A la sombra de tus sueños

La batalla

No veo, no escucho, no siento ya el dolor... vago por una oscuridad completa y no se de mí...

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-Es hora de que tomes tu ejército y cumplas el fin para el que fuiste creado!

una ola de vitores y gruñidos se alza y algo en mi se remueve satisfecho, todos esos seres me aclaman y me ven con admiración, me llevan hasta una cueva donde un oscuro me llena de un aceite oscuro, me sumergen en agua y cuando salgo mi cuerpo resplandece, pero no un resplandor cualquiera, sino como si estuviera lleno de diminutos rubíes, me han quitado todo vello de mi cuerpo y me han puesto una armadura hecha con oro negro puro y me han dado una espada Falcata, apenas la tomo y brilla como un sol. 

-es hora- me dice el que irá a mi derecha se hace llamar Sabam - él sera tu comandante en jefe- estira su brazo para señalarme al oscuro quien sonríe.

-Hola Sebastian, quiero decir Señor - su burla no me pasa desapercibida, quiero matarlo ahora mismo pero me aguanto un poco, primero lo primero, ya tendré tiempo para este idiota.

- vamos pues

-su transporte señor

un magnifico caballo alado negro como la noche me espera, sus ojos completamente rojos y humo saliendo de su nariz y hocico, me trepo en él y doy la orden para que junten el ejército. Llego a una llanura y puedo ver su magnificencia, se cuentan por millones, a mis lados los seres oscuros mas repugnantes y peligrosos, adelante vampiros, hombres lobo, Leviatán, Behemot, rakshasas, demonios, oscuros...

Y unos de ellos abre el portal, puedo ver la ciudad antigua a través de el y me rio.

-VAMOS A ACABARLOS A TODOS!!!-  grito y todos me devuelven el grito y entramos a esa tierra que ya ha sido profanada.

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Algo me incomoda, como si me empezaran a jalar con ganchos, al principio solo es una sensación pero después es doloroso, quiero zafarme pero eso me sigue llevando hacia arriba, pataleo, me retuerzo pero un nudo se forma en mi estómago y en eso aparece una luz, tan potente que me deja ciega por unos momentos, entonces abro los ojos y la mirada llena de paz de Elías me inunda.

- hola - me dice simpático - aún no era tu momento sabes?

Acto seguido una mata de pelo castaño me tapa toda la visión, Gabriel me está abrazando y sus lágrimas mojan mi cuello.

-tranquilo...ya estoy bien- le digo mientras le acaricio la cabeza.

Él levanta su mirada y esos increibles ojos me traspasan el alma

- gracias por regresar- y me da un beso en los labios, apenas me toca pero yo me derrito.

Entonces se escucha un gran estruendo, las nubes se vuelven negras y rayos caen por todas partes.

- que pasa?!- les pregunto

la mirada de Elías es inescrutable - la batalla se ha adelantado...ya están aquí.

Khevan se levanta y extiende sus enormes alas, parece un ave gigante, se eleva y se detiene en el aire a una distancia considerable, saca una trompeta y la toca, es tan potente que siento que jamás podré volver a oír de nuevo, el sonido es terrorífico y me pone chinita la piel, y luego miles de ángeles se elevan tapando por completo el cielo.

-llevala a un lugar seguro y luego toma tu lugar- la voz de Elías suena profundamente tranquila.

Gabriel me toma en brazos y se echa a correr.

-NO! NO! GABRIEL BAJAMEEEE!!!- le grito y trato se bajarme pero su fuerza me sobrepasa..por mucho.

Llegamos a la gran pared de roca y me hace entrar, esto no hace mas que ponerme mas histérica y me baja.

- escuchame! ESCUCHAME!!- me grita - tienes que quedarte aquí, este lugar está protegido y te quedarás custodiada, no puedes salir Victoria entiendes? eso podría causar la muerte de algunos de los nuestros incluído yo! no puedo concentrarme si tu estás en peligro!

- por favor Gabriel no le hagas daño!! te lo suplico!

Él me mira consternado - no puedo prometerte eso - y me avienta al lago.

Unos brazos se cierran a mi alrededor y yo me muevo desesperada, pero es esa sirena que ata mis pies y mis manos en el fondo dejando solo mi cabeza a flote.

Gabriel me echa una última mirada - te amo- y se va.

- NOOOOOOOO!!!!!

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Arrasamos con todo lo que está a nuestro paso,  cuando veo las legiones de ángeles que nos esperan, tan numerosos como mi ejército pero no me da miedo, al contrario me anima mas... pero los iluminados llegan primero, y se topan con mi avanzada... la lucha ha comenzado!

Se despedazan unos a otros y mis monstruos no presentan mucha oposición, entonces algunos ángeles empiezan a arrojarnos fuego, el Leviatán se levanta y se come a algunos, y con su cola mata a muchos iluminados.

Se escuchan sonidos de espadas, gruñidos y trompetas, y a lo lejos veo una luz, algo muy brillante.

- es el profeta, señor

- manda a los de mas rango

- nadie de este ejército puede con él, ve esa señal? es la del Altisimo, lo está protegiendo... sólo usted posee el soplo divino.

- muy bien!, lo haré yo.- mi caballo empieza a volar mientras toda la retaguardia avanza a mi señal, entonces todos los ángeles se abalanzan sobre nosotros, saco a Falcata, y esta arde en mis manos, un fuego negro que muestra que tan letal es, un ángel me hace frente y trabamos lucha, es muy rápido y saca fuego por sus ojos, pero un oscuro lo derriba dándome tiempo de ir en pos de ese profeta.

Volteo a mi lado y me doy cuenta de que mi comandante en jefe no esta a mi lado, lo voy a matar en cuanto esto termine, mejor aún, lo matare en plena batalla, ese maldito no me va a retar y se quedará como si nada!

Ya vislumbro la última linea de defensa, y es cuando el sonido de una succión me desconcierta haciendome voltear hacia atrás, una gran luz baja del cielo, es un arcangel, y trae en su mano una espada, veo su objetivo, Leviatán, que lo espera con las fauces abiertas y le echa un chorro de agua ardiente pero ni siquiera lo toca, éste levanta una espada y en ella se lee un nombre Gabriel, brillando como mil soles y la avienta... todo va en cámara lenta, todo se detiene... y la espada atraviesa al gigante, que cae de inmediato sobre todo mi ejército.

Algunos se pueden salvar pero la gran mayoría quedan aplastados bajo el peso de este monstruo,  los altos circulos demoniacos se elevan a atacar a ese guerreo pero llegan mas Arcangeles y les plantan cara, es una lucha digna de ver, pero tengo un objetivo y tengo que llegar a el, asi que sigo mi carrera.

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No puedo dejar de gritar, esa estúpida sirena no hace mas que verme como un bicho raro pero no hace nada.

- dejame ir!!!, lo van a matar!

ella sigue impasible.

-sabes de quien hablo verdad?? Sebastian va a morir y no podré salvarlo... lo van a asesinar de la peor forma y su alma quedará condenada!

Esta vez veo un atisbo de esperanza.

-que harás tu para salvarlo?

Ha vaya! todo este tiempo la maldita pudo hablar 

- no sé pero tengo que ir!

- no podrás hacer nada, no eres mas que una mortal. Tu viste su destino, viste la imágen.

- todo se puede cambiar, él tiene que recordar quien es!

- no te dejaré ir, lo siento pero la vida de todos allá afuera vale mas que la tuya.

Eso me causa una conmoción, algo dentro de mí se despierta, empiezo a temblar y un incendio se apodera de mi cuerpo, mis ataduras se rompen y el agua se ilumina, la oscuridad se ha apoderado de mí, pero esta vez no la dejaré ganar.

la sirena se abalanza sobre mi pero la levanto en el aire haciendo que se contorsione y la aviento a la parte mas profunda, salgo del agua y a cada paso mis pies sacan fuego, salgo por la abertura y veo a mi primer oponente esperando.

- Adriel...

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