Capítulo 15

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Narra Alba.

Maldita Meghan. Si no estuviera ella, Jesús me haría más caso.
Voy al baño dispuesta a arreglarme el pelo y veo a unas cinco chicas hablando hasta que escucho dos nombres que me interesan.

- Menuda mosquita muerta. Va de virgen y luego se lía con el más bueno del instituto. - dice una de ellas.

- Seguro que una de nosotras podría quitárselo. Jesús se merece a una mejor.

- Perdonad... Chicas. - me acerco a ellas y me miran interrogantes. - Yo pienso lo mismo que vosotras. ¿y si le abrimos los ojos a Jesús para que la deje? - sugiero y éstas me miran y luego se miran entre sí, sonriendo.

Narra Meghan.

Jesús y yo hemos decidido hablar mañana, cuando los dos tengamos las ideas claras.

Esa noche, cuando me acuesto dispuesta a dormirme, un escalofrío recorre mi cuerpo, indicando que he tenido un mal presentimiento.

Me despierto bastante cansada. Hoy al menos no llueve.
Cuando llego al instituto, veo a Carla, Ana y... ¿Alba? Repartiendo unas hojas a cada alumno, que en cuanto me ven, las esconden rápido y me dedican una sonrisa falsa. Decido pasar y entro a clase, encontrándome con Jesús, quien me saluda feliz.

Conforme van entrando, las miradas de la gente se posan en mí.

- Jesús, ¿tú sabes por qué me mira hoy todo el mundo? - pregunto sin dejar de mirar a la gente que entra.

- Quizá se han dado cuenta de lo preciosa que eres. Pero tranquila, no te escaparás de mí tan fácilmente. - dice haciendo que me ría.

En la hora del patio, voy a la cantina para comprarme el almuerzo. Jesús me ha dicho que ahora venía.
Todas las mesas están ya ocupadas y suspiro: hoy no podremos estar aquí dentro.
Todas las miradas de niños de todos los cursos vuelven a mirarme, murmurar y reírse y ruedo los ojos. Voy hacia Raúl, un chico de mi clase, que al mirarme, suelta una pequeña risa.

- A ver, dime qué pasa.

Éste me da una hoja en la que sale una foto de mi cara con un cuerpo que no es el mío y que está en ropa interior.

En ese momento, el mundo se me viene abajo. Empiezo a mirar a todos los que se encuentran en la cantina, riéndose de mí, y mi mirada se posa ahora en una mesa donde están sentadas Carmen, María, Ana, Sofía, Carla y Alba.
Conque era eso lo que estaban repartiendo esta mañana...
Me quedo inmóvil, mientras las lágrimas empiezan a salir de mis ojos, y me doy la vuelta dispuesta a irme cuando choco con Jesús, que me mira extrañado.

- ¿qué te pasa? - pregunta pero no puedo contestarle.

Éste coge una hoja de las muchas que hay y la arruga.

- ¿quién coño ha sido? - vuelve a preguntar esta vez más alto.

Me mira y señalo a la mesa donde están las ya nombradas antes y se dirige hacia ellas.

- ¿¡pero en qué coño estábais pensando para hacer esto, eh!? ¿qué os creéis, que así voy a acostarme con alguna de vosotras? Pues creéis mal, ¡estáis locas si pensáis eso! - hago una pausa, relajándome un poco - de ti me lo esperaba - señalo a Alba - pero, ¿vosotras? ¿vosotras que sois sus mejores amigas? Deberíais alegraros por ella y no hacerle esta mierda.

Ahora las expresiones divertidas de ellas han cambiado y puedo notar un poco la tristeza y el miedo por lo que les dice Jesús.
Luego mira a la derecha, donde hay otra mesa y donde están sentados Álvaro, Sandra y sus amigas por parte de ella. ¿Este chico está siempre rodeado de chicas o qué?
Se está riendo, y parece no importarle la cara que tiene Jesús en estos momentos.

- Tío - dice Álvaro, aún riéndose, a Jesús - está muy bien que salgas con ella y todo eso, pero es más cerrada que las monjas. No creo que consigas acostarte con ella. Es demasiado sosa. - dice y ahora lloro todavía más.

Sabía que sólo me quiso para eso, pero no esperaba que lo confesara tan tranquilo delante de todos.

Jesús va en su dirección y le da un pequeño empujón. Álvaro deja de reír y le da otro más fuerte y al final, el puño de Jesús, choca con la nariz de Álvaro.

- Si tienes un poco de cabeza, deberías saber que ella vale más que todas estas zorras. - dice señalando a la mesa donde está Álvaro y en la que están Alba y las demás.

Él se dirige a mí, cogiendo la mochila que antes había dejado en el suelo y rodeándome los hombros con un brazo y nos vamos de allí.
Ahora que estoy con él, me siento mejor, pero no me puedo creer todavía lo que han hecho.

Salimos del instituto - suerte que nos dejan salir en el patio - y vamos hacia un parque que hay cerca de allí.

- ¿Estás bien? - me pregunta una vez nos sentamos y asiento insegura. - Anda, ven aquí. - abre los brazos y sin pensármelo me tiro hacia él, abrazándolo muy fuerte. Lo necesito.

- No te mereces nada de lo que te ha pasado hoy, lo sabes, ¿verdad? Son unas inmaduras, no quieren más que llamar mi atención y que las elija a ellas pero, ¿sabes una cosa? Yo ya te he elegido a ti. Te elegí desde el primer momento que te vi en clase. Te quiero, Meghan.

- Te quiero muchísimo, Jesús. Gracias por todo, te debo la vida.

Me da un profundo beso que me sabe a lágrimas por mi culpa pero no me importa. No me importa nada salvo él.

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Wno, este capítulo no me convence mucho, pero, si habéis visto la película de Un paseo para recordar podéis ver que una escena de la película es similar a esta. Me pareció una gran idea para escribirla aquí jejeje.

Mañana otro capítulo, bbys.
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