Capítulo 30

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Me estoy duchando para ir con mi madre a ver a mi padre. En realidad estoy bastante nerviosa y no sé si podré soportar el verlo después de tanto tiempo, pero algún día lo tendré que ver.

El agua caliente cae sobre mi cabeza y mi cuerpo haciendo que me relaje, y después de enjabonarme el pelo y el cuerpo, salgo enrollando una toalla alrededor de mi cuerpo y otra sobre el pelo mojado.

Me visto con unos vaqueros y una sudadera y me peino mi enredoso y largo pelo.

Mis nervios vuelven y mi tripa lo nota, ya que no para de hacer rugidos indicando que dentro de nada lo veré.

Mi madre me llama desde el piso de abajo anunciando de que Tomás ya está aquí y bajo las escaleras corriendo, no sin antes echarme colonia y poco más y coger mi móvil.

– Muy bien, ¿preparada?

– Eso creo – respondo algo insegura.

– Puedes hacerlo – me anima mi madre.

Yo me repito en mi interior puedo hacerlo, puedo hacerlo, y salgo de casa antes que mi madre. Bajamos las escaleras y salimos a la calle, encontrándonos con el kia plateado de mi abuelastro.

Entro por la puerta trasera y delante de mí se encuentra Tomás.

– Hola, Tomi.

No es mi abuelo. Mi abuelo murió con 37 años de cáncer. Y a Tomás lo conozco desde que tengo memoria, ya que está con mi abuela desde antes que yo naciera, y lo quiero como si fuese mi abuelo.

– Hola – saluda alargando la «o».

Mi madre entra segundos después y también lo saluda. Tomás llama a mi madre incordio porque siempre que quiere ir a algún lado lo llama a él y cuando comemos en casa de mi abuela o ellos comen aquí, mi madre siempre acaba sentada a su lado. Yo soy el incordio 2.0 por más de lo mismo.

Arranca el coche y nos dirigimos a la cárcel, donde a mí y a mi madre nos espera mi padre.

Al llegar, observo el gran edificio que hay delante de nosotros y suspiro.

Ya estoy más cerca de verlo.

Tomás nos dice que estará dando una vuelta por aquí cerca y que cuando salgamos le llamemos, nosotras asentimos.

Nos adentramos en el recinto, y un hombre con el uniforme de policía bastante joven está en la puerta. Me mira y le miro, pero aparto la vista enseguida.

– Tenéis que dejar vuestras cosas aquí – nos informa señalando una cinta como las que hay en los supermercados para dejar la compra.

Dejo mi móvil, que es lo único que llevo, y mi madre deja su bolso.

– ¿para quién es la visita? – pregunta y mi madre le dice el nombre de mi padre – bien, vengan por aquí – ordena comenzando a andar y nosotras lo seguimos.

Me sujeto al brazo de mi madre para no perderme de lo rápido que andan y el policía nos lleva a una sala donde hay mesas redondas y sillas rodeándoles, con varias personas.

Bien, estoy lista.

– Enseguida viene.

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Jeeeelou, siento que sea tan corto pero imaginación 0 jejejej.
Wno, prontiiito voy a subir una nueva novela que creo que ya os avisé, que espero que os guste muuuuucho porque me está costando escribirla, aunque merece la pena porque creo que se me está quedando muyyyy bien.

Ahora, una preguntita, si candix00 y yo nos creamos una cuenta para escribir las dos juntas novelas, ¿nos leeríais? Comentar abajo con la respuesta porrrr fa.

Votar y comentar, fins demà, chiquetes meeeues.


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