Acompáñame. [ Gemeliers ]

Capítulo 19

Nos encontramos Nuria, Rosa y yo tiradas en la cama durmiendo y al despertar, noto un leve dolor de cuello. Me levanto de la cama y observo dónde estoy. En el sillón que tengo en la habitación. Es cómodo, pero no podría dormir ahí.
Giro la vista hacia Nuria y Rosa, quienes están durmiendo en mi cama.

Zorras.

- Mierda, mi cuello - musito para no despertarlas.

Me levanto y cojo mi móvil. Son las diez de la mañana. Qué sueño tengo.

Escucho a alguien cantar y no me hace falta salir de la habitación para saber que es mi madre y recuerdo el disco que encontré ayer. Vaya, realmente adoro cómo canta y me siento culpable porque lo dejara por mi culpa.

Entro al lavabo y me miro en el espejo. No soy guapa, pero tampoco me considero fea. ¿por qué Jesús me quiere a mí cuando hay chicas más guapas que yo detrás de él?

Me lavo la cara y me aseo y cuando salgo veo que me están llamando. Es Jesús.

- Hola - digo desganada y volviendo a entrar al baño para que el par de amigas locas que tengo durmiendo no se despierten.

- ¿qué tal?

- Bien... Bueno un poco cansada. - digo con voz ronca por causa del sueño.

- ¿te he despertado?

- No, no, tranquilo. Justo me acababa de despertar.

- Está bien.

Noto su voz apagada y frunzo los labios.

- ¿algún problema?

- No, es solo que... Tengo un mal presentimiento.

Recuerdo la última vez que tuve yo un mal presentimiento, al día siguiente mis mejores amigas me humillaron de la peor forma delante de todo el instituto. Me da un escalofrío sólo de pensar que puede pasarle algo mal a Jesús.

- Tranquilo, seguro que no es nada. - intento tranquilizarle pero creo que me lo digo más a mí que a él.

En ese momento tocan la puerta del baño.

- ¿Meghan? - es Rosa.

- Sí, ya salgo - digo y me despido de Jesús rápidamente -. Hola - sonrío.

- Buenos días.

- ¿Sigue Nuria durmiendo? - pregunto a lo que ella asiente y sonrío maliciosa.

- Oh, ¿qué pretendes?

- Ya lo verás.

Salimos del baño y observamos a Nuria. Está espatarrada. Perfecto.

Bajo a la cocina y lleno un vaso de agua pero no para tirárselo por la cara, si no por los pantalones y en las sábanas.

Se lo echo poco a poco para que no se despierte y hay un momento en el que gime, pero no se despierta.

- ¿te das cuenta de que estás mojando tus propias sábanas?

- Bah, eso se seca luego.

Cuando acabo de echárselo, me escondo el vaso detrás de mí y la llamo levemente pero no se despierta, así que le doy un pequeño chillido.

- ¡Tía, Nuria!

- ¿qué pasa? ¿qué pasa? - pregunta ella levantándose de un salto quedando ahora de pie y baja la vista hacia sus pantalones -. ¿qué coño...?

Rosa y yo intentamos no reírnos y me cruzo de brazos señalándole la cama ahora mojada.

- Me has mojado hasta la cama, nena.

- Tía, ¡que yo he dormido a tu lado! - dice esta vez Rosa y Nuria empieza a sonrojarse.

Si es que, cuando digo que es tonta, es tonta.

- Joder, yo... No me he dado cuenta, estaba borracha y no sabía lo que hacía - se excusa.

Miro a Rosa y ella me mira a mí, asiento indicándole que puede reírse y acabamos las dos descojonadas y le muestro el vaso donde hace unos minutos estaba lleno.

Nuria abre la boca hasta formar una «o» y acaba por gritarnos todos los insultos que se le pasan por la cabeza mientras Rosa y yo estamos tiradas en el suelo riéndonos.

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Aquí tenéis el primer capítulo de la maratón que os prometí. Sé que es corto pero como son tres capítulos y estoy cansada he pensado que no importa mucho jejejej.

Pd: como podéis ver, al final he vuelto antes, y menos mal sos.

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