Capítulo 3

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Me despierto con mejor humor después de saber que he podido tener una conversación con Jesús y de saber que en menos de una hora podré ver su rostro de nuevo.

- Buenos días, mamuchi.

- Buenos serían si no tuviera que trabajar. - responde y me río pensando que tiene razón, trabaja demasiadas horas para mantenernos a pesar de que solo somos dos.

Al llegar al instituto localizo a Jesús dentro de clase mirando su móvil y dos alumnos más que están hablando a su bola.

¿Tanto me he retrasado hoy?

Cuando se percata de mi presencia apaga el móvil y se lo guarda en el bolsillo del pantalón mientras yo dejo la mochila y por segunda vez en tres días que lo conozco, vuelvo a debatir en si me acerco o no y al final acaba acercándose él esta vez.

- Vaya, ¿el señorito Jesús viniendo a hablar conmigo? ¿qué desea usted?

- Oye, que cuando quiero puedo comportarme bien, ¿eh? - dice y le sale una sonrisa que se desvanece enseguida, como si sonreír para él estuviera prohibido.

- ¿y qué te trae por aquí? - le respondo como si mi mesa fuese mi parte de la clase.

- ¿es que no puedo hablar con alguien o qué?

- Sí, pero me parece raro, no sé.

- Entonces, ¿qué problema hay? - dice cruzándose de brazos.

- ¿siempre tienes que responderme con una pregunta?

- ¿Acaso te molesta?

- Ag, lo has vuelto a hacer.

- Perdone usted, señorita.

- Gracias. - digo y me río.

Sin darnos cuenta, poco a poco la clase se va llenando y entra la profesora, impidiendo que Jesús y yo podamos seguir hablando y éste vuelve a su sitio.
Pasan las horas y el par de veces que he echado un vistazo a los ojos oscuros de Jesús, éstos me miraban también. El par de veces me he enrojecido.

Algo esconde debajo de esa imagen de chico frío y que pasa de todo, lo sé.

En uno de los intercambios de clase, aparece Álvaro y me quedo helada sólo de verlo en mi clase. Me mira y yo le miro a él, pero ninguno de los dos muestra entusiasmo y va en busca de Sandra. Cómo no.

Y como os preguntáis que quién es Álvaro, el curso pasado estuvo en mi clase y él también ha repetido. Estuvimos saliendo dos meses. El muy cabrón me hizo salir con él, diciéndome que me necesitaba para cambiar su forma de ser, y a los dos meses me deja diciendo que en esos momentos no podía tener novia, cuando poco después me enteré de que se había liado con Sandra y de que estaba saliendo con una niña del cual no recuerdo su nombre ni quiero hacerlo.

No lo olvidé hasta un tiempo que parecían años para mí, y creo que hay algo dentro de mí que no lo ha olvidado del todo. Cuando me dejó, sentía un vacío en el pecho, como si se hubiese llevado una gran parte de mí. Parecía que no hubiese significado nada para él todo lo que pasamos juntos, - a pesar de que sólo fueron dos meses, fueron los mejores de mi vida, se podría decir - y me dolía todavía más.
Puede que no lo haya olvidado del todo, pero sí está superado, ya no duele tanto como antes, supongo que el tiempo lo cura todo, pero, donde hubo fuego, quedan cenizas.

Jesús se percata de mi fulminante mirada hacia Álvaro y se acerca a mí.

- ¿qué pasa? - me pregunta, primero mirándome a mí, y luego mirando a Álvaro y Sandra.

Están tonteando. Mucho.

- te gusta, ¿verdad? - me vuelve a preguntar al ver que no le hago caso y acabo suspirando.

- No, Jesús, no me gusta. - Hago una pausa. - Es mi ex.

- ¿y te molesta verlos juntos, no?

- En parte... Pero lo que me molesta es que mientras estaba conmigo ya estaba así con ella, y me decía que no me iba a engañar y que confiara en él. Supongo que lo hacía, pero los celos me comían por dentro y las únicas dos peleas que tuvimos fueron por ella y me jode que aún tenga el valor de venir a buscarla delante de mí.

- Es un gilipollas, Meghan, no merece que le dediques tus increíbles ojos. - dice y parece que lo haya dicho sin pensar, porque enseguida rectifica. - quiero decir... Que no pierdas tiempo en él.

Yo me río y asiento, pensando que tiene razón, no se merece nada de mí.

Lo abrazo y parece que le pilla de improvisto, pero enseguida me envuelve también con sus brazos, no muy seguro.

Salgo al pasillo detrás de él para ventilarnos un poco mientras viene el siguiente profesor. Suerte que es ya la última hora.

- Voy al aseo, ahora vuelvo. - dice y asiento.

Observo cómo va hacia el final del pasillo y no se me escapa las miradas de los demás alumnos que hay por el pasillo como si hubiese hecho la peor cosa del mundo, pero también lo miran con respeto y algunas hasta les sonríe, - supongo que por su físico, es realmente guapo - pero Jesús les mira y vuelve su vista hacia enfrente siguiendo su camino.

Me río porque realmente parece que le da igual todo.

Una mano se apoya en mi hombro y me giro para ver de quién se trata.

- Meghan, ¿estás con Jesús Oviedo?

- ¿Y a ti qué te importa, Álvaro? - le pregunto y levanta las manos como gesto de que él no ha hecho nada.

- Tranquila eh. - responde y me toca el culo, como lo hacía antes siempre para picarme.

Relájate, Meghan, él ya está olvidado, me habrá dado sin querer. Me mentalizo.

Joder, cómo lo odio.

Llega Jesús y en ese mismo momento viene Joaquín, el profesor de religión.

Entramos, no sin antes guiñarme el ojo y le dedico una pequeña sonrisa.

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Jeeelou my bitches, ya tenéis el tercer cappp.

Antes de nada, quería deciros que este sábado 30 voy a El Campello al coca-cola Music Experience, si alguien va que no dude en hablarmeeee y nos veremoss.

Y pues eso, votar y comentarrr.
Mañana otro capítulo bbys ❗❗

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