『 El Hijo de Ticci Toby. 』 © [TERMINADA Y EDITANDO]

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Karnell no volvió a casa nunca más un año después del incidente con Full. Un día amanecí mirando una carta a un lado de mi almohada: justo sobre donde Karnell solía dormir conmigo y sólo decía esto exactamente:

Gracias Allen, por favor no me olvídes; prometo volver a verte.

Sólo eso y nada más. El volver a sentirla así de cerca era mil veces mejor que los waffles, que las bromas de mi padre y que las risas con Dan y Win.

Se separó un poco a verme mientras su mejillas estaban llenas de lágrimas por completo. Con mis pulgares me atreví a secarlas de aquellas mejillas suaves de porcelana mientras esbozaba una suave sonrisa.

-No llores tonta, aquí estoy.- Dí un beso sobre su frente, mientras miraba de reojo como los gemelos e incluidos Dan y Win se alejaban un poco de nosotros.

-¿Conoces a Karnell?.- Se atrevió a preguntar Wanda, quién miró tanto a Kar como a mi con el ceño fruncido. Asentí a su pregunta y esta se volvió a esconder detrás de su hermano.

-Creciste, eres demasiado alto.- La chica me tomó de las mejillas haciendo que apartara la vista de su prima y mirara solamente a ella, perdiéndome como era mi costumbre en esos ojos rojizos.

-S-Se llama pubertad, y en mi hizo cosas muy geniales.- 

Su riza resonó en mis oídos como una suave melodía dando un patpeo en su cabeza.

-¿Nos vas a presentar a tu novia o qué?.- Replicó Win.

-¿La nueva es tu novia? ¿Viejo por que no me lo dijiste, mal amigo!.- Comentó en un berrinche Dan, a lo que negué rotundamente con la cabeza y las manos, mientras Karnell sonreía con un leve rubor en las mejillas.

-¡N-No es m-mi novia i-idiotas!.-

-Tranquilo Allen.- Tomó mi mano dando unas leves palmaditas a la misma. -Cuando te pones nervioso tartamudeas.-

Me giré a mirar haciendo una mueca, pues bien sabia ella que no me gustaba que me tratara como un niño.

-Bien: Karnell ellos son Winnie y Dan, Winnie es hija de Jeff y Jane y Dan es hijo de Eyeless, por eso el parche y los dientes medio incómodos. Dan, Win: Ella es Karnell y es hija de Offenderman, lo que la hace una de las "Mediadoras".-

-Encantada.- Karnell guiñó un ojo con ese ambiente coqueto, como era su costumbre a lo que ellos se limitaron a asentir con la cabeza.

Sonó la campana mientras sentía un ligero jalón en mi mano. Bajé la mirada encontrandome con la mirada de la chica.

-¿Te veo para la cena vale?.-

Asentí algo confundido, pero tomé sus mejillas dando un beso largo en su frente. 

-Con cuidado, y esta vez no te vayas.-

-No me iré más.- Contestó volviéndose hacia sus clases.

Solté un largo suspiro después de que se fue mientras los gemelos y mis otros dos compañeros junto conmigo, nos dirigíamos a la clase.

-¿Estás seguro que no es tu novia?.- Preguntó Warren.

-No, no lo es. Así siempre nos hemos tratado desde que éramos niños.- 

Terminé de hablar mientras entrabamos al aula y, como siempre, era momento de esperar a que acabara todo sólo con la pequeña sensación de querer saber que estaba haciendo.

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-Llegué.-

-¿Y-Y a quién m-mierdas le i-importa?.- Respondió papá mientras arqueaba ambas cejas a la par.

-A nadie, pero por lo menos no tartamudeo como estúpido cada puto segundo.- Le dediqué mi sonrisa más inocente mientras se echaba a reír.

-C-Calla, que llegó quien si te h-hace tartamudear cada p-puto segundo.-

Entré a la cocina encontrandome con lo que nunca me imaginé que llegaría a ver en mi vida; mamá y Karnell estaban sentadas juntas riéndose de no sé que cosas.

Me quedé quieto en mi lugar, mientras oía como se cerraba la puerta detrás de mi. Ambas voltearon a verme y Karnell amplió su sonrisa.

-C-Creo que interrumpí algo...-

-¡T-Te lo d-dije!- Escuché las palabras de mi padre que provenían desde la sala, mientras arrugaba la nariz un poco.

-¡Cállate!.- Exclamé volviendo a mirarlas, y ambas reían de mi pequeña escena con mi padre.

-Me alegra que estés de vuelta con nosotros Karnell, te extrañabamos querida ¡Y mira que bonita estás!.-

Pasé a tomar un vaso y lo llene de agua, recargándome en la barra tomando este. Miré de reojo a ambas quienes cuchicheaban algo que no podía oír. Terminé con aquél vaso de agua poniéndolo a un lado.

-Estaré en mi habitación, uhm, no sé como sonará esto pero ¿Vienes Kar?.-

La chica asintió levantándose de su asiento, no sin antes despedirse por un momento de mi madre. Dejé que pasara al frente mio mientras salíamos encontrándonos con Jane y papá sentados en la sala.

-Cualquier cosa estaremos en mi habitación.- 

-E-Ese es mi hijo.- Miré a papá quien me dedicaba un guiño, y yo fruncía el ceño.

Soltó un largo suspiro casi sin paciencia mientras Karnell y yo subíamos hacia mi habitación la que, curiosamente, no haba cambiado nada más que la cama era el doble de grande de cuándo éramos pequeños.

Una vez entramos, cerré la puerta y me senté en la orilla de la cama a lo que ella, hizo lo mismo. Nos quedamos algunos momentos en silencio mirando la pared que había frente nosotros. Cerré los ojos por unos segundos y decidí romper el silencio.

-No te preguntaré por que me abandonaste o a donde fuiste; sólo diré que me sentí muy s..-

-Me gustas.-

Mis palabras fueron interrumpidas con esas dos palabras. Sentía como si me quitaran todo el aire de la tierra. Abrí los ojos mirando de reojo su rostro sólo para asegurarme de que no fuera una mala broma; y no lo era. Su rostro estaba como un tomate, cerraba los ojos fuertemente y sus manos las tenía cerradas de igual forma.

Notaba cómo mis mejillas se sentían cada vez más y más calientes, aparté la mirada en búsqueda de algo que pudiera hacer. Nunca antes una chica me había dicho algo como eso y mucho menos imaginaria que fuera mi amiga de la infancia.

Abrí la boca un poco pero mis labios no emitieron sonido alguno y fue así como en un acto de impulso deseado me arrodillé frente a la chica agachándome un poco hasta lograr entrometerme en sus largos rizos y colocar un beso en sus labios.

Sólo esperaba que no fuese una mala idea, pero ese deseo quería crecer más y más y más.