0.3 Julian

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Como en todas las familias pudientes, el fue a las mejores escuelas, siempre tuvo los mejores autos, las mejores chicas, lo mejor de lo mejor porque todo lo que pedía sus padres se lo daban, tenía todo lo que quería cuando lo quería y no importaba que, sus padres lo conseguían para el. Nunca le importo nada ni nadie, nunca se preocupo de si le hacía daño a las personas que lo rodeaban, nunca.

En su vida todo y todos eran pasajeros hasta que un día llego una mujer, era una chica inocente que brillaba con luz propia, tan blanca e inocente que el pudo ver que no tenia alma, que era un mal nacido monstruo y a esa hermosa chica que para el era su ángel la consumía poco a poco en la oscuridad causando que ella dejara de ser un ángel y se convirtiera en un demonio, ese ángel maligno aprendió a utilizar los puntos débiles de Julian para reavivar ese demonio que había en su interior a su favor. Ellos eran los demonios que mandaban en su infierno propio y personal que habían creado en el momento en que se dieron cuenta que no podían tener el cielo.

-¿te convirtió en un demonio, una mala persona?- Julian río mirando a Juana mientras esta terminaba su cigarrillo

-No, solo me hizo ver lo que era en realidad

-Sigo sin entender ¿porque no tratas bien a las mujeres?- cuestiono ella con los ojos brillando de curiosidad. Algo típico de ella, Julian la conocía bastante para saber que ella no era una persona en la cual confiar pero también sabia que necesitaba hablarle de ello, algo dentro de si lo suplicaba a gritos.

-No quiero hacer con otras lo que le hice a ella, no quiero convertir otro ángel en demonio. No soportaría enamorarme de nuevo y lastimar a esa chica, lo hago por seguridad, se lo que duele un corazón roto. - Se recostó en la pared cruzando sus brazos

-La amabas- afirmo ella

-Con toda mi alma, con todo mi cuerpo, con todo mi corazón, daba la vida por ella y estoy seguro que daría mi vida por que volviera a ser la misma chica de antes pero ya es demasiado tarde... Solo me queda ser el mismo demonio, mierda, perro que fui y ella solo espero que consiga su felicidad.

-que sentimental te has puesto, cariño- susurró Juana dándole una copa de vodka- aunque debo admitir que entiendo a lo que te refieres

-¿Ah si?- ella sonrió como si recordará algo

-después de todo, cada uno tiene alguien por quien lo intentamos todo- lamió sus labios- incluso alejarlos de nosotros.

-Pero nadie nunca menciono que eso iba a doler tanto- sus ojos se llenaron de lágrimas que tuvo que tragarse cuando esos ojos chocolate de su ángel se encontraron con los suyos. -Mina.- susurro.

Espero que os guste esta parte de las muñecas.

Les quiero mucho y gracias por leer.

XX

muñecas 2 [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora