Epílogo.

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Nos casamos ocho meses después, luego de que Chile conquistara la Copa América Centenario. Fue una ceremonia chica, invitamos a nuestros amigos y familiares más cercanos; los papás del Charles, mis papás, el simio y la Mari, el Mati y su mina, el Ale, el Gary, el capi, entre otros de la selección, hoy recuerdo nuestra boda y me pongo muy feliz, porque me casé con el hombre a quien amo.

Luego de aquel día en la plaza, accedí ir a vivirme con él a Leverkusen, al parecer había obtenido la custodia completa de sus hijos y quería que viviéramos los cuatro juntos, yo estaba feliz con eso, amaba a los niños, pero antes de irnos hubo un pequeño problema: El Arturo. El muy gil no tenía ni idea de nuestra relación, y ese mismo día unió los puntos y supo que el Charles era el papá de mi pendex entre muchas otras cosas, casi muere el pobre.

He de admitir que no fue fácil llegar al altar, primero porque la prensa estaba constantemente tratando de separarnos creando rumores de infidelidades o cualquier lesera, y también porque a veces yo me despertaba en medio de la noche con ataques de pánico, pensando en el Sergio, quien se hallaba tras las rejas ya hace un mes, pero mi ahora esposo hacía lo que podía por calmarme, y la mayoría de las veces lo lograba, pero cuando no, me encerraba por horas, fui al psicólogo por tres meses.

Recuerdo que en mi boda mi suegra andaba muy contenta, me alegraba que estuviera feliz conmigo, o sea igual nos conocimos poco antes de que me casara con su hijo, pero al parecer me encontraba mil veces mejor que la Feña, eso alimentó un poco mi ego, solo un poco.

-¿Y para cuándo más nietos?- Nos preguntó después de cortar la torta, no sabía que responderle, porque estaba embarazada de casi tres meses, pero eso solo lo sabíamos el Charles, la Mari, la mina del Mati y yo.

-Pronto- Me sonrió cómplice mi marido, yo me sonrojé, asintiendo con la cabeza.

Antes de eso no habíamos tenido mucho tiempo que digamos para embarazarme, o sea, sí, pero no para realmente preocuparnos de un embarazo, y si mis cálculos no me fallan, me embaracé en la noche del 22 de Junio, después de la semifinal de la copa contra Colombia.

Nuestro primer bebé llegó al mundo en Marzo del 2017, lo cual de alguna forma me recordaba a mi pendex, pero me sentía feliz de tener una bebé con el Charles, y aún más feliz porque después del post natal pude por fin trabajar de nuevo, pero no duró mucho, me embaracé de nuevo en Abril, cuando mi primera hija, Nicole, ya tenía un año, y al parecer el Charles y yo nunca veíamos tele, porque cuando mi segundo hijo Javier tenía tan solo un año y medio me embaracé de nuevo, del conchito, el Joaquín. Tenía mi propio jardín infantil entre nuestros tres hijos y sus dos hijos, quienes de a poco me ganaban confianza y comenzaban a llamarme mamá.

Y a pesar de tener una vida más ocupada que la chucha, era muy feliz, feliz de ir a ver a mi Charlie jugar, y feliz de tener una casa grande llena, navidad era lo mejor en nuestra casa, volábamos hasta Chile, y el viaje era un descontrol total, pero de igual forma me encantaba, y cuando el Arturo me pasaba a dejar a sus hijos se formaba la tercera guerra mundial, más aún cuando venía el Mati de visita.

Los años fueron pasando, me separé del Charles por cinco meses, pero nos conocen, peleamos día y noche y siempre terminamos arreglándonos, esta vez fueron nuestros hijos quienes nos organizaron una cita y toda la volá, la Nico tenía 10 años, el Javier 9 y el Joaco 6, pero eran bastante inteligentes los cabros, salieron a la mamá obvio.

El Charles era tan sobreprotector con las dos niñas, recuerdo su cara cuando la Nico le dijo que estaba pololeando con el Martín cuando ella tenía 18 y él 25, según él era muy viejo para ella, pero era notorio que ambos estaban enamorados, y lo probaron al casarse 7 años después, el Martín jugaba en el Borussia Dortmund, había hecho historia al ser el primer chileno en jugar en aquel equipo, y según lo que nos contó un par de años después, solo aceptó para estar cerca de la Nico.

Y mis otros tres pendejos, primero el Joaco se emparejó con la única hija del Alexis, y mi hijo de al medio le costó un poco más, se demoró harto en encontrar a su mina, pasó un par de años igual de mujeriego que su padre, pero al final terminó con la mujer que lo seguía a todos lados desde cabros chicos, la niña Puch.

Y ahora con mis 50 años, cinco hijos y seis nietos, recuerdo todo eso con felicidad, mi esposo y yo estamos mejor que nunca, viendo como nuestros dos hijos menores siguen sus pasos, el Joaco, el más chiquitito, sigue en la u, esperando que se consolide, y el Javier en el Atlético de Madrid, mientras mi hija sigue en Alemania con su esposo, todos éramos felices, después de una vida llena de drama, estaba tranquila, supongo que la vida por fin me estaba dando un descanso.

Ja, y pensar que todo partió siendo amigos con beneficios.

Friends with benefits // Charles AránguizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora