Mi Codigo

Capítulo 11: Broma pesada.

-Will- Susurré en su oído.

-¿Mmm???-Contestó dormido.

-¿Puedes encender la luz? Por favor- Le pregunté un poco asustada.

Tuve una de mis pesadillas y no tengo mis pastillas. Ohh por favor Dioses del más allá , help my please. Se supone que ésto ya no ocurriría.  "Te odio Diosa interior"

-¿Te digo algo gratis?- Preguntó con voz adormilada, que sexy- Tienes piernas y manos, ve tú- Que tonto.

-Es que tengo miedo- Dije muy despacio.

Genial, ahora pensará que soy una mocosa que aún usa pañales "Sigues bien Diosa, me vengaré cuando tenga oportunidad"

De repente se sentó y prendió una lampa y se quedó mirándome a los ojos, de pronto reaccioné y estaba acurrucada aferrándome a mis tobillos.

-Oye, tranquila - Dijo Will acercándose a mí, pasó su brazo por detrás mío y agarró mi cadera - Puedes hablar conmigo si quieres, no te haré daño.- Habló suavemente.

-No te ofendas, pero hasta ahora te conocí- Sonreí triste- Perdoname, no debí depertarte, yo solo... No importa acuéstate de nuevo, voy por un vaso de agua. Ahorita regreso.

Me levanté de la cama con cuidado, busqué mis zapatos y me los puse, odio caminar descalza.

-Oye... perdona por ser tan inoportuno, pero si sirve de algo... mi camisa se te ve bien- Sonrió, y esta vez me hizo soltar una sonrisa sincer.

-No te ilusiones, a mí se me ve bien todo- Lo miré y le guiñé un ojo "Muy bien diosa, recupera tu confianza"

Busque la cocina de este lindo apartamento, y casi no la encuentro. Después de un tiempo decidí volver, tengo que dormir sino el dolor de cabeza de mañana será nivel Dios.

-Will... ¿Ya estás dormido?- Golpeé la puerta

-No, tú me despertaste si mal no recuerdo- Abrí la puerta y lo vi sentado sin camisa "wow Jesucristo contenme, vamos Diosa contrólate, además eres más virgen que quien sabe que, sería lindo que un cuerpo así me desvirgara" ¿Qué estás pensando? me regañé mentalmente.

-¿Desvirgame?-  Will abrió sus ojos como platos sorprendido por lo que acababa de decir.

"OH MY GOD" donde diablos puedo meter esta cara de tomate.

-Lo siento es que tengo un problema, este... perdon- Cubrí mi cara con ambas manos, que boba al decir eso en voz alta. Tonta.

-¿Quieres que te desvirgue?- Se burló- Me gusta tu cabeza nena, amo que me contaras que estás pensando en violarme.- Sonrió de manera coqueta.

-Lo siento, no quise decir eso- Miré al suel. Me daba pena verlo a la cara.

- No te preocupes nena, no es la primera vez que me lo piden a gritos.- Me guiñó un ojo.

-Presumido- Lo miré mal - Ya quisieras.

- Yo no, pero al parecer tú sí- Siguió burlándose

Me decidí a acostarme. ¿Mi dignidad? Mm que es eso. Como me odio.

- ¿Vas a apagar la luz?- Pregunté cuando ya estuve bien acomodada en el lado de mi cama.

-Ok, tú ganas- Apagó la luz y se acercó a mí.- Después de la confesión que me hiciste ¿Crees que quiero dormir?