Thomas

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-Sí que lo sé-bajó la cabeza y se sonrojó.

-Thomas, déjate de tonterías, ya estamos mayorcitos para estas cosas.

-Pues si ya eres mayorcita, ¿cómo es que te sigues sonrojando?-la agarré de la barbilla mientras decía esto, obligándola a mirarme. Se quedó callada mientras miraba mis ojos.

-¿No te puede recoger?

-¿Quién?

-Tu novia-espera,... ¿Qué? ¿Mi novia?

-Pues no creo que me vaya a recoger nunca.

-¿Por qué?

-Porque no tengo novia, Emma.

-Entonces puedo llevarte yo.

-Emma, no sé si lo sabes, pero tienes novio. Sí, ese que te está esperando.

-Espera aquí.

Y simplemente volvió a entrar en la discoteca. Y empecé a pensar: "¿Debería esperar? ¿Cuánto voy a esperar a esta chica?" Y sin pensarlo dos veces me fui caminando en dirección a casa.

Hasta que el sonido de unos tacones correr hizo que parara, miré atrás y ahí estaba ella.

-Te dije que esperaras.

-Pero no esperaste a que te dijera si te iba a esperar.

-¿Quieres que te acompañe?

-La verdad es que no.

-Pues que pena porque no te vas a librar de mí.

Y entonces sonreí, fue la primera sonrisa verdadera en tres años. Sin actuar. Sin una máscara.

Estábamos a cuatro manzanas de mi casa cuando ella empezó a hablar.

-¿Cómo te ha ido estos tres años?-la miré sin expresión, pensando cosas buenas que me pasaron para restregárselo en la cara.

-Bueno, el verano pasado fui a Francia. Fue una buena experiencia y allí tengo bastantes amigos. Estas vacaciones quiero ir a Londres, el inglés se me da mejor que el francés y si me va bien, pues me iría a estudiar unos años allí. ¿Y tú cómo has estado?

-No sabía hablar alemán y no le puse empeño, por lo que mi padre se hartó de verme vaguear. Y hace tres meses que estoy en España. Garret es mi vecino y, ya sabes...

-¿No sabías que era mi primo?

-Nunca lo pensé, su apellido es Evans, no Waters. Además, no os parecéis en nada. Él es rubio de ojos marrones y tu moreno de ojos azules.

-En eso tienes razón. ¿Has conocido ya ha mis tíos?

-No, Garret no quiere.

-¿No quiere?

-Dice que no quiere que vayamos tan rápido.

-Bueno, ahí no entro yo. Lo único que puedo decirte es que son muy buenas personas y que te aceptarán, como a la pequeña.

-¿A la pequeña?

-Sí, al principio se enfadaron con Garret y eso. Pero luego la dejaron en su casa.

-¿A quién te refieres?

-A Zoey, tu hijastra.

-¿Qué tengo una...?-no terminó la frase cuando un chico vestido de negro le arrancó el bolso de las manos y salió corriendo. Reaccioné inmediatamente y corrí detrás del ladrón.

Volviendo al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora