escuchó unos pasos que se le acercaban, trató de incorporarse pero no lo logró, una mano tiró de su largo cabello, alguien la estaba sujetando con demasiada fuerza.

- donde dejaste a Sebastian? - casi fue dulce la pregunta

- jaja vaya que te gustaria saberlo pero no voy a decirtelo!

- asi que sigues enamorada de él, de alguien que te puso en esta situación y por salvar a otra.

- este es tu intento de persuadirme? prefiero morir antes que traicionarlo! es una lástima que jamás hayas sido suficientemente hombre para conquistarme Alek.

Él sonrió y pudo ver que algo brillaba en su mano.

- que prefieres morir que traicionarlo? bueno, quien soy yo para negartelo.

Y el brillo describió un zigzag en el pecho de Aitanna y esta cayó.

- vaya! te mueres pero aun asi te encargas de arruinar algo mío. .. ahora que haré con estos zapatos manchados de sangre?? jajajajaja!!

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Una intensa luz la hizo volver en sí, pero no abrió los ojos, se sentía tan cansada pero tan feliz, sintió el roce de algo delicado y perfumado en su nariz, abrió los ojos y se encontró con los de Adriel, quien tenía una rosa en la mano con la que la acariciaba, automáticamente sonrió, y lo abrazó.

- de donde has sacado eso?

- fui al pueblo unos momentos, y no quise despertarte, aunque ya me estaba preocupando, pensé que estabas muerta...hasta que te oí roncar.- y su rostro se iluminó con una sonrisa.

Victoria le lanzó un gruñido y lo besó.

- tienes que ir a la universidad.- dijo Adriel con seriedad.

- no quiero, no quiero recordar, no quiero preguntas, ni miradas de lástima.

- piensas volver algún dia?

A la sombra de tus sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora