Capítulo 8

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#Borrador

Rebekah entró en el baño y sentí que el aire se me salía de los pulmones. Damon se abrocho el pantalón y se volteo para no verla a la cara. Me baje del lavamanos y acomode mi vestido. El corazón se me quería salir.

—Ven acá —me tomó del brazo y prendió la llave, tomo la toalla que colgaba a un lado del espejo y la mojo. Me limpio el rostro. Sus ojos me apuñalaban—. Tú, hijo de puta —le gritó a Damon. Me hizo a un lado y se acercó a él intimidandolo y pegandolo en la pared—. Es mejor que empieces a acomodar tu mierda. No me importa lo que hagas, pero no jales a Elena en esto.

Le puse una mano en el hombro. Ella me vio molesta, le negué para que lo dejara en paz. Damon tomó las puntas de su chaqueta y las bajo.

—¡Déjame pasar! —le dijo casi rozando sus rostros. La furia le salía por la nariz.

Rebekah se hizo a un lado dándole el paso. Damon pasó a mi lado dándome una mala mirada, sus ojos me congelaron. Dejo salir una maldición y salió del baño. Respire y me puse a llorar. Empecé a llorar como una estúpida. Odiaba hacerlo y siempre que lo hacía, era por su culpa.

—Ay Elena, estás jodida —Rebekah me volvió a pasar la toalla en la cara. Luego sentí sus brazos en mi espalda. Me dejé caer en su pecho y deje salir un llanto callado. Volví a tomar aire y me separe de su cuerpo.

—Ya estoy bien —le dije volteando para verme en el espejo. Acomode mi cabello y reí—. Soy tan patética. Solo mírame —Rebekah buscaba algo en un mueble que estaba a un lado de la taza. Saco una bolsa y la abrió.

—Toma, es un calmante, he visto a Hayley esconderlos aquí

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—Toma, es un calmante, he visto a Hayley esconderlos aquí.

—Oh por dios, ¿que está mal conmigo? —tome el frasco de pastillas y puse tres en la palma de mi mano, me las empine y cogi agua de la llave. Las trague mientras Rebekah había tomado asiento en la taza, me miraba con algo de pena en sus ojos—. Mírame, quería cogermelo en el baño y eso no es lo peor, en la fiesta de tu sobrina. Qué putas está mal conmigo.

—Debe ser muy buen sexo —me alzo las cejas, hizo las manos en puños y movió su cadera imitando esa acción, se lamió los labios.

Empezamos a reír en grandes carcajadas. Cómo no iba a querer a esta mujer.

—Aún así, esto está mal —me recosté en el lavamanos, en el mismo lugar donde Damon casi me hacia suya. Un escalofrío me recorrió la espina dorsal.

—Siento lo que le dije al idiota, pero me enojo mucho. En verdad Elena, tiene que poner su vida en orden.

—Tengo la culpa.

—¿Por qué?

—El otro día casi miraba la fotografía que guarda y hoy le quería dar a que cargará a Hope. Soy una imbécil.

—Elena, tu no tienes la culpa. Él tiene que superar sus traumas.

—Estábamos bien, y derrepente esto. Siento tantas ganas de llorar cuando lo veo así, consumiendo mierda y media.

Terrible Love [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora