Without Provocations (2°parte de ¿Te conozco?) (Screamau Y Tu)

#25 lost and found.

- Mau.- dijo sonriendo una chica y lanzándose al momento a mis brazos.- ¿Cómo estas?- trato de darme un beso en la boca, pero yo me hice para atrás.
- Eh... ¿Tania?
- ¿Por qué me esquivaste?
- ¿Esquivarte? Oh, ahí estan los chicos, vamos adentro.- gracias chicos raros del fondo por salvarme.
- Amigos mios de toda la vida- yo ni siquiera los conozco.- aquí esta el paquete que encargamos hace dos y muy tardadas semanas- abrió una caja llena de...- 8 kilos de- ¡¿Marihuana?!- marihuana.- termino con una amplia sonrisa en el rostro.
- Este... Lo siento, pero no me acordaba que iba a traer a mi hermanito de sus entrenamiento de fútbol, así que nos vemos al rato.- trate de salir lo más rápido mientras todos me seguían con la mirada.
- No se preocupen, yo voy por él.- escuche como dijeron atrás de mi.
- ¿Qué te sucede estúpido?- dijo un chico volteandome hacía él con cierta brusquedad, yo lo mire molesto al igual que el a mi.
- ¿De qué estás hablando?- pregunte crédulamente.
- Si crees que te vas a salvar de pagar ésto ni lo creas.- amenazo.
- Esta bien, pero regreso luego, tengo cosas que hacer.- trate de calmarme.
- Mauricio, no olvides que yo se donde encontrarte.- y a esta mierda de gente yo le llamaba amigos.
No dije más y me salí apresurado de ahí, no podía creer que todo lo que estaba pasando, qué demonios estabas haciendo Mauricio. No sabía que hacer. Estaba completamente perdido, confundido.
Regrese a mi casa, pero me di cuenta de que no llevaba mis llaves. En ese momento me di cuenta que donde había despertado no era mi casa, era otra, era mucho más pequeña y solitaria, vacía. Y no por lo que llevaba adentro, si no porque no tenía vida, mis papás no estaban al igual que mis hermanos, estaba seguro que era mi casa porque había una enorme foto en la pequeña sala de mis padres cuando se casaron, pero al igual que todo había una diferencia, mis padres no se veían felices como en otras fotos que había observado, se veían angustiados, sin vida al igual que el resto de cosas.
Nadie contesto cuando llame a la puerta, así que decidí tomar camino propio aunque ni siquiera sabia por donde andaba, tenía aún otra cosa que hacer. Encontrarla. Revise sobre las paredes de las casa para saber donde me encontraba. Calle Benito Juárez, colonia La Revolución. Típico. Ya sabía donde me encontraba, y no era tan bueno. Efectivamente era Querétaro, pero era una de las colonias más conocidas de por aquí debido a su mala fama, todos hablaban horroridades de aquí, me comencé a preocupar un poco sobre esto y empecé a caminar más rápido de regreso a mi casa, si se le puede llamar a eso así. Como me hace falta un Uber en estos momentos, pero estoy seguro de que no tengo tarjeta de crédito.
Lo único que llevaba conmigo era la ropa que traía puesto y un poco de dinero que encontré a un lado de mi en el buró, sin duda tenía dinero para investigar un poco más sobre lo que había pasado, pero ahí estaba, caminando hacía a mi casa.
Tenía miedo de no encontrar a TN, iba a tener que buscar por toda la república si era necesario.
Regrese a mi casa, toque la puerta durante dos minutos hasta que por fin abrieron, estoy seguro que un nudo en mi garganta se formo cuando vi a Sergio parado frente a mi. Su mirada mostraba pánico, terror, tenía miedo de que su hermano mayor estuviera parado enfrente de él.
- Sergio.- fue lo único que salió de mi boca.
- Mauricio- vi como sus ojos se cristalizaban.- por favor, Mau, no me llames maricón de nuevo.- comenzó a sollozar y se alejo de mi dejando paso a un lado de el suficiente para que yo pudiera entrar.
- Sergio, ¿De que hablas?- pregunte preocupado frunciendo el seño. Trate de tomarle del hombro, pero no me lo permitió haciéndose a un lado.
- Mau, por favor no.- cada vez su llanto se hacia más intenso ¿Qué le había hecho a mi hermanito menor?
- Sergio, ¿Qué tienes? ¿Qué sucede? ¿Por qué dices todo eso?
- Es que, t-tu, siempre cuando llegas comienzas a insultarme.- logro decir entre sollozos. Estaba completamente confundido sobre todo lo que me decía, por qué yo insultaría a mi propio hermano.
- Por, q-que, y-yo s-soy gay.
No podía creer lo que estaba ocurriendo, y no porque fuera homosexual, si no por ver el mounstro que era aquí, no merecía siquiera ser llamado persona. No sabía por cuanto tiempo le había estado haciendo esto a Sergio, pero esto definitivamente acabaría ahora.
Pero cómo recuperar la confianza de alguien que evidentemente nunca la has tenido.