Capítulo 13

2.3K 165 88
                                    

Tomé el vaso y lo llene de vodka. Me había sentido una reverenda estúpida allí afuera con toda la familia.

El licor me escocía la garganta. Lo llene de nuevo. Era el quinto vaso. Me sentía muy confundida por el repentino compromiso de Damon y Bonnie, en verdad qué demonios estaba pensando. Él y ella, de nuevo. Era hasta estúpido pensarlo, no que no fuera posible, porque ellos habían salido antes, pero Damon me había contado que su relación había sido muy tierna. Ejemplo, nada de sexo, sabía que él la quería, pero que no cómo ella quería. Nunca había podido pasar a otro nivel con ella y todo porque según él, no quería lastimarla.

Otro poco de vodka y mi cabeza empezó a dar vueltas. Que me importaba, que se casaran si eso los hacía feliz. Yo era feliz, claro que era feliz.

Mi madre entró en la cocina y llegó hasta donde me encontraba. Me quito la botella. Me levanté para arrebatarsela, pero la sostuvo con fuerza reprendiendome con su mirada.

—¡Basta! No seas tan obvia, hija.

Mi corazón rebotó.

—¿De qué hablas?

Ella caminó hasta el fregadero y tiro el licor. Aventó la botella al bote de basura y prendió la cafetera.

Se volvió a la mesa donde estábamos y tomó asiento. Sus ojos empezaron a recorrer mi rostro.

—¿Por qué te casaste con Stefan, Elena?

La mire confundida. Me revolví en mi silla. Los vellos de mis brazos se enchinaron, sentía frío.

—Porque era algo que tenia seguro.

Conteste rápidamente. Era cierto, Stefan desde el primer momento me había contado sus sueños, me gustaba escucharlo hablar de todo lo que tenia planeado, de todas las cosas que quería realizar y que amaba el ser alguien que pudiera portar ayuda a los demás. Stefan era una seguridad y eso era lo que yo buscaba. Un hombre el cual me fuera fiel, dócil, y entregado a algo que amara. El único gran problema, era que soñaba con ser padre, y ese deseo no podía cumplirselo.

Mi madre me tomó la mano. Estábamos solas, todos se habían ya retirado. Stefan se había ido al hospital y los demás a sus respectivas casas.

—Cariño, nada es seguro en esta vida, ni siquiera Stefan —la luz del café relumbro y mi madre se levantó a servir unas tazas. Regreso y me paso una. Con el café humeante entre su mirada suspiro—. ¿Desde cuando?

Mire mi taza y le di un sorbo, quemándome un poco la lengua.

—No sé bien, solo paso.

Su expresión no cambió, no hubo admiración o regaños. Nada, solo un poco de silencio.

—¿Lo amas?

Me reí. Di otro sorbo a mi café.

—Amo el sexo con él.

Mi madre soltó una sonrisita y alzó las cejas con picardía.

—Es muy atractivo, y no parece hacerlo mal.

Le hice una expresión de asco, pero luego me solté en risas.

—Nada mal —ambas nos miramos—. Pensé que no lo podía querer de otra forma, pero, hoy, eso cambió. Saber que tal vez se case, cambió las cosas.

—¿Qué sientes?

—¿No sé lo que siento? Tal vez soy demasiado egoísta.

—Eso no es cierto. No quieres admitir lo que sientes.

Negué con los dedos y ella asintió con la cabeza.

—¿Por qué crees que no quiero admitirlo?

—Eres mi hija, te conozco mejor que nadie. Elena, tu siempre fuiste así, nunca dejabas que los demás se acercaran demasiado, no te gustaba admitir que puedes amar profundamente. Por eso fuiste tras Kai. Él era malo, manipulador y eso te gustaba, así te sentías que no necesitabas decir lo que sentías. Y por eso te casaste con Stefan, aunque él es tierno y una buena persona, el amor que te tiene, no es el mismo que tu le tienes a él.

Terrible Love [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora