Capítulo 19: Ya es muy tarde.

61 5 0
                                    

Vamos rumbo a Acapulco. Axel se negó a venir. Arango va manejando y Sebas va de copiloto. Yo voy atrás con Mario. Es con el que menos mal entendidos he tenido.

Nos vamos a dar estas vacaciones para pensar, bueno, para que yo piense que quiero en realidad. Después de mi graduación... ¡La graduación!
-¿Mario? -le toco el hombro para que reaccione, lleva los audífonos altísimos y va perdido en el paisaje. Lo toco otra vez, más fuerte y se gira a verme.
-¿Qué pasa? No me salgas con que quieres ir al baño por qué te lo preguntamos mil veces antes de salir. -dice tan brusco como siempre, aún así me parece divertido. Decido hacerlo enojar un poquito.
-Pero cuando salimos no me andaba, Mario. -digo quejándome y apretando las piernas. Él gime en modo de queja y echa la cabeza para atrás. Sebas Arango ríe.
-_______, no, te aguantas, al menos hasta Cuerna.
-Pero Marioooo. -digo como niña pequeña.
-¿En serio? ¿Por qué los dos decidieron dejar de hablarle a _______ y encargármela a mí? -por primera vez Sebas se quita los audífonos y se da cuenta de lo que está pasando a su alrededor.
-Si tan mal te caigo solo dilo. -digo poniéndome sentimental y me giro a mi ventana. El paisaje se ve hermoso con el sol ocultándose, dejando un tono rosado en el cielo. Sebas solo está viendo nuestro drama. Sí, fue mala idea juntar a los dos más dramáticos del grupo. Arango va divertidisimo.
-¿Qué? No, ________. Me agradas. -no le hago caso. -¿No me vas a hablar? ¿Segura? -me intenta intimidar. -Acuérdate que soy al único que le hablas en este auto.
-Pues si ninguno de los tres me quiere me regreso a mi casa y ya. No tengo que estar aguantándolos. -digo un poco enojada.
-Estas imposible, _______. De verdad que la regla te va mal. -dice Arango sin dejar de ver el camino con una sonrisa.
-Es que no me comprenden. -digo triste. Nunca me había puesto así por la regla. Supongo que es por la tristeza de no estar bien con Sebas. -Traigo los jodidos cólicos, el corazón hecho pedazos -los tres se ponen serios pero sigo mi drama -al segundo más dramático a lado mío y además no puedo hacerle una simple broma por qué empieza a reclamar mi existencia. No quiero ir al puto baño Mario, solo te iba a hacer una pregunta. -digo a nada de llorar. -él entorna los ojos, se quita su cinturón de seguridad y se acerca a mi abrazándome.
-¿El corazón hecho pedazos, eh?
-Tal vez. -digo conteniendo varias lágrimas.
-Perdón, ______. Tú sabes que así soy. Pero me caes bien, hasta mejor que estos dos juntos. Simplemente no suelo ser expresivo, pero también soy tu amigo.
-Como sea. -asiento y me acomodo en mi lugar alejándome de él.
-¿Te enojaste?
-¿Qué parte de el corazón hecho mierda no entiendes? No estoy de humor Mario. Intenté colaborar y tú te enojas. Mi periodo no tiene nada que ver. Solo estoy triste y sin ganas de hacer nada.
-_______, cariño, tú fuiste quien comenzó todo esto. Solo relájate. Sebas está igual que tú, ¿por qué crees que no viene de parlanchín grabando cualquier tontería? Están enamorados es lógico.
-El no de mí. -digo y su expresión se tensa completamente, igual que Sebastián cuando llegó a mi casa y comenzó la pelea. Sé que estos dos ocultan algo.
-¿Cómo puedes decir eso? ________, estás mal. Él te ama. Soy su mejor amigo. Lo conozco bien. -me afirma él.
-Como sea. -digo sacando mis audífonos de mi bolso y pongo "Best Day Of My Life" que no va de acuerdo a mi estado de ánimo. Esa canción me recuerda a Sebas... Sale bailándola en un vine de Juana. Ese vine me encantaba... Nunca imaginé que algún día él fuese a ser mi novio, y ahora casi ya no lo es. Alguna que otra lagrima rueda por mi mejilla. Voy pegada al cristal de mi ventana viendo nada en sí. Muevo un poco mi mirada y me encuentro con Sebas viéndome desde su espejo lateral, cuando nuestras miradas se cruzan el la aparta. Más lágrimas salen.
-________, ¿qué escuchas? -pregunta Arango intentando averiguar el por qué de mi estado de ánimo. Sacó los audífonos y dejo que suene la música. Mario bufa.
-¿Por qué eso te hace llorar? -pregunta burlón y cuando ve mi expresión cambia su tono. -Perdón. -dice.
-Conecta tú celular al auto, yo quiero escuchar lo que tú escuches. -dice Arango aún intentando ponerme de buenas.
-Esta bien. -digo resignada y lo vinculo al Bluetooth del coche. La canción termina y empieza "Just the way you are" creo que mi celular me quiere ver llorar. La cambio y suena "Eres tú" de Fifth Harmony, la dejo y comienzo a cantarla. Queda perfecta a la situación.
-"¿Tú me extrañas? ¿Qué pretendes? ¿O será que yo voy a perderte? Es que me quieres, ¿o ya no? ¡Ya dímelo! ¡Ya dímelo!... Eres tú... no sé, si yo jamás cambié..." -canto sin importar nada. Por suerte hoy estoy afinada. El ambiente se tensa.
-Tú celular es un masoquista. -dice Mario con cierta diversión al ver a Sebas y a mí sufriendo con las letras de las canciones.
-Ya lo noté. -pongo pausa y se lo doy. -Escoge tú.
-¿Me estás dando tú celular sin bloquear? Wow. -Mario sorprendido y feliz toma mi celular y empieza a buscar canciones.
-¿Qué era lo que me ibas a a preguntar? -dice regresando a lo que le preguntaría antes de empezar nuestro drama.
-¿Vamos a volver antes de mi graduación, cierto?
-Por supuesto, ________. No nos perderíamos ese momento ni de locos. -dice sin apartar su mirada de mi lista de canciones.
-¿Si irán? -trato de ocultar mi emoción pero me es imposible.
-Sí sonsa. -dice el divertido.
-Tenemos que comprar tu vestido, _______. -me dice Arango emocionado.
-Claro. -no le presto mucha atención. -Sebastián, ¿tú también irás? -pregunto nerviosa por su respuesta.
-No. -contesta serio. -No lo sé.
-Ah. -me limito a decir. -Creo que tengo un poco de sueño, me voy a dormir. -le digo en un susurro a Mario y el asiente. Aún tiene mi celular pero no tengo nada que ocultar así que se lo dejo. Me acomodo como puedo en mi lugar y cierro los ojos.
-¿Ya se durmió? -pregunta Arango después de un rato.
-Creo. -dice Mario moviéndome. Yo finjo estarlo. -Sí.
-¿Qué mierdas te pasa, Sebastián? -le reclama Arango a Sebas.
-¿De qué?
-Ella te preguntó por su graduación, joder. Eso es importante para ella. No olvides que ella te ama mucho antes de que tuvieran una relación. Te admiraba desde antes. Te ama. Si no, no estaría viniendo.
-Y su mirada, ¿acaso no viste? Parce, escuché su corazón romperse. -agrega Mario. Bueno, al parecer son de mi equipo cuando no estoy. O algo así.
-No me importa. Ella quería un tiempo, eso tendrá.
-Sebastián, no la puedes dejar en un momento así.  Es su graduación. Es un logro inmenso. Va a comenzar con la universidad.
-Creo que tú estás muy interesado en ella. -dice Sebas.
-Es como una hermana para mí. Sebastián deja de ser un idiota. Es una chica muy dulce. Obviamente se ganó nuestro cariño. Y tú qué eres el afortunado en tenerla no sabes protegerla.
-Como si no fuese lo suficientemente grande para cuidarse sola. Ya lo dejó claro. Convirtió a un maniático obsesivo en un chico bueno y de bien en dos semanas. Puede con quien quiera.
-Creo que estás actuando muy infantil. Primero estabas llorando por qué no querías que te dejara. Ahora que ya viste que está para ti te das el lujo de rechazarla.
-Pero con el riesgo de que ella no lo soporte y te deje en serio. -agrega Mario.
Siguen hablando pero el sueño y la tristeza me vencen.
Estoy sola en un laberinto, el cielo está nublado y algunos rayos iluminan el cielo. Empiezo a caminar intentando encontrar la salida pero mientras más camino menos posibilidades de salir encuentro. Empiezo a correr, desesperada. Aparecen dos caminos frente a mí, no sé cuál elegir, los dos parecen no tener final. Me siento desesperada.
-Elígeme a mí. Preciosa, yo te amo. - escucho un eco de la voz de Sebas. ¿De qué lado se escuchó?
-¿Sebas?
-Preciosa, te necesito. -suena más desesperado que la primera vez. Su silueta aparece al final del camino del lado derecho. Comienzo a correr intentando alcanzarlo y cuando estoy por alcanzarlo él se desvanece.
-Ya es muy tarde, no hay solución preciosa. -su voz vuelve a resonar en todo el lugar. Comienzo a llorar. No, aún no es tarde.
-Sebas, lo podemos arreglar. Te amo.

-¿__________? Despierta, ¿estás bien? -escucho la voz de Mario trayéndome a la realidad. Mi respiración esta acelerada.
-Solo un mal sueño. -digo reincorporándome. El asiente. Bajo el vidrio y el aire llena todo mi cuerpo. Es relajante. Mario sigue usando mi celular.
-¿Nada nuevo? -digo señalando mi celular.
-Publiqué algunos snaps y tweets. -se encoge de hombros.
-Espero que no me hayas grabado dormida. -pongo los ojos en blanco sabiendo bien cual será su respuesta.
-Yo sería incapaz de eso, chilletas. -dice sarcástico.
-Ajaaaaa. -digo.
-Tu amigo Chris te mandó un mensaje, decía que no podía creer que años de amistad se fueran a la ruina por dos tarados.
-Yo tampoco lo creo. -digo en un susurro.
-¿A qué tarados se refiere? -pregunta confundido. -Estoy entre Sebas, Arango y Axel. Por qué está claro que yo no soy ningún tarado.
-Supongo que por Villalobos y Axel. -me encojo de hombros. -¿Sebas por qué podría ser culpable?
-Pues por qué es tu nuevo mejor amigo. -dice obvio.
-Supongo que son dos mejores amigos ahora. -el asiente.
-¿Qué soñaste? -pregunta intrigado. Es demasiado curioso este hombre.
-Algo sin importancia.
-¿No me vas a contar? -dice en un tono de indignación.
-Sinceramente ya no recuerdo mucho. Y si te lo preguntas no fue con Axel.
-¿Entonces soñaste con Sebas?
-Creo. -digo cortante sabiendo que él está justo del otro lado del asiento.
-Que emocionante, cuéntamelo.
-Mario, no. No lo recuerdo.
-Solo dime, ¿era bueno o malo?
-Malo, supongo.
-¿Por? -pide saber. No se va a rendir hasta que se lo diga. Suspiro frustrada.
-Me decía que me amaba pero ya era muy tarde, ya estaba harto de mí. -que doloroso es decirlo en voz alta.
-Fue solo un sueño, _______. No te preocupes.
-Tú sabes bien que no. -otra vez esa expresión de pánico aparece en su rostro. -Mario, ¿qué va mal? Cada que afirmo que Sebastián en realidad no me ama te pones nervioso y preocupado. ¿Es que sabes algo que yo no?
-Estas alucinando, linda. Él te ama, más de lo que cualquiera de nosotros esperaría.
-No lo creo. -digo. Arango baja la velocidad y se mete a un estacionamiento. Ya estamos en Cuernavaca. Bajamos y el aire es cálido. El clima está perfecto.
Arango va a mi lado.
-Mario. -llama Sebastián a Mario y el va rápidamente a su lado.
-¿Quieres algo? -me pregunta Arango mientras entramos a la tienda.
-Un agua, por favor. -digo distante. Mario y Sebastián están afuera platicando bastante serios.
-¿Solo eso?
-Sí.
-________, necesitas comer algo.
-Lo que tú quieras entonces.
-Anímate, cuando lleguemos podrán hablar y resolver las cosas.
-Claro. -le doy una falsa sonrisa.

Compró un Sandwich y un café Starbucks para cada uno.
-Come, _______. -me ordena Arango. -Que tu novio sea un idiota no es razón para ponerte mal.
-Si mal no recuerdo ya no tengo novio. -digo indiferente.
-Exacto. -confirma Villalobos, tomándose su café.
-Dejen de ser unos completos tontos y ámense de nuevo, por favor. -dice Mario exasperado.
-¿Y quién te dijo que lo dejé de amar? No seré su novia pero aún soy su PDC. -digo con un nudo en la garganta. La expresión de Sebas se cae por completo. Bien dicen: «Mátalos con amabilidad»
Todos se quedan sin palabras.
-Solo come, por favor, ________. -dice Villalobos con algunas lágrimas retenidas en los ojos. Eso me da esperanza, aún le afecto e importo.

¿Destino o Casualidad? «Sebastián Villalobos y Tú»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora