CAPITULO XXI "DUCHA"

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SERGIO

Me llevó un alma levantarme de la cama, Rosario era una experta, pronto sería enfermera y parece que le servia de mucha práctica... 

una vez que tuve ambos pies sobre el suelo me di cuenta de lo débil que estaba...

- con calma... 

puso mi brazo al rededor de su cuello y caminamos en cámara lenta hasta el baño... 

por alguna extraña razón, una de esas que desconozco, no me sentía pudoroso con ella, debería, pero en mi familia, también tenemos la etiqueta de "sinvergüenzas" por lo que me importó poco que me viera desnudo. En el baño había una silla en la cual, después de quitarme la bata, no dudo en sentarme...

miré mis piernas y fruncí el ceño, con razón sentía las piernas apretadas...

- ¿me pusieron medias?

Rosario miró y asintió...

- son importantes, para evitar que se formen coágulos... ¿muy femeninas para un macho como tu?

ladeo la cabeza, un poco tal vez, pero no tengo ni ganas de protestar por lo que guardo silencio mientras ella se encarga de mis múltiples sondas...

- ¿no te da asco?

- ¿a ti te da asco?

- me doy asco en estos momentos...

- no, no me da asco, me gusta ayudar, es una labor muy altruista, por eso mismo, por gente que le da asco... 

sonríe mientras revisa las suturas, le detengo la mano cuando me lastima...

- perdón... 

suspiro lento, creo que me falta un poco de aire...

- ¿es posible que me haya cansado de caminar 2 metros?

- si, necesitas hacer ejercicios de respiración, para fortalecer los pulmones, pero no te preocupes, cuando termine la ducha vamos a ver eso... 

- tu tienes el control... 

en todos los sentidos... 

esperaba alguna mirada lasciva, pero no hubo pudor por parte de ninguno de los dos, buscó entre las cosas que había traído mi madre y comenzó a enjabonarme, su mirada era concentrada, tranquila y sin ningún rastro de erotismo, quiero pensar que es parte de su profesionalismo, y no porque no le atraiga para nada lo que ve... 

tuvo especial cuidado al momento de limpiar mis heridas, secó perfectamente mi piel antes de cambiar las cintas que protegían las suturas, me lastimó varias veces, argumentando que tenían que estar perfectamente secas si quería evitar alguna infección... 

retiró las sondas y vació el líquido no sé donde, encargándose de hacer unas anotaciones... no tengo palabras para describir lo limpio que me siento... 

me instó a levantarme y secó las partes de mi cuerpo que faltaban... 

- estás bajando muy rápido de peso, tendré que hablarlo con la madre superiora... 

- perdí algo de sangre en la cirugía...

- lo sé... por eso se complicó... ¿puedes mantenerte de pie?

asiento y ella sale del baño mientras yo, por si las dudas, apoyo mi mano sobre la pared... miro dentro de la maleta que trajo mi mamá y encuentro mi desodorante y mi pasta de dientes, mi cepillo... y no dudo en usarlos... 

me miro en el espejo y hasta a mi me espanta lo que veo...

que susto...

uso el desodorante y después me lavo los dientes, es para el momento de estar cerca... 

❖ 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐲𝐞𝐬: 𝐋𝐚 𝐑𝐞𝐛𝐞𝐥𝐢ó𝐧 ❖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora