CAPITULO III "FLAMENCO" ►

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Me metí a la ducha para salir con la manada a divertirnos un rato, y por alguna puta razón, que yo no putos entiendo, Victoria terminó en el mismo puto bar que nosotros

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Me metí a la ducha para salir con la manada a divertirnos un rato, y por alguna puta razón, que yo no putos entiendo, Victoria terminó en el mismo puto bar que nosotros. Suspiré cuando la vi entrar, ya llevaba varios tequilas encima.

— Vale mierda ¿Por qué vienen acá, Mauro?

— No sé, no les hagas caso. — Victoria llegó con Christian y la parvada de pendejos que estaban de ese lado, se supone que el problema era yo, La Dinastía restante estaba unida. Me dio mucho coraje ver a Andrea con Daniel Carrillo, suspiré y el dolor de mis costillas me recordó que tengo, como quien dice, aguantar candela.

— Ya amigo, ni siquiera la mires, no lo puedo creer.

— Rosario también está allí, la voy a correr de la casa. — sonrío.

— Es más fácil que te corran a ti, pendejete. — nos reímos.

— ¿Isaac? — me giré cuando escuché mi nombre. — ¿Pardito?

— Don Paco. — me levanté gustoso y lo abracé, este señor había sido amigo de mi padre y su fiel capataz desde que tuve memoria. — ¿Cómo está?

— Bien hijo, bien, mira que grande estás, igualito a su apá.

— Ojalá Don Paco.

— ¿Y qué? ¿A qué hora canta o qué?

— ¿Cantar? ¿Ahora?

— Traes unos tragos encima, garganta lubricada...

— Lista pa' la cantada. — miré a los músicos. — Pues suéltenla. — me levanté y comencé a cantar.

La miré con disimulo mientras ella también intentaba disimular, los ojos se le llenaron de lágrimas y me contagió, pero seguí cantando sin perder el ritmo. Una vez que terminé volví a sentarme a recibir todo tipo de elogios por la canción, me invitaron varios tragos y al cabo de un rato, ya me sentía un poco ebrio. Carlos estaba poniéndome de malas con unos tambores que le había quitado a un güey hippie que estaba hasta la madre de ebrio. No me di cuenta en qué momento mis amigos comenzaron a tocar las guitarras, saben que soy fanático de tocar la guitarra, lo que hace tu manada por levantarte el ánimo.

— ¿Sigues tocando de The Beatles? —me río.

— Síganme con esto a ver si puede maricones. — Mauro me entrega la guitarra y comienzo a tocar "Tormenta de Fuego" 

— Su madre ¿Dónde aprendió eso? — sigo tocando, mis amigos me toman el paso después de unos segundos, entonces, observo a una chica de vestido azul caminar a nuestra mesa y de la nada, comienza a bailar, española tiene que ser, pateo la mesa para que se pueda acercar, miro unos segundos a Victoria y me encanta ver su cara de que no le agrada ni tantito lo que está ocurriendo, la chica sigue bailando, la miré sonriendo, mientras ella bailaba con elegancia, al término de la canción, aplaudieron.

❖ 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐲𝐞𝐬: 𝐋𝐚 𝐑𝐞𝐛𝐞𝐥𝐢ó𝐧 ❖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora