Y es nuestra

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You had me believe we were meant for forever

I really thought my heart would be safe in your hands...

What kind of fool was I...?

"Lorelei" Scorpions

"Cuenta una vieja leyenda que había una vez una joven virgen llamada Lore que era hija de un caballero que tenía su castillo en lo alto de una roca llamada Ley...

La joven Lore se había enamorado de un hombre que había pedido su mano a su padre, pero que el hombre, mujeriego por naturaleza, no se presentó el día de la boda y Lore, desengañada, se suicidó tirándose al Rin desde lo alto de la roca.

A partir de entonces fueron numerosos los barcos que encontraron su desastre en esta parte del río al sentirse atraídos por el bello canto de una joven de largos y preciosos cabellos dorados que peinaba cuidadosamente al sol del atardecer."

Loreley (Lorelay, Lorelai o Lorelei) deriva del término alemán "lorlen" (que significa "susurrar") y de la voz que los habitantes de la zona emplean para denominar a las rocas o piedras "ley". Combinadas, producen el resultado etimológico del nombre Loreley, que se podría traducir como "La roca del susurro".

Viernes 23 de diciembre, madrugada.

Me desperté a las cuatro de la mañana echando de menos a mis hombres. La cama estaba fría y vacía. Manuel se había llevado a Oliver el día anterior, seguramente con aquella mujer.

Quería volver a dormir pero un cólico fuerte me despierta ya del todo. Fui más de veinte veces al baño en la hora siguiente. Creo que es el pre-parto...

A las siete de la mañana ya no podía pasar por alto mis malestares, caminando de arriba abajo por toda la casa. Mi padre vendrá solo a Múnich y no podré ir a buscarlo. Margritt palidece cuando le digo que tengo contracciones.

— ¡¿Cada cuánto?!

—Cada 20 o 30 minutos. No pasa nada, son tolerables.

— ¿Debería llamar al señor?

—No—sacudo la cabeza—Hablaré con Marita y Peter, pero más tarde. Tal vez sea solo una falsa alarma. Mi padre llegará pronto.

A las seis de la tarde llamé a la ginecóloga porque me empezaba a preocupar. En mi parto anterior no había tenido que esperar tanto. Me recomendó descansar "Esta vez se puede alargar" y yo no sabía aún cuánta razón tenía.

Me dormí muy tarde, como a las una de la madrugada pero a la media hora volvieron las contracciones. Más intensas. Y son cada 10 o 20 minutos. No estoy cómoda de ninguna manera. Camino sin parar, me siento en la pelota de pilates, me levanto. Maldigo a Manuel por dejarme sola. Me habré dormido a las cinco de la mañana sobre el tapete de yoga.

A las 10 tengo cita con la ginecóloga.

Las empleadas se despiden de la panza, lo cual me hace gracia ¡Qué nostalgia! Podría ser mi último día de embarazada.

Llegando al consultorio las contracciones aumentan en intensidad y frecuencia. Me revisan y todo está bien, suficiente líquido, el corazón del bebé perfecto y 2 cm de dilatación. Ya no saldré del hospital así que mando al chofer por mi padre al aeropuerto y a la casa, por mi bolso y mis cosas.

¡Ha llegado el momento!

Las contracciones agarran ritmo, son cada vez más rápidas, cada 5 o 7 minutos. Pero para cuándo llega mi padre, a las nueve de la noche, la dilatación no pasa de 5 cm. Quise llorar, no era lo que esperaba. Esta niña no quiere salir. Tal vez sepa que ni su papá ni su hermano la están esperando, tal vez quiere que lleguen.

Amor, recuérdame || Manuel NeuerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora