No sabía qué hacer, así que compré un oso de peluche de mi altura, cuando Emma aclarara su mente se merecía un regalo. Solo había pasado un día y ya estaba hablando solo con el oso.
-Hola.
Me quedé mirando el oso serio. Sabía que no podía hablar, pero tenía la esperanza de que ocurriera un milagro y no me sintiera tan solo.
-¿Qué tal?
Observé detenidamente sus grandes y brillantes ojos negros hasta que sonó mi móvil, corrí a cogerlo con la esperanza de que fuera Emma y lo descolgué sin ver quién llamaba.
-Te echo de menos.
Solo había silencio.
-Ya sé que me quieres, tío, pero déjate de mariconadas-la voz de Kai.
-Creía que eras... Otra persona...-silencio incómodo-. ¿Qué quieres?
-Zayn dice que te pasa algo con su hermana y Emily.
-¿Y qué?
-Que no me lo quiere decir y quiero saberlo.
-Pues, que sepas que le pegaron a Emma.
-¿Que le pegaron a Emma?-se escuchó una carcajada.
-No te lo creas, pero es verdad-dije serio y dejó de reír.
-¿De verdad?
-Sí.
-Vale, gracias. Adiós-y colgó.
Me dirigí a mi habitación y me senté en frente del oso.
-La gente es muy maleducada, pero yo no me quejo de Kai. Es mi amigo desde siempre y no me voy a enfadar por esa tontería. ¿Tú te enfadarías?
Lo miré atentamente esperando una respuesta.
-¿Te has enfadado conmigo?
No respondió, abrí la boca y la tapé con mi mano izquierda.
-Yo no he hecho nada. No me mires así de serio. No te tienes que enfadar conmigo.
Esta vez me fijé en su hocico, una pelota color negro rechoncha que me apuntaba la cara.
-Me estás empezando a dar miedo.
Me levanté y seguía mirándome, salí de mi habitación y asomé la cabeza para dentro y me seguía mirando con esos ojos negros. Así que entré, lo agarré de la cabeza y lo metí en la cocina.
-Si estás ahí no te veré todo el tiempo, yo no cocino-de mi boca salió una carcajada, que corté inmediatamente-. Sigues enfadado. Qué pena que te haya dejado en la cocina, no puedes comer. Por cierto, ¿cómo estás tan gordo si no puedes comer?
Entrecerré los ojos y permanecí unos segundos en la misma posición, luego caminé lentamente de espaldas hasta salir de la cocina, sin apartar la vista del oso. Me topé con el sofá así que me tumbé y comprobé mis mensajes esperando alguno de Emma, nada. La quise llamar, pero seguro que no me lo cogería, así que llamé a mi madre.
-¿Sí, hijo?
-Mamá, no tengo novia.
-Vale, no pienso ligar contigo. Búscate a otra, ¡yo estoy casada!
-¡Mamá! Es serio, Emma me ha dado "un tiempo".
-Eso nunca es nada bueno, cariño.
-Mamá, no ayudas con mi depresión.
-¿Qué quieres que te diga mentiras para que te ilusiones y luego darte de bruces contra la realidad? Yo crié a mi hijo fuerte y si te tengo que decir las cosas claras, te las digo. Ya estás acostumbrado a eso, no sé qué te esperas de mí.
-Vale, ¿me puedes dar un consejo?
-Claro, cariño.
-¿Qué hago si empiezo a hablar con un oso de peluche gigante?
-Ve al psicólogo.
-¡Mamá!-se escuchó un cristal romperse.
-Cariño, tu padre acaba de romper el televisor, adiós.
-Adiós.
Esperé a que colgara, pero no colgó, se escuchó como dejó el móvil en la mesa y sus tacones alejándose unos tres pasos.
-Cameron Waters Brooks ¿cómo has roto el televisor?-le habló como me hablaba a mí cuando me reñía.
-Es que... No te pongas así, no ha sido culpa mía.
-¿Y quién ha tirado la tele al suelo?
-Vale, esa parte he sido yo. Pero no ha sido culpa mía.
-¿Qué hacías?
Estoy solo en casa, no tengo novia y tengo elección entre hablar con un oso de peluche gigante o escuchar a mis padres discutir. Así que pegué la oreja al móvil.
-Te vas a reír, verás... Estaba viendo el fútbol y la tele se ha apagado de repente... entonces me he cabreado y no podía encenderla...
-¿¡Y por eso la has tirado al suelo!?
-No, cuando he conseguido encenderla acababan de marcar un gol, le iba a meter una patada al aire, pero se me fue la pierna y, sin querer, le he dado a la tele.
-Sigues siendo el mismo de siempre-se escuchó un beso y algo de silencio-. ¡Pero la tele la pagas tú!
Colgué y me empecé a reír.
"¿Y ahora qué?". Encendí la televisión y me encontré con la película favorita de Emma, así que no cambié de canal.
Llamaron al timbre y me acerqué a la puerta lentamente sin quitar la vista de la televisión. Abrí y me encontré con esos ojos verdes que me hicieron suspirar y abrazarla fuertemente, no quería que se me escapara otra vez. Ella se apartó de mí y me miró seria. Ahí es donde supe que la había perdido y que por más que la abrazara no volvería.
-Thomas...-la interrumpí.
-Espera, antes de que digas nada-me adentré en la cocina, agarré el oso y se lo senté junto a ella-. Te he comprado esto.
-Ya, pero Thomas...-miró al oso con ojos llorosos y luego a mí-. Es muy difícil decir esto.
-Ya lo digo yo: el tiempo se ha acabado y tú y yo no vamos a volver-dije triste y se me nubló un poco la vista.
-Thomas, lo siento. No quería que te lo tomaras así.
-¿Y cómo querías que me lo tomara?-la miré atentamente-. ¿Por qué Emma?
-Es que hay... Otra persona-abrí los ojos como platos.
-¿Quién?
-¿Me prometes que no pasará nada si te lo digo?
-Sí...
-Me gusta el oso.
-Por eso te lo compré, pero ¿quién?
-El oso-me empecé a reír-. Si sigues riéndote de mí, no vamos a ser amigos-dijo muy seria.
-Emma, ¿cómo te vas a ir con el oso? Ni siquiera se mueve.
Entonces, cuando dije esas palabras, el oso se levantó y yo no reaccioné. La montó a caballito y se fue, lo último que escuché fue: "Hasta nunca Thomas". Pero no fue Emma la que lo dijo, fue el oso.
Salté del sofá con la respiración agitada y corrí hasta la puerta principal, la abrí y miré a ambos lados, pero no estaba Emma ni el oso. Entonces respiré más relajadamente y fui a por un vaso de agua. Cuando entré en la cocina me encontré al oso observándome con cara de psicópata y me asusté, así que di un salto y la respiración volvió a acelerarse.
-No me mires así, ha sido solo un sueño. Emma no me dejaría por otro. Y menos por un oso que lo único que sabe hacer es mirar a la gente mal.
Bebí el agua del vaso y corrí hasta mi habitación, me senté en la cama y volví a revisar los mensajes. Nada.
ESTÁS LEYENDO
Volviendo al pasado
JugendliteraturThomas, un chico que solo quiere olvidar a la chica. Garret, un chico que solo quiere ser feliz con su chica. Y Emma, una chica que no sabe lo que quiere. Yo pregunto... ¿qué pasaría si estas tres personas se encontraran?