Secretos

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El lugar estaba abarrotado, la música la hacía vibrar a cada paso, las luces permitían que el misterio se apoderara de la fiesta creando pequeños recovecos en los que algunas parejas platicaban alegremente.

Gabriel sonreía mientras la guiaba agarrandola por la espalda baja, se había quedado con la boca abierta cuando la vió, aunque él tambien se veía guapisimo con esa camisa azul oscuro que le resaltaba esos increíbles ojos verdes, en fin!, se sentía muy contenta, en paz después de mucho tiempo, dejando atrás todo lo que la había arrastrado de nuevo a New York.

- quieres un ponche?- preguntó Gabriel educado.

- tomarás también tú?

- esa es la idea

- esta bien -contestó sonriendo abiertamente, era tan fácil estar con él.

Se quedó cerca de un pilar esperándolo, veía a todos bailar, reír, platicar y entonces su mirada se posó en una despampanante pelirroja que acababa de llegar, el hombre que la acompañaba...no podía ser... un odio la invadió por completo, ahí estaba, aquel que le había prometido amor eterno y luego la había abandonado a su suerte...que feliz se veía, así de fácil la había olvidado. .. "maldito seas Sebastian"

*****

Esa pelirroja se veía demasiado bien, la había esperado a la entrada de la fiesta y había alucinado al verla llegar, llevaba un minivestido rojo sangre que se pegaba a cada centímetro de su voluptuoso cuerpo -wow!  -había dicho haciéndola sonreír, después la había tomado de la mano para entrar a la fiesta, no podia pedir más, mujeres hermosas, alcohol, buena música y excelente ambiente, aunque nada superaba al monumento de mujer que lo acompañaba, si la noche iba bien ella acabaría en su cama, o él en la de ella, no importaba!

Ella le presentó a algunos amigos y todos formaron un grupo muy ameno, los hombres lo invitaban a jugar con ellos fútbol americano y las mujeres casi no podian apartar sus miradas de él.

El alcohol no dejaba de fluir, ya empezaba a sentirse algo mareado y caliente, asi que ya era hora de pasar a la acción.

- me acompañas a la terraza? me siento un poco mareado- dijo poniéndole la mano en el muslo a Katherine.

- seguro- dijo ella captando el significado de sus palabras.

Se levantaron y la tomó de la mano para guiarla entre la gente, por fin salieron a la terraza que estaba un poco solitaria ya que hacía un poco de frío.

Sebastian se quitó la chamarra de piel y se la puso en los hombros, la puso contra los maceteros arrinconandola con su cuerpo.

- te estás divirtiendo? - preguntó ella.

- estoy de poca madre sabes?, aunque podría estar mejor. ..

- ha si? que te haría estar mejor?

- esto...- la tomó por la barbilla y la besó, así loco como estaba por ella, la apretó contra él y el beso subió de intensidad, estaban prácticamente incrustados, escuchó unas risitas tras ellos pero no le importó,  y a ella tampoco parecía importarle, se separó un poco de ella y vió una de las esquinas de la terraza, estaba muy oscura, era perfecto! la llevó hasta ahí y la aprisionó de nuevo entre la pared y su cuerpo, ella se restregaba contra él y lo volvía loco, sin ningún recato lo agarró por las nalgas y lo pegó más contra ella, mientras él le pasaba las manos por sus senos, le bajó el cierre del pantalón y metió la mano, que todo el mundo se jodiera! se la iba a coger ahí mismo, pasó sus manos por sus muslos y le subió el vestido, casi le da un infarto, no llevaba ropa interior, gimió contra su boca y cuando ella lo empezó a besar en el cuello la penetró, estaba en la gloria, sintió un dolor en el cuello que le bajó hasta el brazo pero comparado con el placer que estaba sintiendo no era nada, tenía que concentrarse mucho para no venirse, se dejó llevar por completo,  cerró los ojos y perdió el control, todo era puro placer, gemidos, besos húmedos y caricias, entonces todo fué una explosión tan fuerte que le dobló las piernas y que de no haber sido porque estaba algo recargado en ella se hubiera caído,  la escuchó reirse

A la sombra de tus sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora