Capitulo 5: Afire Love

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YongGuk caminaba de la mano de su pareja quien un par de ocasiones se colgaba de su brazo para besar su mejilla derecha, no estaba acostumbrado a esas muestras de cariño tan publicas pero después de una buena ronda de sexo su humor mejoro considerablemente, acompaño a su novio hasta la entrada de uno de los salones de fiesta que fungía como su oficina y centro de reuniones, ahí lo sujeto fuertemente de la cintura para agacharse y besar sus labios, acaricio su mejilla izquierda con su pulgar mientras YoungJae se derritió por el contacto en su rostro una sonrisa se dibujó se colgó a su cuello para unir su frente a la del mayor.

—¿Seguro que no quieres entrar? —Le cuestionó mordiendo su labio inferior, Yong negó con un movimiento de cabeza.—Estoy de acuerdo contigo si mis modelos te ven no dejarán de temblar.—Bang levantó la ceja cuestionando esa frase.—A veces das un poco de miedo.

—Tú más que nadie sabe que puedo ser una persona muy dulce ¿No te lo demostré esta mañana? —Contestó bajando una de sus manos a sus glutéos para darle una ligera nalgada causando que el menor se sonrojará.— Creo que a quien distraería es a ti.—Lo guardo fuertemente en sus brazos.—Voy a caminar por la playa mientras tú me vuelves millonario, te busco a la hora de la comida.

El fotógrafo soltó una risa tonta de enamorado para después liberar a su amante y entrar al salón mientras Yong caminaba en dirección a la playa. Bang quería estar o más lejos de su novio y de Zelo, sencillamente buscaba evitar al modelo para no seguir teniendo dudas, la noche anterior fue a la cama con la idea de poseer a ese chico de piel blanca, el sueño erótico, sus recuerdos lo confundieron para llevarlo a pelear con la persona que compartía una hermosa relación, se supone que es un adulto maduro que supero sus estupideces de adolescente, debía mantener la cabeza fría, los sentimientos regulados y la cordura al ritmo de su edad, lamentablemente ese niño de cabellos negros, mirada diabólica, labios tentadores y piel de ángel lo incitaban a volverse en el monstruo que juró esconder en el closet, hace años lo cerró bajo llave con la esperanza de no volver a necesitarlo durante su vagancia por la arena se quito la camisa que llevaba para quedarse solamente con una playera blanca sin mangas desde que se volvió CEO usaba camisas de manga larga y cuello para ocultar sus tatuajes, el estigma lo perseguía, dibujos sobre la piel son sinónimos de "rebeldes" y maleantes en el mundo de los hombre que ahora se codeaba metió las manos en los bolsillos de su short azul, unos lentes negros y una gorra protegían su rostro, enfilo sus ojos para toparse con un viejo conocido, un pequeño amigo en cuestión de segundo olvido todo.

—Hola ¿Te puedo ayudar? —Le cuestionó a un niño que usaba un short azul con una playera estampada de flores, el niño levantó la mirada para encontrarse con el dueño de aquel cuestionamiento.— Soy tu viejo amigo yakuza.—Nam asintió con la cabeza para pasarle una cubeta con arena, el niño trataba de construir un castillo.—Necesitamos mojar un poco la arena ¿Tú mamá Jun? —Nam torció los labios recordando que en ese lugar no debía llamar a mamá de esa manera por lo cual señalo a su niñera, una amiga de Sun.—Wow es muy bonita ¿Puedo saber tu nombre?

—No tengo permitido hablar con extraños pero pareces buena persona aunque seas un yakuza, mi nombre es YongNam.—Estiró su mano educadamente mientras Bang lo saludaba, cuando su piel entró en contacto un suave calor provoco cosquillas en su estomago.— Eres muy bueno Sr Yakuza. —Grito emocionado al ver que su compañero comenzaba a crear una torre.— ¿Podemos hacer una más grande?

Bang asintió ayudando al niño a llenar los cubos con arena y mojándolos con algo de agua que llevaba con sus manos, por primera vez en su vida sentía un gran alivio, una paz inundando su alma, sin problemas relacionados con la empresa, remordimientos por sus pesadillas, molestia por no lograr entender a las personas a su alrededor, miedo de incomodar al resto por su actitud, ese pequeño no lo juzgaba, disfrutaba de su compañía ambos rieron cuando una torre se cayó, saltaron emocionados al terminar un pozo alrededor del min—castillo, marcaban dibujos en la muralla que lo protegía, por un segundo el CEO se imagino que ese chiquillo era su hijo ambos esperaban porque su "madre" acabará con sus labores, con YoungJae era fácil imaginarse un futuro de ese estilo, solo él lo entendió, lo ha soportado por tantos años pensar en Zelo era una tontería, un juego que podría costarle una estable relación, la compañía de un ser maravilloso, no quería volver a ser Jepp Blackman, se prometio a si mismo no lastimar o herir otra vez a un ser humano como al chico de sus pesadillas, a ese niño de cabello rosa que llora en una esquina, no, sujeto fuertemente su cabeza como sus manos abiertas, un dolor punzante lo partía en dos, se arrodillo sobre la arena debía olvidar esas imágenes el pasado se tenía que borrar si quería tener un futuro ¿Qué caso tenia volver a revivir lo que una vez había muerto?.

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