XIV. Mensaje.

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Maratón: 3 / 3.

13 de Junio del 2015.

Ay Camila, en la huea que te metiste, ¿amigos con derecho? Es que no, esto es demasiado para mí, ¿qué clase de persona acepta ser amigos con derechos cuando te gusta la otra persona? O sea, comprendo cuando es atracción, pero es que, tengo miedo de que ocurra lo que me dijo la Mari en Brasil hace ya casi un año, esas palabras han resonado en mi cabeza desde ayer, el día en que accedí a hacer esta huea, ¿qué ocurriría si esto pasa a mayores? Él obviamente dejó en claro que esto es sin compromisos, sin celos... sin amor.

Ahora mismo son las 8 de la mañana, el Charles está durmiendo al lado mío. Después de la fiesta del Charles todos se fueron, pero yo no, supongo que imaginan lo que pasó, y no sé si me siento más feliz o arrepentida, es como una mezcla de ambas. Debería existir un manual para estas circunstancias, «Amigos con beneficios para tontos» o qué sé yo.

Sinceramente no sabía cómo actuar cuando mi amigo con beneficio despertara, ay por la chucha Camila, ¿por qué no le dijiste que no y listo? Y ni siquiera tengo como excusa que su carita me obligó a aceptar, estaba a oscuras la huea de closet, debería haberle pegado y salido con la poca dignidad que me quedaba, pero filo, lo hecho hecho está, ahora a apechugar y si este hueon da vuelta atrás, será po, sexo una vez más una vez menos, qué diferencia hace.

El Charles seguía dormido, pero su teléfono sonó y en un par de segundos reaccionó y respondió.

–¿Aló?– su voz adormilada era la huea más sexy de la vida–. No... estoy ocupado... De ahí veo, chao.

Al cortar se dio vuelta, seguramente para corroborar si yo estaba despierta, al ver que sí, me sonrió... demasiado para mí.

–Buenos días– le sonreí de vuelta.

–Buenos días, ¿tienes hambre? Podemos ir a desayunar fuera– asentí con la cabeza.

La huea deja vu, aunque esa vez que me ofreció a ir a desayunar fuera estábamos en Brasil, vestidos y él no quería nada conmigo... pensándolo bien, eso último no ha cambiado.

–Espera, voy al baño y vuelvo– me levanté tomando la sábana, qué vergüenza que me viera en pelota, ya lo había hecho, pero igual... al David no le gustaba mi cuerpo, y siendo sincera a mí tampoco.

–Ah y se tapa, ahora le volvió lo señorita– se burló de mí, yo estaba toda roja, ¿por qué mierda me pongo roja tan fácilmente? Así una no puede hacerse la difícil.

Antes de salir agarré mi celular del suelo, wow, ni idea como llegó allí. En el baño aproveché de marcar el número de la Mari, necesitaba un buen consejo o me iba a la mierda.

–¿Aló?– fue lo primero que dijo cuando respondió el teléfono.

–Mari hueon, necesito tu ayuda– dije lo más bajo posible, ojalá el Charles no me escuchara.

–Te culiaste al Charles, ¿verdad?

–¿Qué? ¿Cómo sabí eso?

–Son las ocho de la mañana, hay eco por lo que estás en un baño, y estás más nerviosa que la chucha– suspiré–. Dime que usaron protección.

–Sí sí tranqui, lo que pasa es que estoy cagá de miedo, no sé cómo afrontar la situación.

–¿Qué situación? ¿Acordaron algo antes de culiar o qué?

–Me pidió que fuéramos amigos con derecho– se silenció por un par de segundos.

–Dime que dijiste que no.

–¿Y cómo chucha crees que llegue a su cama? Obviamente dije que sí.

–Puta cabra chica, no sé que decirte, ¿iré a tu funeral?

–¿Qué? ¿Tan malo es?

–Cami, que quiera ser tu amigo con derecho significa cero compromiso, él solo quiere culiar hasta aburrirse de ti, y cuando lo haga tú vay a ser la que sufra.

–Ay por la mierda Mari, no sé que hacer, ¿tengo que seguir con esto?

–Eso es cosa tuya amiga, haz lo que tú quieras hacer, pero ojalá que esta vez sigas tu cerebro.

–Gracias Mari, me voy ahora.

–Cuídate– y corté.

Salí del baño, en la pieza el Charles ya se había puesto un boxer y una bata, al verme entrar se acercó a donde estaba.

–Cami, ¿de verdad estás de acuerdo con lo que te propuse ayer? Supongo que aún no es tarde para arrepentirse.

Acá estaba mi oportunidad, rechazarlo y que desaparezca de mi vida para siempre, o aceptar, y esperar a que se aburra de mí tal como la Mari dijo, no sabía que hacer.

–Charles yo... sí, de verdad estoy de acuerdo,

***

–Deja ver si entendí: te dio la oportunidad de dar marcha atrás y tú dijiste que querías seguir– asentí con la cabeza–. Ay Cami.

–¿No me vay a decir nada?

–¿Qué querí que te diga? Es cosa tuya lo que haces, no te voy a discutir eso– la Mari dijo, pero su mirada revelaba otra cosa–. Filo, ¿fuiste a notificar a los pacos?

–Sí, me dijeron que lo más probable es que David esté en una casa ilegalmente, ya que la dirección en donde tienen que ir a vigilarlo de vez en cuando no existe.

–Ay ese hueon, ojalá un día se quiera sobrepasar con una mina karateca y le saquen la chucha– reí. La Mari se levantó a prepararnos unos té.

Mi teléfono vibró en mi bolsillo, así que lo saqué.

De: Charles
Me gusto mucho lo de ayer😉
Ojala se repita

Conchetumare... ¿qué tengo que decir en estos casos? ¿Que yo también, o me hago la difícil? Puta la huea, Camila tonta tonta tonta, pa qué te fuiste a educar al colegio si no usas tu cerebro, y cómo es posible que cuides cabros chicos cuando no puedes cuidarte a ti misma.

De: Camila.
Jaja😂

¿En serio? ¿Habiendo tantas posibles respuestas dices eso? Es como poner Napoleón en una prueba de matemática, te pasai pa ser hueona Camila.

De: Charles.
?

Déjale el visto por último, ya la cagaste, seguramente andaba con todas las ganas de verme y como me reí debe pensar que la tiene chica o qué sé yo, pobrecito.

–Cami, voy a comprar a pan– gritó la Mari desde la cocina, yo hice un sonido en respuesta no más.

Pasé unos minutos viendo tele hasta que sonó el timbre, seguro era la Mari y se le habían quedado las llaves, abrí sin pensarlo, pero no era ella, era él.

–Fue un error quedarte sola, mal, muy mal– sonrió con su típica sonrisa malévola.

–D-David, ándate, no deberías estar acá...

–No me conoces mucho al parecer, las cosas que no debería hacer son las que más me gustan hacer– si no estuviera en esta situación hubiera hecho una broma o algo, pero tenía a mi ex abusador en frente.

De un movimiento brusco, como todos cuando se trataba de mí, me agarró del brazo izquierdo y me arrastró hacia mi habitación, yo comencé a gritar desesperada, pero ahora no había nadie aquí para ayudarme, el David me iba a violar, y si tenía suerte, no me mataría. Antes de que confiscara mi teléfono, presioné el primer chat que pude y escribí lo más rápido que mis dedos me permitían.

De: Camila
Ayida123876)7.&

Friends with benefits // Charles AránguizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora