XII. Me sigue gustando.

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Maratón : 1 / 3.

11 de Junio del 2015.

Desperté con las medias ojeras, las palabras del David me persiguieron hasta la cama, dormí como una o dos horas, además hoy era el partido de la selección y sentía que me podía encontrar con el David en el estadio, o en la calle, en cualquier lugar. Parezco perseguida, pero estaba realmente preocupada por lo que el David haría, además hoy no tenía tiempo de ir a notificar a los pacos, lo haría mañana mismo.

El Alonso y el Martín estaban durmiendo, normalmente iría a correr, pero ahora mismo le tengo miedo hasta a mi sombra así que mejor me quedo en la casa preparando el desayuno para los tres con la estufa prendida, tengo más frío que la mierda.

Me tensé caleta cuando sonó el timbre, pensé que era el David, así que con teléfono en mano en caso de que tuviera que llamar a los pacos fui a abrir la puerta lentamente, cuando abrí el Sergio me miraba entero confundido, suspiré aliviada y lo dejé pasar.

–¿Todo bien Cami? Estay pálida.

–Sí, no te preocupí, estoy bien– mentí con una sonrisa y él me dio un piquito–. ¿Cómo estay tú?

–Bien, aunque la u me está dando como caja, tengo prueba el Lunes, por eso te vine a ver, probablemente me ausente toda la semana.

–Ah, no hay drama, los estudios primero– nos sentamos en el sillón y pasó su brazo por mis hombros, reposé mi cabeza en el suyo–. ¿Te quedai a desayunar?

–Dale, tengo libre hasta como las 11– asentí con la cabeza.

Con el Sergio hicimos el desayuno y luego fui a despertar a los niños, estaban súper contentos de comer panqueques, si había alguna huea que me saliera eran los panqueques, la cocina no es lo mío. El Sergio jugaba con los cabros chicos a la play mientras yo lavaba la loza, roles de genero y la ctm, el Sergio lava los platos y los deja llenos de grasa.

Una de las razones por la que me gustaba el Sergio era porque amaba a los niños al igual que yo, lo nuestro aún no era serio, pero esperaba que para allá fuera la cosa, el Sergio es bacán; inteligente, guapo, simpático, me trata bien, incluso le cae bien al pesado de mi hermano y a mis amigos, en resumen es el hombre perfecto, si es que eso existe.

–Ya Cami, yo me tengo que ir, el decano me mandó a llamar– me dio un piquito y se fue a su u.

La tarde fue relajante, los niños y yo tapados en el sillón jugando play, yo era un asco pa la play, mis sobrinos de 5 años me ganaban, incluso un ciego me podía ganar, pero al menos me divertía jugando.

Como a las 5:30 salimos de la casa. El partido era a las 8:30, pero de aquí al nacional y más encima con la ceremonia de apertura había que salir temprano, ojalá no me encuentre con quién ustedes saben, todo muy Voldemort.

El estadio estaba repleto, todos eran chilenos, con suerte se veían unos puntitos amarillos. Luego de la ceremonia y los correspondientes himnos, se procedió a iniciar el partido.

El primer tiempo no fue el más emocionante, un par de oportunidades para ambos equipos, amarilla pal 9 ecuatoriano luego de pegarle la mansa patada al simio, amarilla también pal Jarita y finalmente amarilla pal 14, nuevamente ecuatoriano.

El segundo tiempo fue muchísimo mejor, Chile demostró su superioridad y en el minuto 66, luego de que un ecuatoriano agarrara al simio por la camisa y este cayera dentro del área, el árbitro pitó penal, el cual, irónicamente, metió mi hermano, ¡grande simio!

–¡Ese es mi papi!– el Alonso gritó y me dio toda la ternura.

En el minuto 73 el Mati fingió un penal, por lo que le mostraron amarilla, él ni reclamó, lo que hizo obvias sus intenciones, Mati hueon.

Friends with benefits // Charles AránguizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora