muñecas 2 [Sin Editar]

65. Aburrimiento nivel Steph

Nicolle:

- Ella esta aqui porque quiero que lo este ¿Algun problema con ello? - Pregunta ella en tono agresivo y él la mira fijamente -¿Alguien va a explicarme que ocurrio? - Samantha, como la llamo Juana, se levanta mirando sus manos cuando una tipa de cabellera dorada y cara de todo menos santa se acerca al mencionado Alan.

- Stephanie esta arriba - le dice Dylan a la pequeña morena que tiene cara de haber visto un muerto. Ella se apresura a correr a dentro mientras Dylan se cruza de brazos y sonrie con superioridad - ¿Y tu quieres explicar porque parece que te metieron un palo en el culo?

- No tengo que dar explicaciones, y menos a ti - escupe ella como una víbora. Daniel me toma de la cintura pegándome aun mas a él mientras mira a su hermanastro fijamente.

- ¿Enserio piensas eso? Porque déjame decirte, bonita, que si me afecta de alguna manera tu y yo vamos a tener serios problemas - me estremezco y escucho a Juana reír de una manera que me hela la sangre

- Recuerda, bonito, que aveces un hombre es mas útil cuando esta muerto - amenaza y por la forma en que lo dice quiero salir corriendo y no volver nunca mas pero Daniel no piensa soltarme y lo se porque su agarre en mi cintura se tensa aun mas. La rubia le besa la mejilla al castaño y este se acerca acomodando su cabello mientras la tipa se va. Dylan sube la mirada unos segundos y sonríe de manera psicópata, estoy tentada a mirar pero me contengo, aun mas cuando escucho la suave y dulzona voz de Alan.

- Cálmense, la guerra no es entre nosotros - se pone la camisa haciendo una mueca de dolor - es contra Garber, tenemos que estar unidos, no matarnos entre nosotros - su voz es tan suave y melódica que es hechizaste pero su manera de darle énfasis a lo que dice es todo lo contrario a su voz, fuerte y demandante. Es encantador. - Intento matarnos a Samantha, Alana y a mi, también dejo un mensaje para ti - mira a Juana - te odia y quiere tu cabeza...

- Lo se, ataco una de las casas. Destruyo totalmente el laboratorio y mato a quien lo manejaba - se estremece pasando sus manos por su rostro en un gesto desesperado. - Está como loco y lo peor es que no podemos matarlo - Apreta sus puños a ambos lados de su cuerpo

- Ya sabemos lo que debemos hacer - dice Lady - y no me refiero a lo que Juana nos pidió en el auto

- ¿Entonces que tenemos que hacer? - Pregunta su hermano con gesto confuso

- Tenemos que volver a nuestras ciudades donde estamos más seguros, desde allí es mas fácil controlar a Matthew y cubrimos mas terreno, además de que podemos cuidarnos mejor. - Ella y Juana intercambian una mirada y esta ultima suspira frustrada

- Se acabaron las vacaciones, cada uno debe volver a su ciudad Lady tiene razón, es mas fácil mantenerlo controlado si estamos divididos en nuestros lugares - mira a Alan - ¿Alguien ya le aviso a Julian? - Él niega -bien, pues ¿Que esperan? voy a hacer unas llamadas para buscar más gente, necesitamos todas las personas posibles porque Garber no es una persona fácil de manejar, está loco y quiere nuestras cabezas, va a ser difícil si no tenemos suficiente gente para protegernos ¿Esta claro?

- Si, pero ¿Qué pasa si solo hablamos con Matthew para saber lo que quiere? - Propone Dylan - Después de todo es el don de una de las familias y tenemos que respetar eso

- Él no tiene sangre de Gambino

- Y tú tampoco de Lucchese - ataca de vuelta Dylan - los únicos herederos verdaderos de las familias somos Alan y yo, tú solo estás arriba porque Francesco te nombró representante por estar casada con Zac, Julián es don porque Minako no quiso aceptar su papel en esto y Matthew también está arriba porque su mujer, la heredera del apellido, falleció - el pecho de Juana sube y baja con rapidez - así que cierra la boca y acepta que es momento de sentarte y hablar con Matthew

- Jamás voy a volver a sentarme a la misma mesa que ese hijo de puta y tú no vas a obligarme porque yo soy la capó de capos y tienes que obedecer me a mi, al igual que todos ustedes - mira a su alrededor enojada, - más les vale no olvidar quien soy y quiénes son ustedes - mira a Dylan fijamente - no intenten igualarse a mi nivel, no lo van a lograr, solo harán que los mate - Daniel besa mi cien y susurra en mi oído

- Creo que ya escuchaste lo suficiente, ve adentro con las chicas mientras me desocupo - asiento y me separo del grupo entrando a la lujosa casa ante el completo silencio que sigue a las duras palabras de Juana. Escucho risitas de chicas en cuanto estoy dentro y sin ganas de mucho camino hacia ellas intentando mantener mi mente en blanco, empujo una puerta de madera enorme y veo a las dos chicas, una rubia y la otra morena mirándose en el espejo, ambas con sonrisas enormes.

- ¿Hola? - Me voltean a mirar y la morena me sonríe tímidamente mientras la rubia me lanza una mirada de pies a cabeza que me hace entender que no le gusto ni un poco.

- Hola, ¿Quien eres? - pregunta directamente la rubia

- Nicolle - murmuro y ella sonríe hipócritamente

- Yo soy Steph y ella Sam - dice alegremente y mira mi ropa de manera demasiado explicita. - Eres linda, pero tu ropa no te favorece en nada - enarco mis cejas

- ¿Perdón? - Sonríe y entra en una puerta, miro a Samantha unos segundos antes de dirigir mi vista hacia el tocador, donde veo un montón de maquillaje esparcido en todas partes junto a unas tijeras y un largo mechón de cabello.

- Ten, ponte esto - me entrega una camisa holgada que me cubre hasta dos dedos arriba del ombligo con cola de pato y un short de mezclilla junto a unos tenis a juego con el short

- No - hace pucheros

- Solo quiero ver como te queda - Vate las pestañas en un gesto demasiado adorable para poder negarme - ¿Por favor? Mira que es una ayuda para tu estilo - ruedo los ojos ¿Por que no? No es como si tuviera algo mejor que hacer y prácticamente no estoy vestida, gracias a la prisa con la que todo ocurrió apenas pude cambiarme el vestido de baño y ponerme el vestido floral. Entro en el baño y me cambio rápidamente, la verdad es que tengo que aceptar que me veo mejor, mis curvas se acentúan aun mas resaltando mi delicada figura y haciéndome ver mas guapa, además la camisa resalta mi pelo. Acomodo un poco mi cabello recogiendo dos mechones en la parte de atrás de mi cabeza y vuelvo con ellas, Steph esta recogiendo el maquillaje mientras la pequeña chica junto a ella habla por teléfono mirando por la ventana.

- Ya - ambas me miran y Samantha corta con la llamada sonriendo abiertamente

- Te ves bien - dice en tono suave

- Ahora ambas se ven bien gracias a mí y yo me deshice de ropa que ya no me quedaba ¿No es perfecto? - Empieza a dar saltitos y yo sonrio, de cierta manera es adorable. Se queda quieta mirando la ventana y luego sonrie satizfecha - Deberiamos salir de fiesta esta noche - mi sonrisa se borra de inmediato al igual que la de Samantha

- No creo que...

- ¡Oh, vamos Samantha! - Dice gesticulando - Estas divina, es hora de lucir tu estilo - pone sus brazos en jarras - tu no puedes discutir, vamos a salir ¿Vienes con nosotras Nicolle?- frunzo la nariz, lo ultimo que quiero es ir de fiesta

- No, no me apetece salir - asiente y toma la mano de la chica

- Como quieras, nosotras nos vamos

- ¿Ya? - Casi me rió de la cara de espanto de Samantha pero logro contenerme

- Si, ya - Samantha niega con la cabeza

- No Steph, estoy cansada y tuve un accidente, lo sabes y... - Empieza pero Steph le pone una mano en la boca

- Necesitas distraerte, no descansar - salen de la habitación cerrando de un portazo, yo niego divertida con la cabeza.

Samnatha debe tener unos 22 o 23 y se deja llevar por la chica de no mas de 18 años. Es divertido de una manera extraña y demuestra la poca personalidad de la tía. Entro en el baño y me miro en el espejo antes de negar y salir con mi ropa en mis manos, como no tengo nada mejor que hacer empiezo a mirar por la habitación hasta que algo me llama la atención, en uno de los estantes hay una colección de cintas de vídeo pero eso no es lo que me llama la atención, sino el hecho de que una de ellas dice con letra pequeña La bien pagada. Tomo la cinta en mis manos y veo que la portada es una foto mía, frunzo el ceño y me acerco al DVD en uno de los extremos de la habitación, pongo la cinta y suelto un chillo de espanto al ver que es una cinta de Dylan y yo teniendo sexo.