Mi Codigo

Capítulo 3: Otro chico en mi vida.

Llegué casa y me acosté en mi cama recordando todo.
Todo esto parece de novela y recordé que él me dió una hoja;  corrí a buscarla, la abrí y decía:

"Eres un código que quiero descifrar"
Abajo tenía un número de celular y su correo.

Corrí a mi computadora.

Pero, yo no me podía enamorar de él, era amigo de mis hermanos. Además, Alan era un perro y no era lo mío, es más hace tiempo que no ando con alguien.

Lo busqué y ahí estaba él se veía tan lindo, tiene unos ojos y una sonrisa tan linda lo agregué y me fui a leer.

- ¡¡Tengo que comprar un nuevo libro má!! Ya casi se acaba el que estoy leyendo

-Vale.

Corrí a mi computadora y ahí estaba él con un "hola" le sonreí a mi computador y le devolví el mensaje

Chat Alan Sandoval

-Hola
-Hola
-¿Cómo te fue?
-Bien
-¿Te gustó mi beso? ¿Qué tal lo hago?
-Estoy ocupada, más tarde hablamos

De pronto mi puerta empezó a sonar.

-¡Abre Kate! - Ya llegaron los pendejos

-No quiero, ¿quénes son ustedes para mandarme?

-¡¡Sólo queremos hablar!!

-¡No! Claro quieren hablar a gritos

-Abre la puerta o...- Manson se interrumpió.

-¿O qué?- Pregunté enojada. Solo quería estar sola y éstos vienen y me molestan.

-O sino Thomas romperá la puerta.

-Manson, ¿no me digas que trajiste a Thomas? -Thomas era un amigo de mis hermanos y me gusta su manera de ser.

-Si,  y aquí hay tres hombres que no temen derrumbar una puerta. Tú decides 1-2...

-¡¡¡Ya voy!!!- Grité desesperada, sabía que si llegaba al 3 derribarían la puerta. No quería perder la poca privacidad que tenía con mi puerta descompuesta.

Caminé a la puerta, la abrí y Sean, Manson y Thomas entraron.

-¿Qué haces hermanita?-Dijo Sean

-Nada-Contesté irritada-¿Qué quieren?

-Ahora sí, cuéntanos que pasó con Alan.

-Nada, solo fue amable conmigo.

- ¡¡Entiéndelo Kate!! -Dijo Manson tratando de no gritar-¡¡Él sólo quiere meterse en tus braga!!

-Él sólo quería ser amable, ¡¡¡entiéndelo tú!!-Respondí gritando- ¡Y jamás, jamás me vuelvas a gritar, Manson!

- Sólo queremos protegerte- Dijo Sean agachando la cabeza.

-No me protejan. ¡Ocúpense de sus vidas! Yo puedo cuidarme sola-Estaba furiosa, los amo, pero a veces son demasiado sobreprotectores.

-¡No queremos que nadie te haga daño!- Dijo Manson, se dió cuenta que me gritaba. Suspiró- Que nadie te vuelva a hacer daño.

-¡¡LÁRGENSE!!-Dije con lágrimas y la voz derrotada- No quiero verlos más por hoy.

Los chicos se miraron entre sí. Preocupados. Mis hermanos sabían que si me llevaban al límite estaría deprimida por días. Ya se, puede que sea patética, pero mi vida es inestable, madre alcohólica, casi bipolar, son pocos los días que está de buenas, la mayoría del tiempo peleábamos y me insultaba, fingía que no me importaba, pero me afectaban sus palabras; y además, hermanos sobreprotectores, me aman, lo sé, pero me asfixia que quieran controlar mi vida.

A mi vida le faltaba balance. De milagro no me he vuelto loca.

-Chicos, yo la ayudaré. Voy a ver si logro que se tranquilice- Dijo Thomas rompiendo el silencio-

No quería ver a nadie, todos los hombre son tarados, todos, quería olvidarlo todo.

Mis hermanos dudaron antes de salir de mi habitación,  pero lo hicieron. Al fin y al cabo era culpa suya que estuviera así de sensible.

-¿Puedes parar de llorar?- Dijo Thomas con voz suave.

-Es que nadie entiende lo que pasa-Dije demasiado bajo. Me sentía vulnerable dejando que me viera llorar pero no me importaba. Hay ocasiones que simplemente necesito desahogarme.

-Yo sé-Dijo Thomas- Pero, tus hermanos tienen razón sobre Alan. Él es un tarado que no vale la pena, es un chico malo y tú eres hermosa.

-Jajaja. Gracias-Contesté limpiándome las lágrimas.

-¿De que te ríes?

-De lo horrible que me veo ahora

-No, tus ojos se ven más verdes-Dijo Thomas acercándose a la cama.

-Jajajaja... mentiroso.

-No miento. Eres hermosa  con tus mejillas rojitas y tus labios...

En un instante estaba cerca de mí, no reaccioné a tiempo, se agachó y me besó.

Estaba demasiado distraída con las palabras que salían de su boca que me quedé impactada.

Rápidamente me levanté de la cama y me acerqué a la puerta dándole la espalda. Dudaba si salir o no. Sabía que Sean y Manson estarían en el pasillo y me interrogarían si salía con cara de impacto.

Me pregunté: ¿Qué sucede con todos los hombres? ¿Acaso hoy es el día de besar a Kate? No es que me moleste, Alan y Thomas son muy guapos pero esto no está bien, yo no soy una chica que besa a dos chicos el mismo día, no soy fácil. 

Además conociendo a mis hermanos, si se enteran que Alan y Thomas me besaron habría problemas. Los conozco bien. Cuando se trata de mí ellos son mis perros guardianes.

-Mmm...gracias-Dije dudosa- Pero no lo vuelvas a hacer otra vez por favor, mis hermanos se pueden dar cuenta- Me encantó el beso no lo puedo negar, pero miren ahí estaba yo, pase de ser la chica invisible a la chica perra. Genial, mi vida cambia y apenas puedo procesarlo.

Se volvió a acercar a mí para besarme, retrocedí  y justo en ese momento entró Sean.

-¡Oye tú!, Kate ya está bien-Dijo Sean. Creo que sospecha del beso. Que paranoica estoy. Actúa como si nada me dije a mí misma- Vete de aqui ahora amigo. Necesita descansar-Dijo Sean con tono irritado.

¡Ohh, otra vez no! Espero que las cosas no se pongan difíciles. Mi paranoia aumentaba, fantástico. Tal vez ya estoy a un paso de la locura...