CAPITULO XIV "VAMOS POR ELLOS"

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MAURO

Estuve en silencio por horas, Isaac no me quitaba la mirada de encima mientras yo trataba de asimilar lo que Leonel me había dicho... 

mi madre estaba loca, y quiso matar a mi hermano... 

suspiré... 

- ¿tu lo sabías verdad?

Isaac asintió sin dudarlo...

- si, lo sabía... él estaba herido, y la bala no estaba dentro, y no había rastro de que la bala hubiera salido... era cuestión de echarle lógica Mauro, una que no quisiste usar...

- ¿y no se te ocurrió guiarme a ello?

- si intentas reclamarme porque no te lo dije, la respuesta a tu reclamo es un "no me correspondía decirlo" era algo que solo tenías que hablar con Leonel y que solo él tenía el derecho pleno de decirte lo que realmente había pasado... 

- CASI LO MATO ISAAC...

- estuve allí para evitarlo...

dice de manera seria, me pregunté por mucho tiempo que era lo que realmente molestaba de la actitud de Isaac que hacía que su oponente se saliera de quicio, hoy lo descubro, la manera tan tranquila en la que dice las cosas provoca mucha molestia, lo único en lo que piensas cuando habla de cosas delicadas de esa manera es en cuantas formas podrías romperle el cuello sin darle la oportunidad de siquiera, intentar defenderse... 

- ¡Y SI HUBIERAS FALLADO?

- rara vez lo hago Mauro, y lo sabes... siéntate, no comiences acá una pelea que sé, que no quieres tener... 

- ¿y como sabes que no quiero romperte el hocico ahora mismo?

- porque si quisieras hacerlo, ya lo hubieras hecho, pero muy dentro de ti, sabes que no tengo la culpa, pero necesitas descargar esa frustración sobre alguien, y ya no quieres hacerlo sobre Leonel, pero necesitas una víctima, y detesto decepcionarte, pero no voy a ser yo... siéntate, y permanece callado como las últimas 5 horas... 

la manera tranquila en la que me decía las cosas provocaba un encantamiento extraño en mi ira, sin perder contacto visual, me senté de nuevo, pensé en lo que había pasado después de que Isaac y yo miramos a mi madre en el suelo y a Leonel con el arma en las manos... el padre de este, exilió a mi hermano, seguramente había hablado Isaac con él antes de deliberar, o quería que muriera, lo quería muerto, sabía que si lo condenaban a muerte, yo mismo podría matarle, pero no fue así... le lastimé la rodilla y le di un golpe fuerte en la cabeza... evitó que saliera en busca de Leonel... pude haberle hecho más daño... Isaac estaba mas preocupado en no hacerme daño que en el daño que yo podía hacerle... 

suspiré...

- te disloqué la rodilla ese día, te di un cabezazo que nos abrió a los dos la cabeza, pero más a ti... caíste desmayado y jamás me había sentido tan mal por golpear a alguien hasta que noté lo que había hecho... 

- te disculpaste por ello y acepté tu disculpa... pero tu no te has perdonado por eso...

- pudiste hacer las cosas de manera distinta... no entiendo tu psicología Isaac, pudiste decirme que él no la mató, sabes que te hubiera creído...

- ese es el problema Mauro, no me hubieras creído, y cuando Leonel te lo dijera, no te iba a sonar tan convincente como lo fue hace unas horas allá afuera... porque le creíste ¿verdad?

asiento.... él y su afrodisíaca manera de tener la razón... 

- perdón Isaac...

- yo no tengo nada que perdonarte...

❖ 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐲𝐞𝐬: 𝐋𝐚 𝐑𝐞𝐛𝐞𝐥𝐢ó𝐧 ❖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora