VIII. Olvidarlo.

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21 de Junio del 2014.

De: Charles.
Hola! La feña no me mato
Queri salir antes de que vaya a entrenar? Mis niños me preguntaron por ti y el alonso, que dices?

De: Camila.
No puedo.

Mi plan no era muy elaborado que digamos, simplemente consistía en ignorarlo a toda costa y esperar a que no venga a mi pieza si se pregunta por donde estoy. Ay Camila, en las cosas en las que te metes, no te podía gustar el Alexis, es mino, simpático y millonario, y lo más importante es que está soltero, en cambio a ti se te ocurre sentirte así por un hombre casado con dos cabros chicos, y más encima si te metes con él, quedarás como una más que no se pudo resistir y aparece en la larga lista de minas que no significaron una mierda, que horrible.

Mi celular volvió a vibrar, pensé que era el Charles de nuevo, pero era mi pitbull.

De: Gary.
Oe cabra chica, ke sucede?
Ayer te fuiste y no apareciste hoy pal desayuno grupal, mis hijos te extrañan

¿Que acaso todos los cabros chicos me extrañan hoy?

De: Camila.
Estoy enferma:(
Yo igual los extraño💕

De: Gary.
De vdd? Queri ke te vayamos a visitar?

De: Camila.
No se preocupen oh, disfruta tu día con tus cabros chicos
Me tomo una aspirina y se me pasa

De: Gary.
Dale, espero ke no te vayai de carrete con el Charles de nuevo

Hablando del rey de roma...

De: Charles.
Pucha ya:( Otro dia sera, nos vemos pal partido entonces

Es que hueon, ¿cómo era posible que me gustara el Charles? Lo llevo conociendo súper poco, está casado, se caga a su esposa, no tiene los abdominales del Alexis, ni siquiera es "romántico" po, ¿qué chucha le vi?

–Oye Cami– entró la Mari a mi pieza y se sentó al lado mío en la cama–. El Gary me preguntó si de verdad estabai enferma, supuse que le inventaste una chiva pa no salir así que te cubrí, pero, ¿qué te pasa?

–Nada– suspiré–. Solo no quiero salir y arriesgarme a ver al Charles.

–¿Por qué?– la miré, y creo que cachó altiro porque alzó las cejas–. Buta cabra chica, ¿ya te gusta?

–No sé, supongo, pero no sé por qué, no sé qué tiene de especial.

–Así es el Charles, puedes decir que no te gusta, que nunca te va a gustar, pero de alguna forma se las ingenia pa hacer a todas caer po, es cuático.

–Espera, dime que a ti no te gustó el Charles hueon.

–No, pero tuve muchísimas amigas las cuales se enamoraron de él. Porfa, no te enamores de él, sé que ya te gusta y no hay nada que hacerle, pero enamorarte sería peor.

–Sí sé, por eso estoy tratando de evitarlo po.

–Es que eso no va a ser suficiente, tení que salir con más minos, qué sé yo. Cuando lleguemos a Chile te voy a presentar a uno.

–¿A quién?

–Al Mati– sonrió malévola. Ah no, cagué.

–¿Otro futbolista? ¿El cuál probablemente conoce al Charles?– pregunté incrédula, ella asintió con la cabeza–. Erí hueona Mari.

–Uy perdona que te quiera hacer gancho con un hueon mino y tierno– respondió con voz sarcástica–. Además, estoy segura que erí su tipo.

–Cómo es eso.

–Todas las minas que le he visto son como tú po; bajas, enojonas, morenas...

–No te pongai lela po Mari– me pegó en el brazo y nos reímos–. No te preocupí Mari, yo me las arreglo olvidándolo.

Estaba más nerviosa que la chucha.

Mi hermano me obligó a ir al entrenamiento con él, por la mierda, siempre me obliga a ir a lugares que no quiero, me voy a encontrar con el Charles y de verdad que necesito no verlo, al menos no ahora que sé que me siento atraída hacia él, no puedo.

Estaban todos entrenando por separado, el Arturo y el Charles estaban entrenando juntos, por lo que sé el simio le pidió perdón después de casi pegarle, ¿por qué justo cuando quiero que lo odie empieza a hacerse su mejor amigo? Ay Camila, que suerte tienes en todos los aspectos de tu vida.

No podía evitar mirar al Charles, es que es tan lindo, tiene una carita tan tierna... No, Camila, concéntrate en el anillo en su dedo, sí, eso. ¿A quién engaño? Si este hombre me tiene mal, ojalá que después de que termine el mundial no lo vea más en mi puta vida.

–Oye cabra chica, te estoy hablando– dijo alguien a mi lado, me sobresalté y miré, era el Gary–. Pensé que estabas enferma.

–Me tomé una aspirina y se me pasó, te dije que no era nada grave– mentí, de hecho nunca estuve enferma.

–¿No estay embarazada?- me miró suspicaz.

–¿Quién crees que soy? ¿La virgen María?- me reí–. No lo he hecho desde hace bastante rato, así que no, no estoy embarazada.

–¿Quién no está embarazada?– el Charles apareció al lado del Gary todo sudado, ay papu mis hormonas... Charles re culiao aléjate.

–Yo– contesté sin pensar, luego me sonrojé.

–Ah, valiosa información– el Charles me guiñó el ojo, ay por la ctm me muero.

–Uf, la tensión sexual se puede tocar acá hueon– el Gary interrumpió nuestro momento. Gary culiao.

–Qué tensión sexual oh, si nosotros somos amigos– el Charles se sentó al lado mío y pasó su brazo por mis hombros. Creo que me acaban de dejar en la friendzone.

–Más te vale– respondió todo chorizo el Gary.

–Vayan a entrenar oh, que o si no el Don Sampa me echa.

–Ya, nos vamos– el Charles me dio un beso en la mejilla y se fue a entrenar de nuevo.

–Cuidado cabra chica– el Gary me advirtió y también se fue.

¿Por qué tiene que ser tan difícil olvidarse de alguien por la chucha? Ni que llevara conociéndolo una vida entera o que fuera Brad Pitt este hueon po, o sea, es lindo, pero eso es como lo único que puedo decir de él físicamente, no es tan mino en comparación a otros, siendo mi hermano futbolista tengo a muchos hombres mucho más trabajados para mirar y yo me fijo en el Charles.

Creo que esta vez le haré caso a la Mari y trataré de conocer más minos, lo mío con el Charles nunca va a pasar, primero porque él ya dejó bien en claro que no quiere ser nada más que mi amigo, y segundo porque no quiero contribuir a que un matrimonio termine, yo no soy así.

Friends with benefits // Charles AránguizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora