Un caliente amor con ... mi cuñado ||Kai||

3.

  "El caño"  

  Mi cuñada aun no llegaba del turno nocturno en el hospital. Taemin fue a dejar a nuestra hermana a casa de nuestros padres y después pasó directo al trabajo.

Tae me había pedido que representara nuestra empresa hoy en una reunión con el municipio, así que no iría a trabajar hoy, y mi reunión era a las doce. Eso significaba que tenía toda la mañana para ocuparme de asear mi cuarto que parecía chiquero. Ahí estaba yo, estirando las sábanas de mi cama cuando escuché la música sonar en el piso de abajo, supuse que ___ había llegado del trabajo y que también se ocuparía de ordenar su enorme casa. Caminé hacia las escaleras con la intención de bajar a ayudarle pero lo que vi no me permitió dar un paso más. 

Ella estaba girando y trepándose del caño de la sala, llevaba puesto un short con una camiseta de tirantes, unos zapatos negros con tacones altísimos y su cabello recogido en una larga cola de caballo. Me escondí entre los postes de la escalera observándola con una erección tan dolorosa como mi necesidad de tenerla desnuda entre mis piernas en ese mismo momento. _____ como toda una stripper movía sus sugerentes caderas de un lado a otro sin dejar de tocar el caño, de pronto se liberó de la cola de caballo y parte de su largo pelo se pegó a la cara por el sudor que en ella había. Sus muslos de pronto abrazaron el frío tubo, y comenzó a rozar su vagina con él al tiempo que gemía con delicadeza, creo en realidad eran suspiros. La música sonaba tan sugerente como los movimientos de ____. Yo no podía dejar de mirar, nunca me hubiera imaginado que mi cuñada tenía tendencias de stripper, era una diosa, el sueño de cualquier hombre. Simplemente no me podía parar del escalón, no quería, pero debía. 

Apreté los ojos contra mi voluntad pero me duraron la nada misma cerrados, los volví a abrir para ver a _____ quitarse a camiseta y mostrar ese sostén blanco de encaje, tan inocente, que escondía esos pechos magníficos y acto seguido continuó dando giros en el tubo. Yo ya sentía la humedad entre las piernas, me levanté contra mi voluntad y comencé a gatear escaleras arriba, sabía que en cualquier minuto ____ tendría que parar con su baile del infierno. Pero la vi quitarse el sostén y dejar al descubierto unos pechos de infarto, tan redondos y tan grandes, pero se veían simplemente deliciosos. 

La canción ya estaba acabando y _____ con un largo gemido se recostaba en el suelo con las piernas abiertas y las rodillas dobladas entre el caño que aun rozaba la tela del short justo en la tierna vulva, su espalda arqueada y las manos en la frente juntando provocativamente los enormes senos queme tenían babeando en la escalera. La música paró, _____ tardó en ponerse de pie, ahora sí, tenía que escapar antes de que me viera; lo que después noté, fue que me había visto igual subir las escaleras como alma que lleva el diablo.

Me encerré en mi cuarto, sudaba entero y mi erección no quería ceder. Temía que ____ se hubiese dado cuenta de que yo la había estado observando; pero que ni se le ocurriera subir a preguntármelo en ese preciso momento porque le respondería eso en la cama, metiéndole mi pene hasta dejarla sin aliento.

Se acercaba la hora de ir a la maldita reunión, pero no podía en esa condición; lo mejor era darme una ducha, de seguro con eso bajaría mi exigente erección. Me metí rápidamente a la ducha, sin preocuparme de nada, ni siquiera tenía shampoo; se me había acabado anoche, porque también me había bañado para no tener que hacerlo hoy en la mañana. Pero que importaba eso, el agua fría bastaba para calmar un adolorido pene. Dejé correr el agua por mi acalorado cuerpo; no podía desear a mi cuñada, eso era un pecado de los más grandes, tenía que irme de esa casa, pero eso no era un alivio inmediato, y era justo ahora cuando más lo necesitaba, todavía tenía la imagen de ____ recostada en el caño dispuesta para que yo la penetrara mil veces. Pero eso no podía ser, tenía que buscar alivio de otra forma. Llevé mi mano al miembro erguido.