Que nuestro padre me perdone

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Adriel la tomó de las manos, su cuerpo se tensó con el agarre pero lo soportó,  era tan raro que hasta hace un día ella ansiaba verlo y ahora tan solo era como estar con alguien a quien apenas conocía y con quien no quería estar.

- te extrañé...- le susurró -me extrañaste?

Eso la incómodo hasta el punto que no pudo verlo a los ojos cuando contestó con un tímido -si.

Adriel tomó eso como un aliciente y la besó, sus labios tibios y blandos contra los suyos, algo en ella reconocía esa sensación pero la mayoría gritaba que la soltara.

Él la acercaba mas, sus manos jugueteaban por su espalda y ella apenas podia soportarlo, con un rápido movimiento la acostó en el sillón y se le subió encima aprisionandola con su cuerpo

-sabes? tus papás no vendrán a dormir hoy, les pagué una noche en un hotel y les dije que lo necesitaban...asi que tenemos la casa solo para nosotros. ..-su aliento acariciaba su cuello y la hacia estremecer pero algo en ella gritaba que eso no estaba bien.

Empezó a subirle el sweater acariciando su piel desnuda mientras lo hacía, era como estar observando la escena sin poder hacer nada para impedirlo, la prenda voló por su cabeza, la besaba en el cuello y empezaba a bajar a su pecho, se estremeció de miedo y él sonrió, una sonrisa burlona resonando en sus oídos.

- sabes amor hay algo que debería decirte- le susurró contra su oreja-puedo controlar la voluntad de las personas, en especial la tuya, porque verás, tú estas atada a mi de una forma que jamás entenderás, me perteneces desde antes de nacer porque fuimos una sola vida, un solo corazón, un solo ser y... bueno eso también incluye que puedo controlarte más que a nadie.

Ella abrió los ojos sorprendida lo que provocó una carcajada en Adriel.

- no te asustes! yo sé que lo quieres y voy a dártelo! se que pudiste haberlo hecho con Sebastian pero también sé que él no es ni la mitad de hombre que yo y después de esta noche vamos a estar juntos siempre!

Victoria no podía creer que estuviera pasando eso, intentaba resistirse pero era como si una pluma se negara a volar con el viento.

Sus manos repasaban cada centímetro de su pecho, y lentamente desabrochó su sostén, acarició sus senos primero tierno luego salvaje, los ojos se le llenaron de lágrimas, sabía lo que estaba a punto de suceder y ella no podía hacer nada para evitarlo, ni una parte de su cuerpo se movía, era como estar en una prisión en su propio cuerpo, Adriel empezaba a quitarle los pantalones, se tomaba su tiempo siempre con una sonrisa de suficiencia en el rostro, se restregaba contra ella y la besaba sin ningún miramiento o ternura, entonces se levantó y la tiró del sillón, ni siquiera pudo meter las manos y su rostro impactó de lleno la alfombra, él volvió a carcajearse.

- me he estado conteniendo mucho todo este tiempo! tengo que hacerte pagar tu desliz con ese idiota, sólo un poco pero prometo que te gustará más jajaja!

Empezó a quitarse la ropa pero había algo diferente, su cuerpo que ella recordaba perfecto se volvía negro y regresaba a su color natural, casi como un anuncio publicitario, su rostro se desdibujaba y sus ojos brillaban blancos, su sonrisa se ensanchó y pequeños colmillos asomaron entre sus labios, era algo tan antinatural que la llenaba de pánico, entonces  su cuerpo volvió a la normalidad, se desnudó completamente y se arrodilló junto a ella a la altura de sus caderas.

- me encanta tu cuerpo desnudo amor, asi que vamos a quitar esto de aquí-le decía mientras le bajaba las bragas.-asi está mejor-y sin previo aviso introdujo su dedo en su intimidad. Ella gritó de dolor y él la hizo callar con una mirada. -dije que lo vas a disfrutar mi amor, y mas te vale que si porque de lo contrario te va a doler mucho.

A la sombra de tus sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora