CAPITULO III y después de todo. ..Aún te amo

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-Aitanna? sabes donde estamos?

- no, supongo que es otra dimensión

-otra dimensión? - Victoria no sabia de que hablaba la otra chica pero la compadecia, tal vez llevaba mas tiempo que ella y ya habia enloquecido, esto la llenó de terror, tal vez ella acabaría igual.

- cuál es tu nombre?

- Victoria, mi nombre es Victoria...

- Victoria? ...- la voz de Aitanna habia alcanzado el grado histérico- la Victoria de Sebastian?

- de que hablas? como lo conoces?

- él vendrá a buscarte estoy segura. ..si... estoy...segura...tu...Victoria

.. - hablaba para si sin controlarse Victoria se quedó callada por primera vez desde que llegó a ese lugar. ..las lágrimas rodaban por su cara recordando aquel hombre que amó, aquel hombre que la había lastimado tanto...y donde estaria ahora...

un ruido la sacó de sus pensamientos, Aitanna estaba callada también, eran pasos y junto con ellos un ruido de arrastre, se abrió la puerta y una intensa luz la cegó, se sintió arrastrada y después sólo se vió rodeada de agua, le llenó los pulmones, trataba de salir pero una fuerza la mantenia dentro, dejó de luchar, queria morirse, tal vez nunca la encontrarían, no quería terminar como la chica loca de la otra celda, asi que se dió por vencida, sintió como el oxigeno la abandonaba, su garganta ardía...la oscuridad la envolvía.

****

Aitanna estaba tirada sobre su costado, sus fuerzas la habian abandonado, se había sentido terriblemente mal al saber que la chica que no dejaba de gritar era Victoria, se preguntaba donde estaría Sebastian, si había encontrado a Iwisa, si vendría a buscar...la.

Un sonido metálico...gritos...sonaba como si cayeran cosas pesadas, y un golpe en la puerta la sacudió, se puso contra la pared tapandose con los brazos, los golpes se hicieron más intensos y entonces la puerta cedió, una sombra la sustituyó, estaba lista para lo que podían hacerle, ya nada quedaba, vió la luz mágica que iluminó el lugar.

-Aitanna!?

la voz de Sebastian inundó la celda, Aitanna empezó a llorar como histérica,  aqui estaba él! no podía creerlo!

- por Dios Aitanna que te han hecho!- Sebastian estaba horrorizado, aquella mujer hermosa y poderosa estaba reducida a nada, le habían cortado su larga cabellera casi a rapa, estaba completamente desnuda y llena de heridas, algunas aún sangraban, otras se veían infectadas, su cara estaba deformada por cortes que la habían hinchado, sus muñecas estaban peladas a causa de las gruesas cadenas que la mantenían cautiva.

Se quitó el abrigo y la envolvió en el, la cargó y corrió hacia el pasillo.

- Tengo que sacarte de aqui! voy a matarlos a todos!

Aitanna no tenía ya fuerzas para contestar.

Sebastian la colocó abajo de unas escaleras y la cubrió bien, levantó un escudo y fué tras Alek.

Habia un rastro de magia mas fuerte en una de las habitaciones de arriba, corrió siguiendolo teniendo sólo en la cabeza encontrar a Alek y hacerlo pagar por lo que le habia hecho a Aitanna y por desaparecer a Victoria.

Tiró la puerta y se encontró en una gran habitación mas parecida a una bodega, estaba oscura y en el centro habia una gran tina llena de agua, a un lado habia una silla con cadenas y cables, toda una pared llena con instrumentos de tortura y frente a él un grupo de sombras acechandolo con sus ojos brillantes, sus manos se encendieron, y casi como si eso hubiera sido una señal todas las sombras se abalanzaron sobre él.

A la sombra de tus sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora