XI. David.

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10 de Junio del 2015.

De: Mati.
Oye Cami, dile a tu hermano que deje de mirarme así

De: Camila.
Qué? Qué está haciendo ahora el simio culiao?

De: Mati.
Me está mirando feo po, no me dejí solo con el Arturo que se conchetumariza

De: Camila.
Ya sorry gil, voy

Caminé hasta el living de mi casa y vi como mi hermano miraba fijamente a mi amigo, este se removía incómodo en su asiento, el Martín y el Alonso miraban a los dos sin entender nada, yo también estaba más perdida que la chucha.

–Arturo, estay incomodando a la visita– le pegué un paipe a mi retrasado hermano, pero este ni se inmutó–. Mati y simio, deberían irse a JPD, mañana empieza la copa po, ya me dejaron a sus cabros chicos así que váyanse.

Los agarré a los dos por el brazo y los eché del depa. Los hueones raros, podrían estar hablando de las tácticas de mañana o qué sé yo, pero ellos solo se miran, gays culiaos.

–Ya niños, nos fuimos pal cine– los dos cabros se pusieron a saltar re contentos y a hablar como loros, ay que están grandes mi sobrino y mi sobrino postizo.

Casi un año desde que volvimos de Brasil, no puedo decir que las cosas siguieron tal como estaban: me mudé, conseguí un trabajo de parvularia –lo que había estudiado– y la Mari me presentó al Mati, pero como que quedó siendo solo mi amigo, eso si a su hijo yo lo adoraba, el Martín es una cosita hermosa adorable chiquitita, tiene la misma edad que el Alonso y son mejores amigos.

Mañana empezaba la Copa América acá en Chile, estaba nerviosa, ojalá que Chile ganara... y si se preguntan, sí, me volví fanática del fútbol, la huea rara, ¿verdad? Solía aborrecerlo y ahora me emociono caleta con la selección.

Seguía hablando con todos en la selección, incluyendo al Charles, no verlo por seis meses me limpió realmente de todos los sentimientos que tenía por él, además, estoy andando con Sergio, quien es un hueon bacán, lo conocí en el cumpleaños del capi, con quien ahora tengo una muy buena amistad, digamos que luego de saber que me encantan los cabros chicos empezó a abusar y a dejarme a sus niños cuando quería salir con su esposa, eso sí me pagaba, y bastante bien.

Me volví algo así como la niñera de la selección, tanto de padres como hijos. El capi es el único considerado que me paga, aunque le he reiterado que no lo haga, porque sus niños son un amor, pero él insiste en pagarme, igual bacán, pero me siento patuda haciéndolo. 

Ahora con mi sobrino y mi sobrino postizo íbamos a ir al cine, querían ver Intensamente, así que aproveché que sus papás se tenían que ir a entrenar por el resto del día, luego a dormir y directo al estadio.

La Mari estaba visitando a su familia con la Eli, así que tampoco contaba con ella, hoy éramos los niños y yo, esto se va a descontrolar.

–Quiero cabritas– el Martín me agarró de la manga.

–Sí mi amor, vamos a comprar cabritas.

Ya estábamos en la cola de las cabritas, la señora que estaba delante nuestro miró con ternura a los niños y luego a mí.

–Que lindo sus hijos– me sonrió cálida, me reí.

–No son mis hijos, son mis sobrinos– le expliqué, ella se rió.

–Bueno, entonces cuando tenga será una muy buena madre.

Vieja culia, no me diga eso que me dan ganas de tener hijos.

–Gracias– respondí sonriendo.

Compramos nuestras cabritas, todo bien, y luego nos fuimos a hacer cola para entrar, todo era cola en este mundo, que atroz.

–Oye disculpa, ¿tú no eres la hermana del Arturo Vidal?– se me acercó un tipo como de veintitantos años. Asentí confundida–. Cachen, es la hermana del Vidal.

–Oh hueon qué brígido, ¿al Arturo siempre le gustó el fútbol?– asentí a la pregunta de un niño como de diez años–. Que tení suerte, yo quisiera que este feo culiao jugara fútbol, pero es más flojo que la ctm, la bola de grasa ni en la play sabe jugar.

Vaya manera la de este niño de hablar, a su edad yo decía estúpido y me sentía ruda y la huea.

–Bueno, yo voy a entrar a ver una película, un gusto conocerlos– sonreí lo mejor que pude y arranqué no más.

La huea incómoda, mi vida se basa en hueas incómodas, como esa vez que pillé al Charles en un trío, casi me muero de lo roja que estaba, luego me pidió perdón por haberlo visto en eso, no pude mirarlo a la cara como tres meses, fue horrible por la mierda.

–¿Camila?– una voz murmuró tras mío, me di vuelta y casi me voy a la v.

–¿David? ¿Qué mierda? Tú deberías estar en la cárcel– respondí lo más calmada que pude, pero hueon ya estaba empezando a respirar mal y a marearme, me daba asco este mino.

–Cuando tienes plata te dejan salir fácil– sonrió perverso, ay ctm.

–Niños entren a la sala, en seguida voy– les dije y estos asintieron confundidos, luego nos dejaron solos–. David, tengo una orden de restricción en tu contra, así que aléjate.

–Pero Cami, si mal no recuerdas nosotros tenemos bastantes cosas pendientes, yo te dije que las íbamos a resolver cuando nos viéramos de nuevo– me agarró bruscamente del brazo.

–David por la mierda suéltame, no quiero armar un escándalo, ándate no más y no le notificaré a los pacos de que rompiste la orden.

–Camila, quiero que sepas que no importa qué tanto te escondas, yo te voy a encontrar siempre, y tarde o temprano vas a volver a mí, porque nos amamos.

–Estay loco hueon, yo no pienso volver contigo, ándate porfa.

–Me voy, pero recuerda que lo nuestro nunca se va a acabar, como dije, tenemos muchas cosas pendientes...

Y el David se fue, dejándome sola y hecha pico, hice lo que pude para recuperar la compostura, estaba mal mal, pero los niños no podían saberlo, iba a tener que notificar a los pacos en cuanto antes, no me quedaba de otra, a este hueon lo conozco, y nunca se da por vencido.

Friends with benefits // Charles AránguizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora