Cuando al fin la noche llegó, luego de haber
pasado un día maravilloso gracias a sus dos
mejores amigos, __________ se recostó sobre el
edredón de la cama, observando el techo alto y
evitando no sonreír como tonta.
Quizás crecer no fuera tan malo. No mientras
todo continuara de la misma manera en que
estaba.
La chica tenía las piernas agotadas de tanto
caminar. Liam y Harry no la habían dejado
quedarse quieta en todo el día. En la playa, en la
feria dónde participaron al menos dos veces de
casa juego, incluso en el centro comercial,
cuando Liam ofreció la extensión de su tarjeta a
___________, para que invirtiese en lo que
quisiera. Aún así, la castaña se había mostrado
bastante propensa a gastar un sólo centavo en
cuestiones personales. A regañadientes, sólo una
blusa que había tenido en la mira hace bastante,
y luego un montón de CD's de los que
disfrutarían los tres.
La tarde había concluido en la heladería
artesanal a la que solían recurrir cuando eran
pequeños cada vez que se celebrara algo.
__________ podría haber calificado ese día como
potencial y personalmente perfecto.
Sin embargo, entre ella y Harry no había habido
más que miradas tiernas y guiños discretos.
Y aquello la extasiaba. Saber que en el momento
en el que llegaran a casa y finalmente estuvieran
solos, tendrían una charla pendiente.
Y dadas las circunstancias, ese era el momento.
___________ escuchó el chirrido suave de una
puerta y luego apareció Harry ante sus ojos, en
tan sólo un par de bóxers. Calvin Klein. La
castaña se mordió el labio inferior.
Ella no se sonrojó como lo habría hecho de
costumbre en aquellos últimos meses, pero su
temperatura interior ascendió unos cuantos
grados.
Se sentó sobre la cama de Harry y se quedó
observándolo.
-¿Quieres que te firme en las bubis o algo así?
¿Una foto, quizás?- bromeó él, poniendo en
evidencia su descaro al mirarlo de esa manera.
Ella sonrió pero sus ojos no dejaron los del
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Easy to love HarryZayn&Tu
Fiksi PenggemarPrólogo. Harry POV. Quizás fue la vulnerabilidad reflejada en sus ojos cuando la trajeron a casa con ese encantador vestido azul marino. O tal vez el modo en el que me miraba, intentando parecer fuerte y ocultando un alma frágil y atormentada. Cinco...