89. Quiero entrar

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Daniel Casas arriba 

No se cuanto tiempo llevo mirando a Juana mientras yace inconsciente en el suelo, solo se que ya se me durmió el trasero y que el sol hace tiempo se perdió en el horizonte.

Ella no se ha movido ni un solo milímetro desde que se durmió y de tanto que la he observado y analizando, me he dado cuenta que aun estando en su peor momento, drogada y alucinando, con el maquillaje corrido por el rostro lleno de ojeras, es hermosa y no físicamente. 

Hay algo en sus ojos, algo que la hace especial, un brillo de inocencia perdida, de un amor tormentoso, de una vida llena de ansias frustradas. Su forma de aferrarse a la vida mientras aparenta que la odia, resulta conmovedor y me hace sentir débil. Su fuerza opaca la mía y me doy cuenta de que lo que he vivido no se debe comparar con lo que ella vivió para ser quien es hoy porque alguien que es capaz de hacer lo que Juana ha hecho debió ser dañado desde su interior, debio perder mucho y ser muy infeliz para infringir esa clase de daño en los demás.

Lo más gracioso del caso es que ella sigue defendiendo a Daniel aunque sea quien me lo quito todo a mi y lo curioso es que entre las personas que dijo vengarse no lo menciono ¿Porque? ¿Que hizo el para merecer el perdón? No puedo creer que después de lo que me hizo se atrevió a conquistarme e ir a mi casa a hablar con mis padres y conocer a mi hermano, es un hipócrita al que no le importa una mierda nada ni nadie. ¿Como me pude fijar en el?

La puerta se abre y escucho a alguien hablar pero no presto atención, sigo mirando a Juana como si fuera otra persona, como si estuviera fuera de mi siento que no me importa nada mas; bueno, hasta que el hombre la toma en brazos como un bebe y ella masculla alguna cosa sin sentido mientras permanece dormida. 

-¿Tienes tus cosas listas?- me pregunta, levanto la mirada y asiento -Levántate, tenemos que irnos ahora o no llegaremos- dice en tono fuerte cargando a Juana como si fuera un bebe mientras sale de la habitación. 

Me levanto con torpeza del suelo y lo sigo. En la primera planta hay dos hombres altos y musculosos que tienen tres maletas cada uno, uno de ellos lleva mi pequeña maleta y siguen al hombre fuera de la casa al igual que yo. 

***

Al llegar al aeropuerto ninguno ha dicho una sola palabra y es incomodo pero no pienso ser yo quien interrumpa el silencio, aun estoy asimilando todo lo que ella dijo y no me siento capaz de decir algo coherente sin meterme en problemas.

Nos bajamos del auto en silencio y entramos a aeropuerto con todos mirándonos, pero sobre todo a el que carga a Juana que aun esta inconsciente. Al pasar por seguridad los guardias se limitan a darle una mirada pero no dicen nada y cuando entramos en el Jet Juana abre los ojos, me mira, luego a el y sonríe adormilada.

-Harry-. susurra y vuelve a caer dormida en el sillón de cuero. 

-Esto cada vez esta peor- masculla el soltando un suspiro 

-¿Ella estará bien?- pregunto y mi voz sale ronca y forzada. El me mira y asiente repasando mi rostro, como si me estudiara. 

-¿Eres la que salia con Daniel?- asiento - Me llamo Daniel, pero todos me llaman por mi apellido para no confundirme con el- vuelvo a asentir -¿Como prefieres que te llame? 

-Aria- murmuro y el me tiende una botella de agua que saca de uno de los compartimientos bajo su asiento 

-Bebe y vuelve a hablar- hago lo que me dice bajo su atenta mirada de ojos negros -¿Mejor?

-Mejor- digo sintiendo el fresco en mi garganta -¿Quien eres, Daniel? 

-Soy el hombre de confianza de ella- la señala -Supongo que ahora eres su protegida- me encojo de hombros sin saber que responder.

muñecas 2 [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora