(AU)
Elena Salvatore tiene una vida hermosa ante los ojos de sus amigos y familiares. Es felizmente casada y una famosa Chef. Pero...¿Es suficiente?
Al casarse con el hombre que quería, también cayó en una complicada relación con su cuñado.
¿Qué...
Los ojos de Stefan y Lily esperaban una respuesta. Baje la mirada y prepare mi contra ataque. Le negué con el rostro a Lily, ella me veía con una sonrisa de satisfacción en el rostro. Tome una larga respiración.
—Gracias Lily, en verdad gracias por arruinar nuestra sorpresa.
Ella se quedó confundida, sus ojos se revolvieron mirando a Stefan.
—¿Sorpresa?
Stefan estaba confundido
—Si —conteste molesta—. Estábamos preparando una fiesta sorpresa con Damon por tu ascenso.
No era del todo mentira. Stefan en poco tiempo se había vuelto gran parte del centro médico donde hacía sus prácticas y aunque no era algo grande, lo habían ascendido, además me imaginaba que esa era la razón de su viaje.
—Amor no te enojes, además yo no quería incomodarte con la pregunta.
Stefan se veía bastante arrepentido mientras Lily no estaba del todo convencida.
—Pues así fue, ahora le llamaré para cancelarla, de todas formas vas a viajar.
—¿Qué? —al fin había hablado la bruja—. ¿De qué está hablando, Stefan?
—Así es mamá, me iré unos días para New York. Es mi trabajo y mi nuevo ascenso no me da el lujo de decir que no.
—Pero cariño ¿New York?
—Todo estará bien, no te preocupes.
El la jaló en un abrazo.
—Pues a Elena más le vale cuidarte bien.
Me vio a los ojos, le alce una ceja y me crucé de brazos.
—No Lily, yo no ire con Stefan.
Ella se exaltó.
—¡¿Pero por qué no?! Es tu deber como su esposa.
La bruja estaba gritando y odiaba que me alzara la voz.
—¿En qué siglo vives, Lily? No voy a ir con Stefan porque tengo mi trabajo, responsabilidades.
—No entiendo para qué trabajas si pronto Stefan se convertirá en un gran doctor.
Baje la mirada riendo, esta mujer vivía en una burbuja.
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—Para eso falta años y las cuentas deben pagarse —Iba a hablar y le alcé un dedo en señal que se callará porque aún no terminaba de hablar—, aparte de eso yo amo mi trabajo. Nunca, escúchenme los dos, nunca lo voy a dejar. Ahora si me disculpan debo ir a trabajar.
Camine metiéndome entre en medio de los dos molesta.
—Elena...
Escuche a Stefan llamarme me volteé y al ver mi rostro se quedó callado, quieto en su lugar. Me subí a mi auto y salí de allí. Lily no me intimidaba, era más, nadie de ellos. No quería escuchar a su perfecta madre dándome sermones de cómo ser una esposa abnegada y dispuesta a los caprichos de su esposo, que se jodieran. Stefan sabía cómo era, él amaba la forma en cómo era, y eso era suficiente para no dejar que Lily me pisoteara.