Una rara mezcla de nervios y felicidad me invadía.
Me miré al espejo y me retoqué el labial.
Hace 6 meses había terminado la universidad, me gradué con buenas notas y junto a la persona que amaba, junto a la persona que hoy me estaba esperando en el altar.
Miré mi reflejo, mi hermoso vestido blanco, con el velo colocado en el peinado que minutos antes me habían terminado de hacer, miré mi anillo, ese que él me había dado hace ya muchos meses atrás, y que aún llevaba, con la misma promesa de estar juntos aún vigente, promesa que íbamos a confirmar hoy.
-estás hermosa, pareces una princesa.- dijo mi mamá al entrar a mi habitación conteniendo sus lágrimas.
Sonreí visiblemente emocionada.
-¿está lista?
-sí, muy lista.
Estaba lista para ver a mi prometido en el altar, estaba lista para la vida que me esperaba al salir de esa iglesia como la Sra. Styles.
Me entregó mi ramo y bajé las escaleras y al final estaba mi padre mirándome sin decir más que 'estás hermosa' y Gabrielle quien me abrazó y me dijo al oído 'Harry es muy afortunado'.
Subí al auto arreglado con flores blancas con mi padre al lado.
-estas preciosa...
-gracias papá.
Disimulando los nervios, nos entretuvimos hablando sobre la comida que servirían luego de la ceremonia.
Al cabo de unos pocos minutos el auto se detuvo.
-llegamos- me dijo- hija, te deseo lo mejor en esto, que tu nueva vida este llena de felicidad y amor, que nunca se pierdan esas miradas llenas de luz entre ustedes dos... sabía que este día llegaría, y estoy muy feliz por ti- me dijo mi papá tomando mi mano y besó mi frente.
-gracias papá, así será.
Luego él bajó y abrió la puerta del auto tendiendo su mano para ayudarme a bajar.
Acomodé mi velo, se abrieron las puertas de la iglesia y comenzó a sonar la marcha nupcial.
Caminé hasta el altar de la mano de mi padre, y al final estaba él con un elegante traje, ese chico de rizos y hermosos ojos verdes mirándome sonriente, de esa forma en la que siempre quise que alguien me mirara.
Había imaginado tantas veces este día, pero nunca creí que fuese tan perfecto.
La misa comenzó, Harry me miraba de reojo a cada rato con una pequeña sonrisa que marcaba los hoyuelos en su rostro.
Ambos nos dimos el 'sí acepto' y nos colocamos mutuamente los anillos de boda.
Y fue cuando el sacerdote dijo aquellas típicas palabras con las que se da por concluido un enlace «Puede besar a la novia» cuando Harry me tomó de la cintura, levantó el velo y me dio un tierno y cálido beso y luego susurró un 'te amo' en mi oído.
Todos los presentes aplaudían y tomaban fotos, los chicos estaban en los primeros asientos sonriendo.
Salimos de la iglesia y subimos al auto.
-ya eres oficialmente mía.
-oficialmente de Styles.- reí.
Unió sus labios a los míos en un muy significativo beso.
Llegamos al lugar de la recepción, la casa de los padres de Harry, esta tenía un gran patio lleno de flores y ese día se veía aún más hermoso, con sillas, mesas vestidas con colores beige y dorado, lámparas, adornos florares y una gran mesa de bocaditos en cuyo centro se encontraba un pastel de 3 pisos.