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Titulo: Dime un secreto

Personaje: Tony Stark

Advertencias: No

Partes: 1/1

- Dime un secreto.

- Claro que no, dejaría de ser secreto si te lo cuento – dijo Tony.

Ambos estaban recostados en un sillón mientras veían una aburrida película. Te habías aburrido tanto que tenias que recurrir a tu antiguo mal hábito, hacer preguntas estúpidas a todo el mundo.

Como Anthony no había respondido a ninguna de las seis preguntas que ya le habías hecho optaste por ordenarle algo, lo que siempre funcionaba, lo que te llevaba a ordenarle que te contara un secreto, algo que tampoco había funcionado.

- Por favor, soy tu novia, puedes tener confianza en mi – dijiste mientras te acomodabas en el sillón.

- Está bien Sara, pero, dime uno tu primero.

- Muy bien, pero por favor prométeme que no le vas a contar a nadie

- Te lo prometo.

Le empezaste a contar a Tony una anécdota vergonzosa de cuando tenías diez años, algo tan malo que jamás se lo habías contado a nadie, hasta ahora, y esperabas que Tony no se lo contara a nadie más. Cuando terminaste de contar tu tan vergonzosa historia Tony soltó una carcajada.

Podías jurar que su risa había durado alrededor de cinco minutos o hasta más, cosa que hizo que te sintieras un poco incomoda.

- Lo siento mi amor – dijo Tony sosteniéndose la panza gracias a que había reído tanto – lo siento Sara, solo que, es muy gracioso – volvió a reír.

Tú, un poco más que incomoda con la situación te levantaste y fuiste hacia tu habitación. ¿Cómo era posible que fuera tan insensible y reírse así de ti?

Pensabas que quizá estabas exagerando, pero era algo que aun te hacía daño, ese día, muchas personas se habían reído de ti, y seguías siendo la comidilla durante semanas. Fue un tiempo en el que no la habías pasado nada bien.

Más sin embargo eso Tony no lo sabía, además de que tú sola habías decidido contárselo ateniéndote a las consecuencias.

- Sara, cariño, ¿estás ahí? – pregunto Tony del otro lado de la puerta – oye, lo lamento muchísimo, por favor, vamos a hablar

Tú solamente te levantaste de tu cama donde anteriormente habías estado recostada y abriste la puerta en silencio.

- Gracias a dios, estaba preocupado por ti – dijo.

- ¿Qué es lo que quieres? – preguntaste, sin ánimos.

- ¿Podemos sentarnos?

Ambos caminaron hasta tu cama y se sentaron ahí.

- Te amo, de verdad lo hago – dijo Tony después de un corto silencio.

- ¿Qué?

- Ese es un secreto mío. Jamás, nunca en mi vida le había dicho a alguien que lo amo, eres la primera – contó - ¿Sabes? Estoy orgulloso de que lo seas

- ¿Por qué me dices eso?

- Querías que te contara un secreto ¿No? – dijo obvio – pero, como se que no estamos a mano con el que te acabo de contar, te diré uno vergonzoso.

Tomo aire, después dio un gran suspiro y luego hablo.

- Cuando tenía ocho años no era para nada cool – empezó – así que algunas personas malas hacían malos comentarios sobre mi persona, solo eran niños estúpidos, ahora lo sé, pero en su momento eran mi peor pesadilla. Un día, hice enfadar al más robusto, estaba hecho un desastre, tenía muchísimo miedo, fue entonces que se me ocurrió la idea más estúpida de toda mi vida. Me escondí en un lugar alejado, donde nadie podía ver ni escuchar nada de lo que pasaba ahí, los niños malos vieron hacia donde me dirigía y me siguieron, es en esta parte de la historia donde comienza lo vergonzoso – dijo – Ellos llegaron hasta donde yo me encontraba y empezaron a contarme lo mal que me la iba a pasar en ese rato con ellos, yo, con muchísimo miedo invadiendo todo mi cuerpo no podía reaccionar, así que solo paso.

- ¿Qué paso? – preguntaste intrigada.

- Me cague en los pantalones, literalmente.

- Espera, ¿Qué?

- Así es – dijo simplemente.

Tu no hiciste lo que todo el mundo esperaba que hicieras, no te reíste de él y no pensabas hacerlo, era algo muy vergonzoso, pero justificable, iban a romperle la cara unos matones.

- ¿Y ellos no te hicieron nada? ¿Te lastimaron?

- ¿Qué? ¿No te burlaras de mí? – Pregunto confundido

Tú solamente negaste con la cabeza y un ceño fruncido por la confusión. Tony solamente te dio una gran sonrisa y después tomo ambos lados de tu rostro con sus fuertes manos.

- Vaya, si que estoy orgulloso, eres la chica más hermosa del planeta. Te amo, Sara.

Y dicho eso, te beso. Al menos habías sacado algo bueno de todo esto, el había sido el primero en decir "te amo".

One Shots MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora